Después de unos segundos de silencio, Toru se levanta; todo este tiempo había estado sentado y ya le empezaban a doler las nalgas por estar sobre el suelo rígido y le incomoda el momento de silencio que suele haber muy seguido.
Toru mira a Lucas y le pregunta dónde está y por qué lo habían dejado en un lugar como ese. Lucas lo mira y responde:
—Estamos en el reino de Zeldia, el cual fue creado por la gran diosa Zeldia, la mujer más hermosa y bondadosa del mundo. Al igual que tu mundo, todo esto está en el planeta Tierra. Y estás aquí porque nosotros estamos infiltrados y espiamos al rey. En pocas palabras, me disculpo por el lugar en el que te dejamos.
— ¿Por qué espían al rey? —respondió Toru.
—No es de tu incumbencia, Toru —dijo Kibe con voz intimidante.
Lucas levanta el brazo y detiene a Kibe, que se había acercado a Toru, y dice:
—Está bien, Kibe. Por mi Don, puedo decir que Toru es de fiar. Estás en buenas manos, Toru, no tienes que preocuparte.
Toru se sorprende al escuchar la palabra “Don”, pero a la vez se alivia por las palabras de Lucas.
—¿Don? ¿Qué es eso? ¿Es como un poder o habilidad? —preguntó Toru.
—Sí, un Don se podría describir como una habilidad. Desde el nacimiento, cada uno adquiere un Don. El Don no se puede activar sin entrenamiento; por ello muchos son incapaces de saber cuál es el suyo. El Don se forma dependiendo del usuario.
Pero también existe la escuela de hechicería de humanos, donde se enseña magia, aunque para algunos es mal visto debido a que usan seres vivos para hacer sus hechizos o conjuros.
A Toru le empiezan a brillar los ojos por la alegría y la emoción, y dice:
—¿¡En serio!? ¿O sea que existe la magia en este mundo? ¿¡Puedo tirar bolas de fuego!?
—Jajaja, sí… pero no grites, sería peligroso que te escucharan los guardias —dijo Selene.
—¿Eh? ¿Guardias? —respondió Toru con miedo.
—Desde el momento en que sobreviviste a este mundo te están buscando. Al parecer sos de interesas para rey —dijo Selene viéndolo fijamente.
—Espera, espera… necesito que me expliquen todo. No entiendo qué está pasando. Hace un rato estaba yendo a comprar algo y, de golpe, un portal se abrió bajo mis pies. Aparecí aquí, me desmayé y ahora estoy con ustedes… —dijo Toru.
Lucas dio un paso adelante, meditó un segundo y empezó a hablar.
—Toru... hace cinco años este reino fue gobernado por Arturo II. Desde el comienzo de su reinado demostró valentía y un liderazgo increíble. Hizo tantas alianzas con reinos vecinos y detuvo la cacería de elfos de tierra y hadas… fue un increíble rey. Sin embargo, hace apenas dos años... —Lucas miró hacia abajo y se calló unos segundos antes de seguir—.
Hace dos años Arturo II cambió drásticamente: cerró todo vínculo con el exterior y empezó a esclavizar a las clases más bajas de su reino, llevando a los nobles a ser egocéntricos y subirse los humos. Nosotros venimos del reino de al lado. A nuestro rey, quien fue amigo de Arturo desde la niñez, le resultó extraño su comportamiento y por eso mandó escuadrones a preguntar qué pasaba. Ninguno regresó… —todos se pusieron tristes.
—Hace un año empezamos a hacer espionaje y descubrimos que el rey raptaba personas al azar, las cuales no regresaban. Intentamos saber qué les pasaba, y uno de nosotros, Kevin, había logrado infiltrarse. Mediante un kiok nos comunicábamos y descubrimos que el rey experimentaba con los secuestrados. Según palabras de Kevin, los prisioneros eran amordazados y parecía que un ente entraba en sus cuerpos, pero no lo soportaban y convulsionaban hasta explotar.
Después de eso, perdimos comunicación con Kevin y no sabemos nada de él…
El silencio llenó la habitación y todos tenían una expresión de tristeza y pérdida.
—...
Un minuto después, Toru rompió el silencio y habló:
—No entiendo qué quiere el rey, pero si me quiere, seguramente soy una pieza clave de su meta. Y si es posible, seguro que encontraremos a Kevin.
—Ojalá que sí, pero todavía no acabo.
Hace unos cuatro meses, el rey dejó de mandar a secuestrar habitantes del reino. Pero a cambio empezaron las tormentas, y en cada una aparecía alguien, como vos. Solo que ellos parecían no aguantar y les explotaba la cabeza... Así sucedió durante cuatro meses alrededor de todo el reino. Se contaron más de diez mil cuerpos... —contaba Lucas mientras su expresión se volvía sombría.
—¿Por qué yo soy diferente? No entiendo na...
Toru estaba hablando hasta que fue interrumpido por ruidos arriba; como estaban en el sótano, sobre ellos estaba la sala principal.
Habían roto la puerta, o eso se escuchó.
—Mierda, nos encontraron —dijo Sabo.
Se oía el ruido de pesadas armaduras caminando mientras rompían todo y entraban en todos los cuartos.
Cuando de repente…
Se escuchó un fuerte golpe contra la puerta del sótano.
—¡Abran en el nombre del rey todopoderoso! Todo aquel que oculte al espécimen será condenado a muerte, según palabras de ARTURO II —gritó imponentemente el soldado detrás de la puerta.
—Vení, Toru, rápido —dijo Selene, señalando su posición.
Sabo estaba apoyando sus manos sobre las espaldas de Kibe y Lucas.
Toru se dirigió a Selene y ella lo tomó de la mano, apretando fuertemente.
—¿Qué pasa? —dijo Toru desconcertado.
—Nosotros somos semielfos, pero podemos hacernos invisibles y hacer invisible a otros —dijo Sabo, y Selene afirmó con la cabeza.
—Oh, ya veo —habló Toru.
De repente sintió como algo recorría su cuerpo, pero este lo rechazó y la mano de Selene se separó de golpe.
—Oh no, ¿qué pasó? —dijo angustiado. Toru empezaba a ponerse ansioso.
—No lo sé, pero ven, entra en mi capa. Servirá igual —dijo Selene.
Toru se metió en la capa de Selene, pero estaba demasiado apretado, y Selene se puso un poco colorada.
La puerta parecía no resistir más; los soldados habían estado golpeándola todo este tiempo tratando de derrumbarla.
Selene y Sabo activaron sus hechizos de invisibilidad e hicieron que Kibe y Lucas se volvieran invisibles.
Toru, en cambio, no se volvió invisible, pero gracias a la capa de Selene, parecía como si lo fuera: lo ocultaba.
La puerta no resistió más y los soldados entraron. No hallaron nada, pero aun así estuvieron buscando un par de minutos.
De repente se escucharon pasos bajando y se sintió un aura tenebrosa e imponente.
Era un general del reino, el que había gritado que abrieran la puerta del sótano.
—¿Dónde está? —habló con un aura que daba miedo solo de oírla. Tenía una cicatriz en el rostro, parecía medir 1,97 m y era corpulento. Llevaba una espada que deslumbraba elegancia y tenía un mango con un diseño espectacular. Estaba enfundada en una vaina de cuero de alta calidad, magnífica, con toques dorados y negros…
El soldado que estaba enfrente del general respondió con un leve temblor en la voz:
—En este sótano no se encuentra.
Seguramente huyó por ahí —señalaba el ventiluz. Aunque pequeño, tenía las dimensiones justas para que un joven medianamente desarrollado pasara por ahí.
El general se dio la vuelta y dio la orden de retirada. Con él se fueron todos, y el ambiente volvió a la normalidad. El silencio regresó al sótano.
Selene y Sabo esperaron unos minutos para desactivar el hechizo. Pero Toru no se aguantó y le habló en voz baja a Selene:
—Ey, la verdad… ahora no me parece tan feo el silencio en la habitación —decía con un tono sarcastico referenciando al aura imponente del general.
—Shh, no hables. Aunque se hayan ido, él seguramente pueda oírte. Y por favor no te muevas tanto, me estás dando cosquillas.
Al pasar un rato ambos desactivaron sus hechizos y Toru salió de la capa. Selene tenía las mejillas coloradas, pero no dijo nada.
—¿Y ahora? —dijo Toru.
—Si el rey te quiere, entonces vamos a entrenarte para que no pueda tenerte. Igualmente vas a estar en nuestro grupo. Te mandaremos a nuestro reino para que puedas entrenar y mejorar tu Don —dijo Sabo.
—Por cierto… —habló tímidamente Selene.
—¿Qué pasa, Selene? —preguntó su hermano.
—Hace rato intenté hacer invisible a Toru, pero su cuerpo rechazó el hechizo y repelió mi mano por eso fue que lo meti en mi capa—dijo Selene.
—Es verdad. Cuando ella tomó mi mano sentí cómo algo recorría mi cuerpo hasta llegar a mi corazón y después su mano se separó de la mía —dijo Toru.
—Mmm, qué curioso —dijo Lucas—. En el reino de Zodak veremos mejor esa habilidad de repeler hechizos que tienes, Toru. Ahora debemos enfocarnos en escapar de acá...
Editado: 24.11.2025