Un Toque Dulce.

Capítulo 11. Incomodidad.

Kate.

Lo confieso, no esperaba que mi plan hecho a la velocidad de la luz funcionará tan bien, me ayudó a limar asperezas con Jin, y eso fue tan bueno, son grandes bases para comenzar a establecer nuestra amistad. Paso numero dos: Tener una charla sobre sus talentos y que se puede hacer. Me siento bastante emocionada, es increíble saber que de verdad estoy logrando un cambio en alguien que me importa.

Estoy de tan buen humor el día de hoy, que ignoré las críticas de Se Joon, que un niño manchará mi mandil con jugo y que un cliente fuera grosero, cuando se le negó entrar con su perro, que no era un perro, era un monstruo enorme, los San Bernardo son muy grandes, aunque el grosero diga que es sólo un bebé. No sabía que podían tener esos perros aquí, pero bueno, ya es cosa de cada quien.

Como sea, el caso es que mi humor era excelente, estaba limpiando las mesas que estaban fuera, cuando me giré, llevándome un susto de muerte, al ver quien estaba detrás de mí. Ahogué un grito, cubriendo mi boca con ambas manos. Me tranquilicé y cerré los ojos, y cuando los volví a abrir, me di cuenta que no fue una especie de imaginación estúpida, aunque no creo que mi mente me juegue de un modo tan sucio.

–Clayton, ¿qué demonios haces ahí parado? –lo regañé, quitando mis manos de mi boca, colocándolos en mis caderas.

–Vine a verte.

–No me digas. ¿Crees que estar detrás de mí, sin hacer un mínimo ruido, sea normal?

–Es que no encuentro otro modo de llamar tu atención –se justificó.

–Y no vas a encontrarla, porque de ningún modo quiero que la tengas.

–No seas mala conmigo, por favor, sólo hablemos.

–Clayton, hemos hablado tantas veces, pero no me escuchas, a menos que sean las cosas que quieres oír. Me ignoras, desapareces, vuelves y repetimos. Hemos estado tanto tiempo en este círculo vicioso, que ya estoy cansada, necesito paz –pedí, esperando que hoy finalmente sea el día en que me escuché.

–¿Yo soy la que no escucha? Tu eres la que me niega cualquier tipo de contacto. Ya te pedí perdón por lo que pasó. ¿Qué más necesitas para que vuelvas conmigo? –cancelado, hoy no es el día.

–Claramente eres un caso perdido. No quise hacer esto, pero no hay opción –me lamenté, pasando una mano por mi cabello –. Clayton, quiero que dejes de buscarme, rogarme y pedirme que te perdone, porque aun cuando lo haga, no volveré contigo.

» Eres desconfiado e inseguro, he tratado de ayudarte y demostrarte que puedes confiar en mí, pero te niegas a cambiar, y la verdad, no quiero estar con alguien tan toxico como tú. Me alegra haberme dado cuenta, antes de formalizar nuestra relación, pero ya se acabó, por favor, deja de buscarme –pedí, esperando su cooperación.

Al no obtener respuesta, pasé por su lado, para dejarlo sólo, pero no di ni dos pasos, cuando me tomó del antebrazo con fuerza, haciéndome girar con brusquedad.

–No, tú no te puedes ir así nada mas –siseó molesto.

–Suéltame, Clayton, no tienes ningún derecho a tratarme así –forcejeé, intentando salir de su agarré, pero no soy la Mujer Maravilla ni tengo súper fuerza, desafortunadamente, él me gana.

–¿Qué? ¿La señorita alegría puede lanzar veneno, pero no soportarlo?

–¿De qué hablas?

–¿Sabes porque no avanzas con tu carrera? Porque no tienes talento, eres una regalada más, alguien que se cree mucho, pero no es nada. Finges ser esta mujer llena de positivismo y seguridad, cuando ni tu misma te lo crees.

» Ni siquiera pudiste cuidar bien de tu madre, fuiste lo suficientemente inútil, para evitar que muriera –me reprochó.

Oh, no dijo eso.

Mi expresión debió ser lo suficientemente ofendida y molesta, pero, aun así, no entiendo como él sigue viéndome como si no valiera nada, como si yo fuera culpable de algo. ¿De verdad trata de humillarme? ¿De herirme y hacer que pida por su perdón? Error, eso sólo hace que comience a enojarme, incluso, que saqué un modo violento que prefiero mantener oculto, porque no soy muy suave que digamos.

–Oye, eso no se le dice a una señorita decente –dijo una voz masculina a nuestro lado, llamando nuestra atención.

Ahí estaba Jin, mirándonos a través de unas gafas oscuras, con una gorra negra, chaqueta del mismo color, playera rosa pálido, jeans azules y tenis blancos.

–¿Y tú quién te crees que eres, para meterte en esta conversación? –preguntó Clayton con altivez, sin aflojar su agarre de mi pobre brazo.

Jin rascó la parte trasera de su oído, caminando a pasos firmes hacia nosotros, colocándose frente a mí. Era unos centímetros más alto que Clayton, así que tuvo que bajar un poco la cabeza, para mirarlo.

–¿Necesito autorización para hacerlo? Está claro que quieres humillarla, y eso no lo hace un hombre, sólo un cobarde –siseó Jin, quitando su brazo del mío, tomando mi mano con delicadeza.

» Ahora, ahórranos el escenario patético y lárgate, o haré que los hombres detrás de ti lo hagas, y déjame aclarar, que no será bueno para ti –vi a Clayton tragar duro, sabía que no podía meterse en problemas o su estadía seria revocada, así que se fue, sin decir palabra alguna. Jin negó varias veces, girándose a verme.



#6041 en Fanfic
#32403 en Novela romántica

En el texto hay: esperanzas, amor, bts

Editado: 02.02.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.