Un Toque Dulce.

Capítulo 29. Primera llamada.

Kate.

–¿D-donde esta Emir Turner? –pregunté a una enfermera, jadeando porque corrí del estacionamiento hacia al interior del hospital.

–En la sala dos –respondió ella.

–Gracias –murmuré, caminando hacia la sala que dijo.

Al entrar, vi algo que me dejó en completo silencio. Papá en una camilla de hospital, con moretones y raspones en sus brazos. Su cara estaba con algunas curitas, mientras parecía estar durmiendo. No creí que la bonita velada que estaba teniendo con Jin, fuera interrumpida por algo así, de manera tan rápida. Lentamente, caminé hacia papá y como pude, tomé su mano levemente fría, cuando papá siempre las tiene cálidas.

Intentando no llorar, froté sus manos entre las mías, intentando hacerlas entrar en calor. No quiero volver a sentir así sus manos, no quiero.

–Disculpe, ¿es familiar del paciente? –preguntó una voz femenina, llamando mi atención a un lado, donde estaba una doctora.

–S-soy su hija. ¿Qué le sucedió? –pregunté, nerviosa de cualquier información que pudieran darme.

–Su padre fue traído de emergencia, lo encontraron en la calle, inconsciente y con signos de golpes. No parece ser un robo, encontraron todas sus pertenencias, pero si quiere más información, debería ir a la estación de policía.

–Lo haré más tarde. ¿Cómo se encuentra?

–Está estable. Fuera del posible dolor muscular que tendrá, no hay ningún órgano ni hueso comprometido. Se pondrá bien, sólo necesitará reposo por unos días.

–Gracias a Dios –suspiré, mirándola agradecida –. Muchas gracias, Doctora.

–No hay cuidado. Pasará la noche aquí en observación, para descartar cualquier herida que no hayamos previsto, ¿de acuerdo?

–Sí, haga todo lo que sea necesario.

–Bien. En un par de minutos lo llevaran al área de terapia intensiva, así que no se preocupe, lo cuidaremos bien –fue lo último que dijo, saliendo de la habitación.

Di un suspiro largo con algunas lágrimas. Gracias a Dios no pasó nada grave, no sé qué haría sin mi papá aquí, no podría soportar otra perdida ahora.

–Katie, ¿está todo bien? –preguntó Jin preocupado, llegando a mi lado.

Sin previo aviso, lo abracé por la cintura, ocultando mi rostro en su pecho, sollozando otro poco. Su brazo me rodeo por los hombros, mientras que el otro acariciaba suavemente mi espalda, tratando de reconfortarme. Se sentía tan bien, era bastante relajante, un consuelo de saber que no estoy sola.

–A papá lo golpearon, pero no le robaron nada –le conté, separándome de él, mientras limpiaba las lágrimas de mi rostro –. Debo ir a la estación de policía a averiguar que ha pasado, pero no iré hasta ver a papá consiente.

–Tranquila, no hay problema, podemos pedirle a Hyun que investigue por nosotros.

–¿No le estamos dando mucho trabajo? Está investigando sobre el restaurante, además de todos los pendientes que tiene.

–Sólo le vamos a pedir que pregunté qué paso, no toda la investigación –aclaró, rodando los ojos mientras sacaba su celular.

En ese momento, unos quejidos llamaron mi atención, corriendo a la camina, donde estaba papá, observando cómo se movía y trataba de abrir los ojos.

–¡Papi! ¡Estas despierto! –exclamé, abrazándolo con emoción.

–M-mi niña. ¿Dónde estamos? –preguntó confundido.

–En emergencias, parece que tuviste un asalto.

–Ah, sí, ya lo recuerdo, pero no me quitaron nada, sólo preguntaron mi nombre y comenzaron a golpearme –contó, haciendo una mueca de dolor

–No te muevas tanto, papá. Aún falta que te hagan estudios –lo regañé, ayudándolo a acomodarse.

–Señor Turner, que alegría verlo despierto –dijo Jin, llegando con nosotros.

–Oh, hijo. ¿No me digas que arruine su cita? –preguntó papá preocupado.

–¡Papá! ¿Cómo puedes decir eso? Tu bienestar es importante –lo volví a regañar, mirándolo con el ceño fruncido.

–Tranquilo, señor Turner, ya habrá más citas –le aseguró Jin, guiñándole un ojo –. Por ahora, preocúpese por su salud. ¿De acuerdo?

–Será un poco difícil, no soy muy bueno quedándome quieto –murmuró apenado.

–Tiene razón, odia no hacer nada –le apoyé, haciéndolo reír, seguido de una mueca –. Papá, ¿necesitas que traiga al médico?

–Sólo me duele un poco, mi niña, no te preocupes tanto.

–Entonces, iré con Jin por un café, mientras te mueven a la otra sala, para tenerte en observación.

–De acuerdo –asentí, saliendo de la habitación con Jin.

–¿Mejor ahora que lo ves despierto? –me preguntó.

–Sí, siento mucho menos peso en los hombros –suspiré, mirándolo con una pequeña sonrisa –. Gracias por quedarte conmigo.

–Me quedare a tu lado siempre que lo necesites, Katie, sólo tienes que pedirlo –prometió, dándome un cálido abrazo.



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En el texto hay: esperanzas, amor, bts

Editado: 02.02.2021

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