Un Toque Dulce.

Capítulo 32. Tratos engañosos.

Kate.

–Buenos días, Kate –me saludó Hyun, cuando abrí la puerta de mi hogar –. Lamento interrumpir tan temprano, quería hablar contigo.

–No te preocupes, Hyun –lo tranquilicé, invitándolo a pasar –. ¿Te gustaría tomar o comer algo?

–Eh… un café no estaría mal… –murmuró apenado, sentándose en una de las sillas del desayunador.

Aprovechando que hace poco había tomado papá su desayuno y se fue a trabajar, le serví un poco del café que había quedado, además de dejarle algunos panqueques en un plato, para que coma algo dulce. Con cuidado, los llevé hacia él, acercándole algunas cosas como jalea, mermelada y azúcar.

–Toma, aún están calientes.

–De verdad te agradezco, Kate, huele delicioso.

–Muchas gracias. Por cierto, ¿a qué se debe tu visita?

–Con respecto al asalto a tu padre, no salió nada en la investigación. Como no hubo testigos o alguna cámara que grabará algo, no hay mucho que se pueda hacer, lo siento.

–Tranquilo, Hyun, no es tu culpa, después de todo, no ha vuelto a suceder –mencioné, sabiendo la razón exacta por la que no ha ocurrido de nuevo.

–Aun así, hay que estar prevenidos. No dudes en llamarme cuando veas algo sospechoso, eso ayudará mucho.

–Claro –aseguré, alargando la última letra –. ¿Qué ha pasado con el restaurante?

–Otra investigación pausada. El chico se niega a cooperar –suspiró, comiendo un poco de los panqueques –. Esas personas lo tienen muy amenazado, o es demasiado leal a quien sea con quien trabaje.

–Ya somos dos –solté, ganándome una mirada confundida de su parte. ¡Recorcholis! Abrí de más la boca, todavía no puedo decir nada, hasta que estemos a salvo de cualquier ataque –. M-me refiero a que estaría igual, porque, aunque no saben que yo fui la que dio la denuncia, me da miedo que me encuentren y hagan algo.

–Para eso, tendría que existir un soplón –fue su respuesta, tomando un sorbo del café.

¿Un soplón? Por supuesto, ese debe ser Clayton, a quien todavía quiero golpear por ser un asqueroso traidor.

–Espero que no sea el caso –fingí tranquilidad, para despistar a Hyun.

–No lo creo, todo saldrá bien.

Asentí un par de veces para darle credibilidad a mi papel de inocente, observando más detenidamente al hombre frente a mí. Oh, no. Luce triste y apagado. ¿Qué le pasó?

–Hyun, ¿todo está bien? Te ves algo decaído –le pregunté, ganándome un suspiro muy profundo.

–Yo… fui a buscar a Lucy ayer a la escuela –comenzó a contarme –. Estaba conversando con Michael cuando me pidió el favor, así que acepté, porque se veía como una oportunidad de pedirle que saliera conmigo, ya sabes, quería usar el consejo que me disté.

–Te rechazó, ¿verdad? –afirmé, ganándome un asentimiento de su parte.

–Dijo que estaba equivocado en cuanto a mis sentimientos, que me fijará en alguien más adecuada para mí, ya que ella no estaba ni estaría lista para una relación amorosa. Fue devastador escucharla decir eso, y aunque en su momento no dije nada, ahora me siento mal. Me preguntó si no fue demasiado rápido, si alguna de mis palabras la ofendió o si en realidad confundí mis sentimientos. No lo sé, no soy bueno en esto –terminó por decir, cerrando los ojos, recargando su mentón en la palma de una de sus manos.

¿Los hombres sufren por amor? Aquí está la respuesta: Un gran y notorio SÍ.

Puede que al principio no lo parezca, porque fueron criados con la idea de que deben verse rudos y masculinos en todo momento, pero siempre existirá un momento donde se sienten vulnerables, dolidos y tristes. Verlos es como ver un cachorrito herido que necesita ser mimado y curado, sin embargo, no todos tenemos el poder de sanar esas heridas, sólo puede hacerlo quien las provoco, y aunque no todos los casos son así, si la mayoría.

–No creo que hayas malinterpretado nada. Debe existir una razón más para que te haya rechazado –comenté, llamando su atención.

–¿Cómo cuál?

–Es muy insegura sobre su apariencia, puede que eso haya influido. Siente que su cicatriz es una marca horrible que hay que borrar a como dé lugar.

–Pero no me importa su cicatriz. La apariencia no lo es todo, lo son los sentimientos –me interrumpió, haciéndome sonreír.

–Eso es dulce, desafortunadamente, no es suficiente –señalé, porque era la verdad –. ¿Qué te parece sí habló con ella? Tal vez se anime a afirmar o rechazar mis sospechas.

–¿De verdad lo harías? –preguntó sorprendido, como si no lo creyera, a lo que asentí.

–Por supuesto, no me cuesta nada.

–Oh, Kate, muchas gracias. Me ayudarías muchísimo –expresó agradecido.

–No es nada, además, tú también me has ayudado mucho –le recordé, estirándome un poco –. Hablando de eso, ¿podrías darme un aventón al centro? Necesito hacer algunas compras, pero mi guardaespaldas se fue a cambiar turno.

–¿Puedes salir tu sola? ¿No es algo peligroso?

–No tanto, igual él me alcanzaría allá, sólo debo estar en un lugar cerrado donde no me molestarían hasta que él llegara, para seguridad de todos.



#6030 en Fanfic
#32393 en Novela romántica

En el texto hay: esperanzas, amor, bts

Editado: 02.02.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.