Kate.
El tiempo es relativo, algo en lo que no había pensado mucho, pero que ahora hace eco constantemente en mi cabeza.
Este es el primer día de los dos que me quedan aquí, uno que comenzó a las cinco de la mañana cuando ya no pude conciliar el sueño, pensando en cómo podría aprovechar mi poco tiempo, en despedirme sin que se den cuenta y donde refugiarme para que no me encuentren. Ahora son las ocho de la mañana, mis ojos están hinchados de tanto llorar, el cuerpo entumido a causa de toda la tensión en mi cuerpo y ninguna idea clara de lo que tengo que hacer. Quiero gritar, pero algo me lo impide, tal vez el miedo, la impotencia o sus palabras siendo un susurro en mi oído, no lo sé, me siento enjaulada.
Mi celular sonando llamó mi atención, así que, estirando una mano, lo tomé y observé la pantalla, notando que era Meredith quien me llamaba. Aclaré mi garganta, para alejar el nudo en ella, y de ese modo, contestar la llamada.
–¿Hola? –contesté, fingiendo estar adormilada.
–Oh, lo siento, Kate. ¿Te desperté? –se disculpó Mer avergonzada.
–No exactamente, estaba pensando en tomarme otros cinco minutos.
–Lo siento, es que Anya me pidió que te llamará.
–¿Por? ¿Pasó algo malo? –pregunté de repente, asustada de que algo saliera mal.
–Nada. JungKook trajo a su madre y hermanos de visita, así que quiere que vayamos a la residencia a conocerlos.
–¿Qué? ¿Su familia está aquí?
–Así es. Según lo que me dijo Tae, la cara que puso Anya fue épica –se rio un poco –. JungKook quiso darle esa sorpresa, fue demasiado lindo.
–Oh, qué bonito –murmuré, porque JungKook quiere hacer feliz a Anya de todas las maneras posibles –. ¿A qué hora hay que ir?
–No dio un tiempo determinado, sólo que sería en la residencia. Pensaba en ir por ti para ir juntas con Rosie, Farijh ya debe estar allá al igual que Elise.
–Muy bien. Pasa en una hora a mi casa, estaré lista.
–De acuerdo. Nos vemos más tarde –se despidió, colgando la llamada.
Sé que ahora debería estar más ocupada pensando en mi situación actual, pero, ¿cómo negarla algo a mi amiga? De seguro debe estar muy emocionada, extrañaba demasiado a su familia, y que nos tomé en cuenta para algo tan importante para ella debe ser considerado especial. Este podría ser un buen paso para aprovechar al máximo el poco tiempo que me queda. Con ese pensamiento, me levantó de la cama para comenzar a arreglarme, a pesar de no tener las ganas necesarias.
Al estar frente al tocador, abro uno de los cajones, observando la copia de la memoria que hice. ¿Sería buena idea entregarla ahora? ¿Y si algo sale mal y alguien termina herido? ¿Si se dan cuenta de que tengo una copia? Hay tantas preguntas en mi cabeza, que comienza a dolerme un poco, así que la sacudo un par de veces, para evitar esos pensamientos, al menos, por ahora. Mi celular comienza a vibrar, y al ver la pantalla, veo que se trata de Jin, por lo que aceptó la llamada, poniéndolo en altavoz, mientras me seguía arreglado.
–Buen día, Turner. ¿Cómo amaneciste el día de hoy? –preguntó alegre, haciéndome sonreír un poco.
–Buen día, Jin. Estoy bien, gracias por preguntar. ¿Cómo estas tú?
–Un poco cansado, pero bien.
–¿Sucedió algo malo? –pregunté preocupada, pensando que el hombre que me amenazo no cumpliera su palabra.
–Nada grave. Le hice un favor a JungKook en la tarde. Trajo a la familia de Anya a unas pequeñas vacaciones aquí, así que me quede jugando videojuegos con sus hermanos y conversando con su mamá sobre recetas de comida.
–Ah, sí, me entere de eso. Me he asustado en vano.
–¿Por qué? –preguntó, tomándome por sorpresa.
¡Rayitos! Hablé de más de nuevo. ¿Cómo puedo salir de esta situación? Ah, piensa rápido, Kate, antes de que sea demasiado tarde.
–E-es que pensé que te seguía doliendo la cabeza por el golpe –mentí, para distraerlo.
–Ah, ni me lo recuerdes, aún sigo molesto con Elise.
–No fue toda su culpa.
–Lo sé, pero eso no quiere decir que no pueda seguir molesto.
–Vamos, Jin, no deberías enojarte por cosas tan pequeñas como esas.
–¿Cómo no? Hizo que creciera un chichón en mi bella cabeza, podría considerarse un delito.
–No seas ridículo –me reí, ante lo exagerado que estaba siendo.
–Oye, el único que tiene derecho de usar esa palabra soy yo, ¿entendido? –me regañó, haciéndome rodar los ojos.
–Sí, Jefe –me burlé, haciéndolo reír.
–No soy tu jefe, Turner, soy tu novio.
–Así es, el mejor novio que haya tenido alguna vez –murmuré, sintiendo un nudo en mi garganta de repente, al pensar en que no volvería a verlo.
No quiero pensar en cómo romperé el corazón de Jin cuando me vaya como si nada, esa va a hacer que comience a llorar a mares y él lo noté, echando a perder todo, aunque ahora mismo comienzo a sentir mis ojos húmedos.