Un toque frío

Capitulo 4

- Shh, no digas nada. Eso lleva días aquí en la casa, esperándome. Quiere llevarme con él... - Su voz es apenas un susurro, pero en sus ojos hay un miedo terrible, una súplica silenciosa que le cala hasta los huesos a Lucas. Él la mira, atónito. No entiende. ¿De qué está hablando? ¿Quién está esperando a su madre?

- ¿de quién hablas? - pregunta, con la voz temblorosa.

Ella cierra los ojos, como si le costara mucho hablar. Sus labios se mueven con dificultad, como si una fuerza invisible los estuviera sujetando - No importa. Ya es demasiado tarde.

Lleva a su madre cargando, sintiendo un peso inexplicable en sus brazos. La cama está vacía, como si nunca hubiera habido nadie allí. Quien sea que fuera esa cosa, ya no estaba.

Llegó a un punto en que pensó que estaba alucinando. La tensión de los últimos días, la angustia por la enfermedad de su madre, todo se había mezclado en una terrible confusión. Pero la mirada de su madre, el miedo en sus ojos, era demasiado real.

- ¿Qué pasó? - pregunta, todavía en shock.

Lucía lo mira con una mezcla de tristeza y resignación - No importa. Ya no hay nada que puedas hacer.

- Pero... ¿quién era? ¿Qué quería? - Lucas se siente atrapado en un laberinto de preguntas sin respuestas.

- No lo digas, hijo. No lo digas - Ella susurra, como si un secreto oscuro se escondiera entre sus palabras.

Lucas siente un escalofrío recorrer su espalda. ¿Qué es lo que no debe decir? ¿Y por qué su madre parece tan aterrorizada por esa presencia que él no puede ver?

Derrepente dijo - No te preocupes, hijo. Ya estoy a salvo.

Lucas se queda mirando a su madre, sintiendo un miedo que le recorre el cuerpo. ¿A salvo? ¿De qué?

La idea de que su madre tenga alguna conexión con el mundo espiritual, con fuerzas que él no puede comprender, le da vueltas en la cabeza.

Al final, pidió que hicieran una misa y llevó al padre a la casa, con la esperanza de que la presencia oscura que había sentido se disipara.

Apenas entró, el padre miró a su alrededor con una expresión de inquietud.

- ¿Qué ocurre? - preguntó Lucas.

El padre se acercó a la cama donde había yacido su madre y la observó con atención - No me sorprende que anden espíritus malignos aquí. La energía negativa es demasiado.

Lucas sintió un escalofrío recorrer su espalda.

- Esta casa está llena de dolor, de miedo, de odio. Es un lugar donde las almas perdidas se sienten atraídas.

- ¿Pero qué puedo hacer? - Lucas se sentía impotente.

- Debes limpiar esta casa, debes liberarla de la oscuridad.

- ¿Cómo? - preguntó, con la voz temblorosa.

- Reza, Reza con fe. Y pide la protección de Dios.

El padre se quedó un momento en silencio, como si estuviera escuchando algo que Lucas no podía oír.

- Hay algo aquí. Algo que no quiere irse. Debes ser fuerte. Debes luchar contra la oscuridad.



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En el texto hay: terror suspenso y misterio

Editado: 01.11.2024

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