Un Trago Amargo 1º

¡Felices xv!

  • ¿Mamá a dónde vamos? - le pregunto porque ya se paso el restaurante donde se supone que era ir a cenar. Digo se supone porque se paso y no sé que show.
  • Voy a dejar el carro en el estacionamiento privado, es por este lado - asiento y sigo cantando la canción.

- Entre el cielo y el infierno. Solo hay un espacio, solo hay un abismo - canto con todo el corazón esta estrofa -. Es que yo pierdo el ritmo cuando me abandonas. Y me quedo solo, solo sin ti.

 

La siguiente estrofa queda en el eco porque no llegamos a un estacionamiento de restaurante, llegamos a uno de un salón de eventos. En eso prenden una pirotecnia que dice MIS XV MONTSERRAT.

 

  • Ma.. Mamá - ella voltea y me sonríe -, pero…
  • Felicidades hija - sigue sonriendo y en eso llega mi tía; la hermana de mi madre.
  • Si quieres llorar. Llora - dice mi tía.
  • No, no, no llorare, no quiero arruinar el maquillaje - digo agitando la mano y esta hace aire, el cual entra a mis ojos y así evitar llorar.

 

Me bajo del carro y un muchacho como unos 28 años se acerca a mí para decirme que yo entrare por otra puerta. Lo sigo y esta puerta nos lleva a unas escaleras y los dos subimos.

 

  • Disculpa - le digo intentando hacer conversación antes de entrar a la habitación. Que un sillón en medio de esta.
  • ¿Si?
  • ¿Qué grupo es el tocara? - okay en una pregunta boba, pero tengo intriga, quien me manda a ser demasiado curiosa.
  • Empiezan con la H.
  • ¿Y la otra letra?
  • G - ladeo la cabeza por la letra que dijo, puesto que no hay respuesta.
  • Esa no es una letra para poder armar una palabra - el muchacho ríe y se despide dejándome con la duda.

 

¿H y G?

 

¿Qué tiene que ver esas letras con un grupo? No sé.

 

Voy hacia la ventana del cuarto y se ve todo borroso, fuck. Rendida me siento en el sillón y empiezo a hacer un moviendo de exasperación con el pie. Pasa una eternidad cuando dicen:

 

  • Demos le la bienvenida a Montserrat - dicen a travez de los altavoces. Salgo de la habitación y voy hacia donde se escucha la voz.

 

Me topo con unas escaleras donde la baranda tiene flores las cuales enrollan esta. Bajo las escaleras poco a poco porque con el vestido se me dificulta. Cuando llego al final de esta abrazo a mi mamá y luego a mi papá. Me dan ganas de llorar pero me guardo las lagrimas no es momento. Hacemos el recorrido por toda la pista; es una tradición. A lo que leí en un articulo de internet en el cual decía:

 

Se conoce como fiesta de quince años a la costumbre proveniente de las grandes culturas precolombinas de México y Guatemala (Aztecas y Mayas) que realizaban los ritos de pubertad para indicar la entrada a la vida adulta. En estas culturas, al llegar a la fecha de quince años, las jóvenes salían de la familia a la escuela telpochcalli donde aprendían la historia y tradiciones de su cultura y se preparaban para el matrimonio. Luego, regresaban a la comunidad para celebrarles la fiesta de quinceañera.

Con la conquista de los españoles, que eran católicos, incluyeron en la tradición indígena la inserción de la misa. En el siglo XIX, el emperador de México, Maximiliano y su esposa, Carlota, introdujeron vals y los vestidos. En la actualidad La Fiesta de quince años

 

Pero bueno yo no quiero tener novio, no tengo razón por la cual me niego a esta acción pero así esta la cosa.

 

Terminamos el recorrido, mi papá y yo empezamos a bailar el vals.

 

Al pasar el tiempo

Nos cambia la vida

Te he visto crecer

Cambiar a mujer

Cuando ayer eras mi niña

 

La canción de Niña a Mujer de Pancho Barraza empieza a sonar.

 

Se apodera de mi

Una nostalgia que veces duele

Cuando te imagino toda una mujer

Que corre que va y que viene

Y una lagrima de orgullo pasa por mi mejilla

Orgulloso de mirar a la pequeña que fue mi niña

 

Ante esta estrofa mi padre me sonríe y me dan mas ganas de llorar, ¿Cómo no quererlos? Mi madre me hizo esta fiesta sorpresa y el con que este presente me hace feliz. Es el primer vals que bailo con él porque en mi graduación de sexto no estuvo y baile con mi abuelo materno esa vez.

 

  • Ya estas vieja, hija - dice de la nada.
  • Ay papá, usted también su primera hija ya tiene 15 - los dos reímos y seguimos hablando de tonterías.

 

Nos toman fotos y yo pongo mi cabeza en el hombro de mi padre. Y sonreímos. Es la primera foto después de tantos años que tenemos juntos, anoto mentalmente pedirla para tenerla guardada. Seguimos bailando y yo sigo encantada con este día. Es el mejor.

 

  • El padrino puede bailar con la quinceañera - dice el mismo señor que me anunció.

 

Mi padrino se acerca, bailamos y tengo que felicitarlo es un excelente bailarín. Mi madre tenia razón, cuando ellos eran jóvenes Ana y el eran pareja de baile en las fiestas y mi mamá me dijo que era buenísimo y lo confirmo.

 

Luego bailo una pieza con mis dos abuelos. Con mi abuelo materno reímos porque es el que siempre estuvo ahí para nosotros cuando no teníamos a nadie. Termino de bailar con el y viene la parte del brindis. En la mesa de la quinceañera - ósea mía -, en ella se encuentran copas y tres copas de MOËT rosado. Tal como le dije a mi mamá que me ilusionaba tener si tenia una fiesta. Si se preguntan ¿Por qué rosa? Pues fácil, es mi color preferido y así esta la decoración toda rosa con dorado.

 

  • A la 1… a las 2… a las 3 - empiezan a sonar tambores.




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