Un trato con el nerd

Prólogo

Grecia

Despierto con el sonido de la alarma, me pongo en pie y después de ducharme, me visto con una falda rosa que se ajustaba a mi cuerpo, una blusa de manga larga color blanco, me pongo unos tacones del mismo color y observo mi reflejo en el espejo. Mi cabello rubio estaba suelto (ya seco) y mis ojos azules se veían un poco más claros por la luz del sol. Hoy era sábado, así que iría a la empresa con mi padre, como todos los fines de semana y en vacaciones. Industrias Scott, era un imperio, mis padres se esforzaban día con día para que siguiera creciendo y yo, Grecia Scott, cuando llegue mi momento, haré que crezca aún más. En el instituto era conocida como la capitana de porristas y la chica más popular, tenía todo lo que alguien pudiera desear, pero sentía que me faltaba algo.

Tomo mi bolso y bajo a desayunar. Mis padres ya estaban sentados en el comedor y observo a mi padre sonreírme al llegar. Tomo asiento y observo en mi plato un par de panqueques de plátano junto con una taza de té. Tomo mi tenedor y comienzo a comer en silencio, hasta que la voz de mi madre termina con él.

-Las hijas de mis amigas ya se están comprometiendo, creo que tendrás que ir a citas a ciegas- ¿en serio?

-Marianne, Grecia es muy pequeña para eso- sonreí.

-Henry, deja de protegerla. Nunca ha traído a un chico a la casa. Esto no se cuestionará- respondió.

-Mamá, en realidad salgo con alguien- respondí rápidamente.

Sus ojos se abren con sorpresa y rápidamente termino de desayuna, me pongo en pie y camino hacia la salida. Corro hasta llegar al auto, en el que nos esperaba el chófer, le sonrío a Nick y tomo mi celular mientras espero. Luego de unos minutos, mi padre entra al auto con una sonrisa en su rostro. Nick pone el auto en marcha y maneja por las calles de la ciudad hasta estacionar frente al edificio de Industrias Scott. Los empleados saludan a mi padre y avanzamos hasta el ascensor. La asistente de mi padre aprieta el botón del piso y esperamos unos segundos hasta que las puertas se abren. Bajamos y me separo de mi padre, ellos caminan hacia su oficina y yo tomo camino hacia la mía.

-Grecia, tu padre te ha mandado esta propuesta de inversión- dice mi asistente.

Comienzo a leer, el proyecto es bueno. Observo la empresa y es de Williams. Reconozco el apellido, la señora Williams es amiga de mi madre y tienen un hijo en el instituto. Creo que vale la pena invertir. Luego de leer más documentos es hora de comer y con ello finaliza mi jornada de trabajo. Salgo de mi oficina y camino a la de mi padre, quien se encuentra hablando. Espero unos minutos y finaliza la llamada.

-Iré al centro comercial- comenté y él asintió.

Subí al auto y esperé a que llegáramos. Bajé y vi a mi mejor amiga. Kendall, una hermosa castaña, era bastante divertida y la única persona en la que en verdad confío. Sonrío y me acerco a ella. Comenzamos a caminar por las tiendas, probándonos ropa y zapatos, compramos algunas prendas que realmente nos gustaron. Cuando pasa una hora, paramos y vamos a un restaurante. Ordenamos una ensalada con un batido de helado, siempre buscábamos la manera de no comer demasiado, pero seguir comiendo algunas cosas que deseáramos. Veo en una de las mesas de atrás al chico que podría decirse, era el nerd del instituto, sus ojos cafés se encontraban cubiertos por unas gafas, aparto mi mirada y sigo comiendo.

Al terminar de comer, seguimos nuestro camino en el centro comercial y luego de unas horas volvemos a casa cada quien. Dejo las bolsas de las compras en un sofá de mi habitación, entro al baño, me ducho y cuando salgo, me coloco mi pijama. Bajo a cenar y mi padre ya está en casa. La cena está servida y mi madre está sentada hablando por teléfono.

-Sí. Haremos la cena el próximo sábado- colgó y me observó sonriendo.

-¿Qué pasa?- cuestioné.

-El jueves traerás a tu novio y el sábado irán juntos a la cena- quise reprochar, pero no me dejó.

Cuando terminó la cena, subí a mi habitación. ¿De dónde sacaré un novio?

                                                

El lunes por la mañana, me desperté gracias a la alarma de teléfono, me levanté de mi cama y caminé al baño para ducharme. Cuando salgo del baño camino hasta el armario y busco mi ropa, me decido por un vestido gris, que tenía un cuello blanco, me coloco un abrigo rosa y unos botines negros, con un bolso del mismo color. Observo mi reflejo en el espejo y salgo de mi habitación. Bajo las escaleras y camino al comedor.

Mis padres ya se habían ido a trabajar, observo mi desayuno y comienzo a comerlo. Tomo mi jugo de naranja y los trozos de fruta. Salgo de la enorme casa, tomo las llaves de mi auto y comienzo a manejar rumbo al instituto. Cuando llegué estacioné mi auto. Las miradas se centraron en mí y muerdo mi labio inferior. Bajo y todos me observan. Camino con la cabeza en alto y sonrío, a pesar de que las miradas me ponían un poco incómoda. Mi mejor amiga se une a mi camino y llegamos juntas a nuestros casilleros.

Observé tratando de encontrar a un buen candidato. Hasta que lo encontré. Sus ojos estaban cubiertos por unas horribles gafas. Me acerqué a él. Caminé y él fue retrocediendo, hasta que di un paso más, su cuerpo chocó con la pared. Vi un leve sonrojo en sus mejillas.

-Andrea Williams, hagamos un trato- sentí su cuerpo temblar y sonreí.




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