Grecia
Llegamos a mi casa y abro la puerta. Me pongo en pie y me preparo para caminar, cuando Andrea llega en ese momento y me toma entre sus brazos. Entramos y la señora del servicio me observa preocupada.
-Señorita Scott, ¿está bien?- asentí.
-Sí, sólo ocurrió un pequeño accidente, pero cierta persona no me ha dejado caminar- río cuando veo las mejillas sonrojadas de Williams.
-¿Dónde está tu habitación?- cuestiona sonrojándose aún más.
-Sube las escaleras- comenzó a caminar y en un minuto ya estábamos arriba. De reojo vi sus músculos contrayéndose y sentí el calor subiendo a mi rostro.
-Es ésta- Andrea asintió, abrí la puerta y entramos.
Me acercó a la cama y me dejó caer suavemente, mi cara quedó a sólo unos centímetros de la suya. Su respiración se mezcló con la mía y nuestras miradas se encontraron. El latido de mi corazón se acelera y nos acercamos lentamente, de manera inconsciente. Antes de unir nuestros labios, mi celular resuena en mi bolso. Nos sobresaltamos y lo tomo.
-Señorita Scott, ¿le gustaría salir conmigo?- el acento francés de Pierre se hace presente.
-Hola, Étienne- respondí y Williams frunció su ceño. –Ha sucedido algo, así que no puedo salir contigo. Lo lamento- Andrea se alejó de mí.
-Está bien, espero pronto volver a verte- sonreí.
-Estoy segura que pronto lo haremos- la llamada finalizó y Andrea evitaba mi mirada.
Me puse de pie y con mucho cuidado comencé a caminar hacia él. Volteó y me vio de reojo. Mantuvo su rostro con una expresión indiferente mientras sus mejillas mantenían su color rojo.
-¿Qué tienes?- cuestioné.
-Tengo que irme- respondió rápidamente saliendo de mi habitación.
Lo veo alejarse, dejándome con dudas, con un vacío. Me quité mi ropa y me coloqué mi pijama. Regresé a mi cama y me acosté. Tomé mi teléfono y tenía varios mensajes de Kendall. Respondí y en ese momento llegó uno nuevo. Aquel número desconocido, tan conocido, mi pesadilla.
Los rumores dicen que te has lastimado en la práctica de hoy. Espero que no sea una excusa para no vernos mañana. No quieras evitarme o el nerd terminará sufriendo.
Mi corazón late deprisa y la desesperación regresa a mí. Quiero gritar, llorar y dejar salir todo esto que siento, mas no puedo. Me mantengo en silencio, mientras todo se acumula en mi interior. Me recuesto en la cama. Sé que pronto todo estará bien, que todo habrá valido la pena. Que mantendré a las personas que amo a salvo, sin embargo, si eso no sucede, espero que no sea muy tarde. Que estas emociones no me consuman. Apago mi teléfono y lo pongo a cargar. Cierro mis ojos y poco a poco voy durmiéndome.
Despierto gracias a la alarma de mi teléfono. Me levanto de mi cama lentamente y camino hacia el baño, abro la ducha y quito la venda de mi pie, hago lo mismo con mi ropa. Entro al agua, relejándome de inmediato. Cuando salgo, tomo mi analgésico y seco mi cabello, humecto mi piel y comienzo a maquillarme naturalmente. Me acerco a mi armario y tomo un pantalón de mezclilla color negro y un suéter gris claro, lo combino con unas zapatillas deportivas del mismo color y luego me pongo la venda, ocultándola debajo de mi ropa. Bajo las escaleras y encuentro una nota en el vacío comedor.
Princesa, Evan nos contó lo que pasó. El chófer irá por ti al Instituto para llevarte a la empresa, por favor, no vayas a la práctica. Cuídate.
Te amamos.
Sonrío y como mi desayuno, lavo mis dientes y retoco mi maquillaje. Acomodo mi cabello y me observo por última vez en el espejo. Tomo mi bolso y salgo de mi casa. Observo el auto de Andrea estacionándose y espero un momento. Williams baja del coche y me abre la puerta, entro y luego él hace lo mismo. Maneja en silencio y no me observa, evita mi mirada y mantiene una expresión indiferente.
-El chófer vendrá por mí- aún sin dirigirme una mirada, él asiente.
La arquitectura del Instituto comienza a visualizarse y en unos segundos ya estamos estacionados frente a ésta. Salgo del auto, camino despacio y la gente me observa. Ignoro sus miradas y continúo mi camino. Sintiendo un vacío al ver que Andrea no ha caminado a mi lado, no me sujetó de mi mano, no me ha dirigido la palabra, ni siquiera una mirada. Llego a mi casillero y encuentro una rosa, era idéntica a la anterior. Tomo la nota y comienzo a leer.
Grecia, tu reinado está a punto de terminar.
Tomo la rosa y la guardo en mi bolso. Mi corazón late rápidamente, pero esta vez no dejo que controle mis acciones. Tomo mis cosas y camino hasta el aula de mi primera clase. Me siento al lado de Kendall y sonrío. Ella corresponde.
-¿Te encuentras mejor?- asentí.
El profesor llegó, comenzó la clase y mantuve mis pensamientos en lo que pasaría hoy. ¿Quién sería esa persona que quería verme sufrir? ¿En verdad Kendall haría algo así? Las siguientes clases pasan de la misma manera. La hora del almuerzo llega, Andrea no aparece. Su ausencia provoca que el miedo crezca en mí. El almuerzo termina y él no vino. Las clases continúan y lo veo en las dos últimas clases, pero el evita cualquier contacto, tanto físico como visual. La tristeza invade mi ser, pero al poco tiempo es reemplazada por nervios, la hora de salida está cada vez más cerca. Finalmente, la campana resuena por todo el instituto. Y mi cuerpo deja de reaccionar. Recojo mis cosas lentamente y el sonido característico de mi teléfono suena en el aula vacía. Lo saco de mi bolsillo trasero y veo aquel número.