Un trato con el nerd

Capítulo 18

Grecia

Despierto y cada centímetro de mi cuerpo duele. La oscuridad invade toda la casa y la luz de la Luna entra por la ventana. Me levanto y camino hacia la cocina, sirvo agua en un vaso y comienzo a beber. Lo dejo en la barra y veo la comida en la estufa. Enciendo y cuando está caliente la sirvo en un plato. Tomo los cubiertos e intento pasar la comida. Mi cuerpo la rechaza, pero lo vuelvo a intentar, luego de hacerlo varias veces, finalmente puedo masticar la comida. Con más fuerzas que el día anterior subo las escaleras y entro a mi habitación. Quito mi ropa y abro las llaves de la ducha, me baño rápidamente y me visto con ropa deportiva. Camino hacia la habitación de mis padres y sujeto el bolso que preparé ayer. Bajo las escaleras y veo a la señora del servicio. Mi teléfono comienza a resonar por toda la silenciosa casa y atiendo la llamada.

-Señorita Scott, he podido completar el reporte antes de tiempo, ¿se lo llevo a su casa?- la voz de Anna se hace presente.

-Déjalo en mi oficina, en unas horas iré para allá- respondo.

-Lo tendré preparado- la llamada finaliza.

Nick me observa cuando salgo de la casa con ambos bolsos. Me acerco al coche de mi padre y él inmediatamente abre la puerta de los asientos traseros.

-Iré sola- digo pero él niega inmediatamente.

-No la dejaré, tengo que protegerla- muerdo mi labio inferior y entro.

Me coloco el cinturón de seguridad y el chófer me observa por el espejo. Dejo los bolsos en el asiento de al lado.

-A la casa de los Williams- ordeno.

El camino es silencioso y el gris del cielo no ayuda a mi mente. A unos metros observo la casa de Andrea y pronto estamos estacionados en la calle de enfrente. Bajo del auto y escucho el sonido de los truenos. Camino y toco el timbre, luego de unos segundos la misma señora que nos llevó la comida, abre la puerta. Me permite el paso y subo las escaleras. Escucho el agua de la ducha lo cual significa que se está duchando. Entro a su habitación y comienzo a caminar, me tengo en el librero y veo varios sobres que llaman mi atención. El fino papel en mis manos, aquellas palabras en mi mente y ese sentimiento en mi corazón. Escucho pasos y alzo mi mirada. Sus ojos café me observan preocupados.

-¿Ya tomaste una decisión?- cuestiono.

-Sí, me quedaré aquí- responde seguro, acercándose a mí.

-No me corresponde a mí decirte esto. Pero no puedes dejar pasar una oportunidad así. Andrea, has sido aceptado en Cambridge- mi tono de voz se va elevando.

-Pero no puedo dejarte, no con las cosas que estás pasando- dejo el sobre en la cama.

-Lo que está pasando no tiene que ver contigo, así que ve y toma ese avión- se acerca a mí.

-Todo lo que tenga que ver contigo, tiene que ver conmigo- mi corazón late deprisa.

-Una oportunidad como esa sólo pasa una vez en la vida-

-Encontrar a una persona como tú, sólo pasa una vez en mil años- dice. –No me iré, el trato no ha terminado- muerdo mi labio inferior.

-Se acabó, Williams. Eres libre, así que ve y cumple tus sueños- salgo de su habitación y bajo las escaleras rápidamente, abro la puerta y la cruzo. La lluvia comienza a caer.

-¿Acaso esto sólo fue un trato para ti? ¿Nunca me quisiste ni siquiera un poco?- detengo mis pasos.

Te amo, Andrea. Te amo lo suficiente como para pedirte que te quedes, te amo lo suficiente para aceptar que tienes que ir a esa universidad. Te amo lo suficiente como para dejarte ir.

-No digas eso, por favor- giro mi cuerpo y lo observo.

La lluvia cae sobre nosotros. Mojando nuestros cuerpos. Su mirada café me atrae y no puedo alejar mis ojos de él. Camino hacia él y sujeto sus mejillas entre mis manos. Nuestras respiraciones son a un mismo ritmo. Uno nuestros labios y él coloca sus manos en mi cintura, atrayéndome a su cuerpo. Sintiendo aquella necesidad de estar juntos, sabiendo que podría ser la última vez. Nuestros labios se mueven con necesidad, intentando recordar hasta el lugar más escondido. La lluvia no cesa. Me separo lentamente de él y mantenemos juntas nuestras frentes. Me separo lentamente con mi respiración entrecortada, doy la vuelta y retomo mi camino. Sintiendo mi corazón rompiéndose en cada paso.

-Grecia Scott, volveré y cuando lo haga no podrás separarte de mí nunca más- su grito llega a mis oídos.

-Te estaré esperando, amor- digo en un susurro, uno que no llega hasta él.

Camino y subo al auto. Nick me pasa una toalla y comienzo a secar mi rostro. El maquillaje corrido por la lluvia, se va de mi rostro. El auto comienza a moverse, alejándome de la única persona que había querido. La única persona que había logrado enamorarme. Muchos dirán que lo que he hecho es de cobardes, pero dejar ir a Andrea ha sido la cosa más valiente que he hecho en toda mi vida. El hospital comienza a visualizarse y cuando llegamos, bajo rápidamente del auto, tomo los dos bolsos y Nick toma un paraguas, cubriéndonos a ambos. Mi madre está acompañada por toda la familia Moore y me acerco a ellos. Tiendo el bolso a mi madre y ella agradeciendo lo toma. Los brazos de mi mejor amiga me rodean y me ayudan a tranquilizarme, sin embargo, hoy tampoco soy capaz de derramar una sola lágrima. Cuando mi madre llega, camino hacia el baño y me quito la ropa húmeda, cambiándome por una formal y me maquillo un poco. Salgo y mis pasos resuenan por todo el lugar.




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