Capítulo 20

5 años atrás

Andrea

Sujeto la mochila hacia mi cuerpo. Miles de emociones invaden mi cuerpo. Mi pierna comienza a moverse mientras espero que el director termine con su discurso de bienvenida. Extiende mi horario y me retiro de esa tortura.

-Tú debes ser Andrea Williams- escucho la voz suave de una niña.

-Sí, ese soy yo- respondo con voz apenas audible.

-Yo soy Grecia Scott, te daré el recorrido por la secundaria- en ese momento no puedo apartar la mirada de esa niña rubia y esos ojos azules. Grecia Scott. Mi expresión de sorpresa tuvo que delatarme porque ella rodó esos hermosos ojos. –Sí, soy la hija de Henry Scott- dice molesta.

-¿De quién?- cuestiono dudoso.

-¿No acabas de reconocer mi apellido por mi padre?- cuestiona.

-Eh, yo, en realidad- soy incapaz de formar una oración coherente.

-Entonces, ¿cómo sabes quién soy?- su mirada es profunda y eso logra desconcertarme de una manera inigualable.

-Hace dos años saliste en el programa de televisión donde entrevistaron a herederos, ¿no?- siento el calor subiendo a mis mejillas.

-Oh, eso no ayuda en mucho- responde.

-¿Por qué?- cuestiono.

-Ese día todas las personas comenzaron a reconocerme por mi belleza- continuamos caminando.

-Ese día diste una respuesta muy madura para tener 10 años- respondo.

-¿Recuerdas lo que dije?- pregunta con un brillo de esperanza en sus ojos.

-Sí- siento como mis mejillas se tornan aún más rojas. –Todos esperaban que un niño entrar por esa puerta cuando dijeron Dylan Scott, entonces tú les preguntaste que si sólo los hombres podían heredar un imperio. Ellos se pusieron nerviosos y luego continuaste diciendo que ellos no deberían hablar así porque eran adultos y se supone que los adultos piensan con más claridad. Finalmente sonreíste- su mirada azul me atrae como un imán.

-Nunca nadie menciono eso. Todos los medios de comunicación adularon mi vestuario, pero nadie habló sobre mi respuesta, nadie habló de la cara de decepción que pusieron cuando una niña entro a esa entrevista- había leído todo lo que decían sobre ella y definitivamente no era cierto.

-Debieron decirlo- respondo y ella sonrió.

El recorrido termina. Grecia me lleva a mi salón y se despide de mí. Espero volver a hablar con ella, por alguna extraña razón sentí una conexión con ella. Sonrío mientras camino al asiento vacío.

-Hola, soy Liam Hale- dice sonriendo uno de mis compañeros.

-Soy Andrea Williams- respondo.

-Tu nombre es un poco raro, me agrada- suspiro y le devuelvo la sonrisa.

Las clases pasan y hablo de distintas cosas con Liam. Descubro que tenemos mucho en común. La hora del almuerzo llega y luego de tomar nuestra bandeja caminamos a una mesa vacía. En ese momento Grecia entra y todas las personas la observan. Por alguna extraña razón no puedo apartar mi vista de ella.

-Es bonita- dice Liam.

-Sí, lo es- respondo sintiendo el calor en mis mejillas.

-Pero su mejor amiga lo es aún más- señala a la castaña que está al lado de Scott.

Mi mirada se centra en ella, pero Grecia nunca voltea a ver a nadie y no nota mi presencia. Termino de comer y veo como un niño mayor se acerca a ella. Retiro mi mirada y salgo de la cafetería.

-Espero que no te haya gustado Scott, ella parece ser algo inalcanzable, te lo digo como amigo- regresó mi mirada por la ventana y la rubia sonríe. Yo también lo espero.

Dos años después.

-Deberías dejar de dibujarla, eso te hace parecer un acosador- dice Liam mientras observa otro de mis dibujos de Grecia.

-Tú eres más acosador, no soy yo el que golpea a cada chico que habla mal de Kendall- respondo.

-Nadie debería hablar mal de una chica- contesta.

-Pero…

-La violencia no soluciona nada, lo sé. No paras de repetir eso- sonrío.

-Deberías dejar de hacerlo. Ella no tiene ningún plan de salir con alguien- dejo el lápiz en el escritorio.

-Sé que algún día Kendall notará cuánto me gusta y cuando lo haga, querrá salir conmigo- giro la silla y lo veo acostado en mi cama.

-Espero que no sea demasiado tarde- respondo.

Un año después.

Veo entrar a Grecia y no puedo apartar mi mirada de ella. El traje de porristas le queda bien y la mayoría de las personas se han encargado de hacérselo saber. Camina hasta la mesa del centro, donde todos los populares se sientan. En ese momento entra Adam Miller, jugador del equipo de Fútbol, compañero de Liam y un playboy. Camina sintiéndose superior a los demás y detiene sus pasos cuando nota a un chico cerca de Grecia. La cafetería queda en silencio cuando notan eso.