Un último adiós

Capítulo 1

Antes de él

Sonreír no debería de ser tan difícil ¿verdad?

Suponer es fácil cuando no eres tú quien se encuentra en una situación comprometedora. Pero no se preocupen, no los juzgo, yo también era de suponer hasta que me tocó a mí vivir todas las tragedias.

Buscaba con desespero algo a que aferrarme, no quería vivir, no conseguía motivos para seguir. Entonces apareció, el primer chico que me elevó para que tocara las estrellas. Un poco cursi, lo sé.

Tenía muchos demonios conmigo, muchas inseguridades, y todo eso se aferró a él. Cada vez que me sentía mal, agobiada, le escribía para distraerme, para que me ayudara a “olvidar y sonreír” era tan raro encontrar a alguien o algo que lograse hacer que me sintiera tan bien en cuestión de segundos, que empecé a creer que era una especie de “súper poder”

Éramos todavía unos niños, ninguno sabía bien lo que estaba sucediendo y mucho menos la responsabilidad con la que estábamos jugando.

La magia era casi tangible, y así como ella, también lo fue la caída. Luego de tantos años, la primera vez que mi corazón se rompía en millones de pedazos por la única persona que me hacía sentir bien. Era doloroso, pero no me dejé vencer por esa situación, ahora creo ciegamente que la vida me estaría preparando para todo lo que se avecinaba.

Si bien dije que este chico me hacía sentir bien, no lograba que desaparecieran todos mis demonios, y mi ansiedad aumentaba constantemente, sin embargo, ni yo lograba percatarme de eso. Sufrir, durante una de las etapas que consideraba difícil, me ayudó un poco. Podría sonar un poco demente, pero no sabría cómo explicarlo con palabras, solamente puedo asegurar que me ayudó.

Ese dolor, ese sufrimiento, logró hacerme sentir viva. Para lo que creemos que estamos vacíos, rotos, etc. ese dolor es el que te hace entender, el que te dice “estás viva” y entonces empiezas a luchar con más ganas, a dar todo de ti, a poner empeño en cada paso, palabra, pensamiento, lo dejas todo en la pista, por y para ti, sin terceros, sin excusas.

Juro, por todo mi ser, que lo intenté, luché con todas mis fuerzas para mejorar, únicamente por mí. Luego de unos años creía que podría evitar ceder ese “súper poder” de nuevo, sin embargo, temo que me equivoqué.



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En el texto hay: despedida

Editado: 21.05.2021

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