Un último adiós

Capítulo 5

“Soltar es igual a agradecer”

“Cuando él está a mi lado se equilibra la balanza”

Me arriesgué, salté al vacío eterno por él. Dijo querer todo conmigo, y yo le creí. Saben algo, no lo reprocho, quiero creer que en su momento lo deseaba, las cosas que queremos no deben ser para siempre, al menos no necesariamente.

Amé cada minuto, cada segundo a su lado. Me sentía bien con cada roce, la forma en que me miraba, la manera en que me motivó a salir de mi zona de confort. Siempre estaré agradecida por cada momento que me regaló, la manera en que me abrazó, la paciencia, el cuidado, el cariño, todo.

Tardé mucho para entender muchas cosas, quiero creer que ambos hicimos lo necesario por mantener lo de nosotros a flote. Regalarnos sonrisas, y recuerdos hermosos. Perfecto para ser mi primer novio, si, el primero.

Ya pasaron años de todo esto, muchos para ser honesta, su recuerdo sigue viviendo dentro de mí y latiendo tan fuerte que me duele. Ahora lo entiendo y todo tiene sentido.

¿Por qué agradezco?

Te mostré cada parte de mí, lograste descubrir la forma perfecta para abrazarme y hacer que me sintiera a salvo. Por ti, volvería a arriesgar mi corazón, porque hoy confirmo que, con cada recuerdo de ti, logre reconstruirlo. Soy más fuerte, siento que puedo amar sin miedo a que me fallen.

Me enseñaste que el amor es en partes iguales, calmaste mis demonios, me iluminaste el camino, me llenaste de motivación para ser la mejor versión de mí. Mis inseguridades, entre tus brazos, se desvanecieron. Me di cuenta que soy alguien que merece amor y yo no lo creía.

Me viste llorar, me abrazaste, me besaste, no me dejaste sola en ningún momento. Me cuidabas aun cuando no era tu obligación. Nunca dejaste de estar pendiente de mí, incluso después de haber terminado, esperabas a que mis clases terminaran y me fuera a mi casa para irte a la tuya. Me hacías sentir especial, rocé las estrellas con tantas palabras lindas y de aliento.

No todo fue perfecto, pero dimos lo mejor, el destino no nos ayudó mucho. Quizás nuestro tiempo juntos era corto y me negué a soltarte, a soltarnos tan pronto. Por supuesto que extraño tus abrazos, tus besos, a ti en general, pero no puedo pasar mi vida esperando a encontrarte en la calle, no puedo dejar de vivir, sé que odiarías eso.

Te amaré, no tan fuerte como antes, sin tanta intensidad. Pero con la misma ilusión. Gracias por mostrarme infinidades de cosas, mundos y posibilidades. Te deseo todo lo bonito de este mundo y sobre todo un amor intenso y duradero. Yo aquí seguiré caminando y luchando.

Hoy te suelto, te dejo ir, entiendo que nuestro tiempo ya acabó y lo acepto con el corazón abierto y contento. Si en otra vida volvemos a coincidir, espero regresarte la mitad de las cosas lindas que me dejaste.

Hasta luego ¡cuídate!



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En el texto hay: despedida

Editado: 21.05.2021

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