Un último deseo

15

El estado de ánimo de Dereck cambió justo después de la visita del abogado y el pequeño altercado que tuvo con él. Las cosas no estuvieron bien después de eso. Durante un largo rato guardó silencio, con su dura mirada clavada en el suelo. Podía sentir como contenía la furia que albergaba dentro de su cuerpo, aquella que quería dejar salir. Arrugaba la carpeta que tenía en la mano con fuerza hasta casi hacerla una bola. Estaba tan furioso que incluso, desde donde estaba, podía ver la vena palpitando sobre su sien.

No me atrevía a decir algo por temor a empeorar la situación.

En realidad no sabía que hacer. Quedarme y reconfortarlo, o irme y dejarlo solo por su cuenta.

De lo que sí estaba segura, era que en ese momento, mi presencia ya no era bien recibida.

Minutos más tardes, Allyson, cuando a regañadientes se separó de Dereck, propuso que era mejor si nos íbamos y lo dejábamos solo por ese momento. Sé que le resultó difícil hacer eso.

Muy a mi pesar, le hice caso y acepté que era mejor dejarlo solo. Así que eso hicimos. No sin antes, con mucha sutiliza para no invadir el espacio que tanto estaba necesitando, despedirme y recordarle que estaría comunicándome con él para encontrarnos el siguiente día.

Sin obtener una respuesta, comencé a alejarme hasta salir del taller.

Durante el trayecto a casa, entre lágrimas, Allyson me actualizó de todo lo que estaba sucediendo entre Dereck y sus padres. Todavía guardan cierto rencor hacia él por, según ellos, hacerla desdichada y han llegado a tal extremo de incluso culparlo por su muerte. Ahora le han puesto una demanda para quitarle a la niña y ser ellos sus tutores legales.

"Aun no entiendo por qué lo hacen" me dice desde su puesto en el asiento del copiloto "¿Cómo han podido llegar a este extremo de querer quitarle a nuestra hija?" se preguntó. Su rostro manchado por lágrimas ya secas "¿Sabes? Ni siquiera se preocuparon por mi embarazo. Ni siquiera estuvieron en el parto, aun cuando Dereck los llamó... Y... Y ahora... Ahora quieren apartarla de él" exclama con furia.

Aprieto el volante con fuerza y la miro de reojo "¿Sabes por qué lo hacen?... Supongo que también has estado vigilándolos a ellos desde que estás aquí"

"No lo sé. Tal vez, de alguna estúpida manera quieren hacerlo sufrir... Tal vez no creen que él tenga la capacidad de criarla... O a lo mejor la quieren para convertirla en la persona que yo nunca fui. La persona que ellos querían que fuera" dice, todavía llena de furia "No lo permitiremos. Es mi hija y no permitiré que la alejen de su padre."

Asentí en acuerdo con ella "Ya se nos ocurrirá algo... No se la quitarán... Está en tu lista, ¿no?" pregunto sonriendo para animarla "Pues lo lograremos"

"Son mis padres, Elizabeth, y me duele que esto pase" explica ahora con nostalgia "Los amo. A pesar de sus errores, los amo... Pero no voy a permitir que arruinen la vida de Dereck... Si quieren estar dentro de la vida de Ariel, pueden hacerlo, como los abuelos que son. Pero no de esta manera. No apartándola de él. No así... No lo permitiré"

La tomo de la mano dándole un suave apretón, reconfortándola y apoyándola.

"No sucederá. No te preocupes más" le digo con convicción.

.

.

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Era de noche y estaba ya en casa.

Esa noche, después de una relajante ducha, me encontraba recostada cómodamente en mi cama. Estaba boca arriba con la mirada fija en el techo y mi celular entre las manos. Me debatía en si debía escribirle a Dereck o no. No sabía si era lo adecuado luego de lo que pasó, y temía que al estar todavía enojado, ignorara mi mensaje.

Levanto el celular hasta tenerlo frente a mí, con la luz de la pantalla iluminando mi rostro. Busco su nombre entre los contactos para abrir el chat. Mis dedos están en posición, listos para escribir. Pero en lugar de eso, se quedan quietos como los dedos de una estatua. Mis ojos todavía fijos en la pantalla, en el chat vacío desprovisto de cualquier mensaje.

Vuelvo a apartar el celular. Suelto un suspiro pesado, sintiéndome como una cobarde al no atreverme a escribir un simple mensaje. Miro hacia la ventana y me pregunto dónde está Allyson. Cuando llegamos a casa, inmediatamente desapareció sin siquiera decir nada. Exhalo otro suspiro pesado. Es en momentos como estos cuando la necesito. Si ella estuviera aquí, seguramente estaría animándome y alentándome para que le escribiera. No me dejaría en paz hasta verme pulsar la tecla de enviar y luego estaríamos expectantes, esperando su respuesta.

Me lleno de coraje cuando pienso en Allyson y en lo triste que se puso ante lo que estaban planeando sus padres.

Cojo el celular, y esta vez, sin vacilar, mis dedos comienzan a moverse ágilmente sobre la pantalla. Finalizo el corto mensaje y lo envío.

Me acomodo de lado y coloco el celular sobre una de las almohadas para tenerlo cerca de mí y esperar la respuesta de Dereck. Si es que habrá respuesta alguna.

Los minutos pasan y aún no llega respuesta. Empiezo a creer que no recibiré ninguna y que el plan de vernos mañana está cancelado. Dándome por vencida, cierro los ojos para que el sueño me rapte por varias horas cuando escucho el sonido de una notificación de mensaje. Abro los ojos instantáneamente y cojo el celular. Mi corazón late muy deprisa. Ruego en silencio porque sea Dereck el que haya enviado el mensaje. Abro el chat y mi rostro se ilumina de alegría al leer el mensaje.



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En el texto hay: humor, amor, amistad

Editado: 11.02.2023

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