Un último deseo

16

"Hola" logro saludar y me inclino para quedar a la misma altura de Ariel "Hola pequeña Ariel, ¿me recuerdas?" le pregunto, ganándome un asentimiento de cabeza de su parte "Que bueno! Porque yo también te recuerdo. Y no sabes lo mucho que me alegra verte de nuevo... Estás muy hermosa. Me gusta tu vestido, es muy lindo" le digo sonriente.

Ariel sonríe ante el halago "Gracias. Fue un regalo de mi tío Carter" contesta, con una voz tan dulce que provoca abrazarla y apapacharla.

"¿En serio?" pregunto con fingida sorpresa "Tu tío tiene muy buen gusto" le digo, acercándome a ella para susurrarle al oído y que solo ella pueda escucharme "dudo mucho que tu papá lo tenga" le guiño un ojo, haciéndola soltar una dulce risa.

"Le agradas, Elizabeth! Eso es bueno. Muy bueno" dice Allyson.

Me pongo nuevamente de pie para hablarle esta vez a Dereck.

"Me alegra que hayas venido" digo, pasando un mechón de cabello detrás de mí oreja "Creí que no aceptarías. Es que te vi tan reticente cuando propuse la salida... Por un momento llegué a pensar que todavía me creías una loca y que no querías verme más" admito.

Dereck suelta un resoplido burlón "Todavía sigo pensando que estás loca" expresa sin vergüenza alguna. Lo que me hace soltar una queja de indignación "Pero dije que intentaría ser tu amigo. Y aunque seas rara y te falte un tornillo, lo intentaré" concluye.

Pongo los ojos en blanco "No soy rara" digo tratando de defenderme.

En su rostro va apareciendo una media sonrisa "Sí que lo eres" insiste "Pero olvídalo, de todas formas no creo que puedas cambiar... Así que... ¿Qué planes tienes para hoy?”

Abro los ojos de par en par al darme cuenta que no planifiqué nada. Solo lo invité a venir y ya. Por un diminuto instante casi le pregunto a Allyson qué hacemos. Ambas estábamos tan emocionadas que ni siquiera se nos ocurrió pensar en algo.

Paso la lengua sobre mis labios, pensando que decirle.

"A ver. Déjame adivinar... No pensaste en eso, ¿o me equivoco?" Dice en tono burlón. Al parecer está disfrutando el verme incomoda.

Abro la boca para defenderme pero no se me ocurre nada que decirle, así que resignadamente le respondo "No"

Dereck sonríe más "Nos invitaste a pasar el día contigo, y ahora resulta que no tienes nada planeado" se queja burlonamente "Luego dices que no eres rara"

"Es que pensé que no aceptarías. Y nos emocionamos tanto que no pensamos en eso" trato de explicarme.

Arquea una ceja, mirándome extrañamente "¿Nos emocionamos?... ¿En plural?" pregunta.

"Torpe!" dice Allyson en queja.

"Me emocioné! Me emocioné!... Lo siento, me equivoqué" me corrijo velozmente "Pero no importa que lo haya olvidado. Eso es lo de menos... Podemos hacer muchas cosas!" digo con emoción "Podemos andar en bicicleta; pasear en bote por el lago; ir al zoológico... Muchas cosas maravillosas que podemos hacer"

Él arquea la cabeza, mirándome evaluativamente "De acuerdo. ¿Cuál de esas cosas haremos?" pregunta.

Me pongo un dedo en la boca y llevo la vista al cielo fingiendo pensar "Mmm... ¿Por qué no dejamos que Ariel decida?" me inclino hacia ella "¿Tú qué dices, pequeña?

"Excelente idea!" Allyson aplaude a mi lado.

Dereck y yo miramos a la niña, expectantes de lo que dirá.

Mira a su papá y luego a mí. Indecisa de lo que quiere hacer primero.

Él se agacha para estar a su altura "Que no te de pena, pequeña... Puedes elegir lo que quieras" le dice con voz amorosa "Dinos. ¿Qué quieres hacer?"

Después de pensar por unos segundos, Ariel nos regala una amplia sonrisa para luego darnos su respuesta "Quiero una paseo en el bote"

Aplaudo, contagiándome de su emoción "Perfecto!... En marcha. A alquilar un bote" exclamo, extendiéndole mi mano para que la tome.

La niña observa mi mano extendida y la toma sin siquiera rechistar, envolviendo su pequeña mano en la mía. Ambas nos miramos y sonreímos de manera cómplice. Sin más nada que decir, empezamos a caminar con dirección a los botes de alquiler, dejando a Dereck atrás.

Él solo se cruza de brazos y nos observa alejarnos "Al parecer ya no me necesitan aquí" dice.

Volteo a verlo, con Ariel aún de la mano "Deja que quejarte y date prisa sino quieres que te dejemos... Bien podemos divertirnos sin ti, ¿Cierto, Ariel?" le pregunto en juego, a lo que ella solo se ríe divertida mientras mira a su papá.

Y así, entre risas y diversión, pasamos gran parte de la tarde.

A simple vista, Dereck no parecía estar pasándola muy bien. Cualquier persona que lo viera así, con ese rostro tan serio, con su ceño bien fruncido y de brazos cruzado todo el tiempo, pensaría que está aquí con nosotras solo por obligación. Pero yo no lo veo así. Sé que a pesar de que le está costando un mundo no quejarse de todas las cosas infantiles que estamos haciendo, lo está soportando con el fin de ver como la felicidad de su hija sale a borbotones de ella. Basta con observar como no se pierde ningún detalle de lo que Ariel hace o dice. Basta con presenciar cómo cada vez que la niña ríe, a él mismo se la asoma también una sonrisa, y esos ojos pasan de ser severos, a inundarse de ternura. Basta con darse cuenta que está abandonando su zona de confort solo para que su pequeña hija se divierta. Y eso para mí, es de admirar; el ver que un padre hace lo imposible en ver a un hijo feliz. La pequeña Ariel es afortunada de tener un padre como él, tan amoroso y entregado. Al igual que su madre, quien a pesar de no poder estar con ella, todavía lucha por su felicidad y la de Dereck.



#2084 en Novela romántica
#721 en Chick lit

En el texto hay: humor, amor, amistad

Editado: 11.02.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.