Domingo, último día de vacaciones y en vez de estar emocionada de poder ver a mis estudiantes, me pasa todo lo contrario. Me siento pésimo. No he sabido nada de Dereck y eso me está comiendo viva. Estoy muy intranquila. No he recibido ningún mensaje de su parte, tampoco me atrevo a escribirle pues no quiero ser una molestia ni mucho menos ser impertinente.
Si tan solo tuviese el número de Carter lo llamaría para peguntarle como se encuentra Dereck.
Que estúpida soy. ¿Por qué no le pedí su número anoche?
Quiero ver a Dereck. Necesito verlo.
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Me encuentro en la casa de mis padres. Debería estar ayudando a mamá con la comida pero en vez de eso, mi mente está en un lugar muy lejos de aquí.
Muerdo mis uñas mientras sigo pensando en Dereck.
¿Será que voy a su casa?
No. No podría hacer eso. Moriría de vergüenza si llego sin avisar.
¿Qué hago?
“Hija, ¿Estás bien?” Escucho a mamá a lo lejos.
“¿Qué?” reacciono “Sí. Sí, no pasa nada”
“¿Segura? Te noto algo intranquila… ¿Qué pasa?” se limpia las manos con su delantal, acercándose a mí.
“No es nada… Es solo que… Solo estoy preocupada” le respondo, incapaz de mentirle a mamá.
“¿Por qué? ¿Pasó algo malo?” pregunta, empezando a preocuparse.
“No soy yo, mamá…. Es un amigo quien me preocupa”
“¿Kevin?” lo menciona a él por ser el único amigo mío que conoce.
“No es Kevin. Es otro amigo que tú no conoces” contesto “Estoy preocupada por él… Anoche sucedió algo que lo dejó muy desconcertado y…”
“¿Anoche? ¿Estuviste con un hombre anoche?” me interrumpe.
“No. No, mamá. No es lo que piensas” trato de explicarme “No es nada de lo que tu linda cabeza imagina, te lo aseguro… Anoche salí con los chicos e invité a este amigo que conocí hace poco, entonces…”
“¡Invitaste a salir a un chico!” exclama, volviendo a interrumpirme “Mi hija tuvo una cita”
¡Dios! Está reaccionando justo igual que los chicos cuando les hablé por primera vez de Dereck. Que incómodo.
“No fue una cita. Solo fue una salida de amigos… No sé si escuchaste bien la parte en que dije que los chicos estaban con nosotros” me cruzo de brazos completamente sonrojada.
Mamá se cubre la boca con la mano para ocultar su risa. La miro con malos ojos, dándose cuenta al instante de mi incomodidad.
“Lo siento” carraspea, controlándose “Dime ¿por qué te tiene preocupada?… ¿Qué fue lo que ocurrió para que estés así?”
Siendo mi madre, y teniendo la suficiente confianza con ella, le narro todo sobre Dereck, por supuesto obviando algunos detalles y jamás haciendo mención de Allyson. Sería inaudito contarle que me he aliado con una mujer muerta para ayudarlo.
Como Allyson no estaba aquí, pude desahogarme con mamá sin problemas y al concluir, ella se queda en silencio procesando toda la información.
“Pobre hombre. Quedarse viudo siendo tan joven” dice al fin, llevándose una mano al corazón, con su semblante lleno de tristeza “Y esa pequeña niña, perder a su madre antes de conocerla… ¿Cómo puede la vida ser tan cruel?”
“Sí, lo mismo pensé cuando escuché su historia… No sabes cuánto me entristece” le digo “Si vieras a la niña, mamá… Es tan dulce… Ni siquiera sé en qué momento pude encariñarme de ella tan rápido. Esa niña se ha ganado mi corazón” sonrío al recordar a la alegre Ariel.
“¿Y ese hombre? ¿Dereck?” pregunta dulcemente “¿También se ha ganado tu corazón?”
Llevo mi mirada hacia ella y le sonrío con timidez. A mamá no puedo engañarla ni aunque quisiera. Ella sabe cuándo le estoy mintiendo. Con tan solo verme a los ojos conoce cuál es mi verdad, así que para qué mentir. No gano nada con eso.
“Sí, mamá. Lo quiero” confieso abiertamente, sintiendo como se deshace un poco el peso que llevo sobre los hombros al decir esas dos palabras tan abiertamente “No sé cómo, pero me enamoré de él… Te juro que esa no era mi intención. Lo juro… Simplemente pasó… En verdad lo quiero” digo con rapidez, como si de alguna manera estuviese buscando su comprensión.
“¿Por qué te excusas como si esto que sientes fuera algo malo?” pregunta con confusión “Hija, si estás enamorada, estás enamorada y punto… Es el corazón quien decide a quién querer… Y si decidió quererlo a él no tienes por qué sentirte mal al respecto” dice, con la paciencia que solo una madre puede tener “Elizabeth, jamás te excuses por estar enamorada”
Palabras tan sabias, pero si mamá supiera la verdadera historia, entendería por qué me siento así.
“Lo sé, pero es que no entiendes… Es tan difícil… Dereck es una persona muy difícil… Ni siquiera sé lo que siente por mí. Si es que acaso siente algo” me encojo de hombros con melancolía “A veces se comporta muy amable, como si le gustara estar conmigo, y otras, es como si le estorbara mi sola presencia… Como si no quisiera verme más” me siento en una de las sillas que hay en la cocina y suelto un profundo suspiro.