Un último deseo

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El lugar que quiero enseñarle a Dereck no queda muy alejado del apartamento de Cora, por lo que llegamos caminando con mucha facilidad.

Estoy entusiasmada por mostrarle mi lugar favorito, porque a pesar de ser algo simple, lo considero algo personal para mí. Y el que pueda compartirlo con él, me hace mucha ilusión, ya que en muy poco tiempo, se ha convertido en alguien importante en mi vida.

Cuando entramos pudimos notar que había pocas personas alrededor, algo que resulta ser normal debido a lo tarde que era. Para mí es estupendo, porque de esta manera puedo recorrer el sitio tranquilamente junto a Dereck.

“¡Bienvenido a mí lugar favorito!” exclamo, levantando los brazos en el aire mientras doy un giro, mostrándole lo feliz que me encuentro.

“¿Es aquí?” pregunta, observando todo a su alrededor con ojos interesados.

“Así es…” le respondo “Bienvenido a Domino Park, mi lugar favorito en todo Nueva York”

“Domino Park” repite para sí mismo mientras seguir observando todo.

Domino Park es un parque que fue inaugurado hace poco tiempo, específicamente en el año 2018. Anteriormente, este parque era en realidad una refinería de azúcar, que con el pasar de los años llegó a convertirse en una de las refinerías más importantes del país y posteriormente del mundo, hasta que cerró sus puertas después de más de un siglo de gran producción.

Luego de varios años cerrados, el consejo Municipal de Nueva York permitió que se creara un área recreativa sin que se tuvieran que demoler la parte más importante de lo que era la refinería, y que ahora es un componente histórico de la ciudad, visitado por muchas personas.

El parque es maravilloso, tanto que se ha convertido en mi lugar favorito para visitar cuando de escaparme para relajar mi mente y mi alma se trata. Se pueden encontrar muchas cosas para hacer aquí. Tantas, que nadie podría aburrirse, ni siquiera los niños. Se extiende junto al East River; y se puede observar muy de cerca como el puente de Williamsburg se alza imponente sobre el río, cruzándolo completamente hasta llegar a Manhattan, permitiéndonos la dicha de tener unas vistas maravillosas de los grandes rascacielos que cubren la ciudad. Y sí miras más al horizonte, también se puede observar los puentes de Manhattan y de Brooklyn.

Durante los meses de verano es el mejor lugar para venir, pues puedes disfrutar de un refrescante helado mientras te sientas en las grandes tumbonas que se encuentran por todo el parque para ponerte a disfrutar del río y sus paisajes.

Es una pena que no muchas personas conozcan este maravilloso lugar, porque vale completamente la pena venir de vez en cuando y simplemente desconectarte un poco de todo.

“¿Así que este es tu lugar favorito?” vuelve a preguntar.

“Sí, este es… ¿No te lo esperabas?” respondo mientras nos adentramos más al parque.

Lo guio hacia el paseo que está junto al rio, caminando sin prisa, disfrutando de la noche y de la pequeña brisa que vuela a nuestro alrededor. Hay un silencio agradable al no haber tantas personas, lo que nos permite escuchar el leve movimiento del rio y el de nuestras respiraciones. El aire que se respira es increíble y relajante.

“La verdad, sí… Se siente mucha paz en este lugar. Es tranquilo y muy bonito” responde.

Caminamos un poco más hasta que nos detenemos y nos decidimos sentar en una de las tumbonas para seguir platicando.

“¿Habías venido alguna vez a este parque?” comienzo a curiosear.

Niega con la cabeza, poniéndose cómodo en su sitio.

“No, nunca… He escuchado de este lugar pero no he tenido la oportunidad de venir a verlo” responde “Mis paseos con Ariel siempre han sido en Central Park. Pero ahora que conozco esto, pienso traerla. Seguramente le va a gustar”

“Sí, deberías traerla. Sé que le encantará… De hecho tiene un área de juegos muy entretenido para los niños… Cuando vengamos, la llevaremos allí” digo encantada.

“¿Cuándo vengamos?” me pregunta con una sonrisa “¿Quieres que vengamos juntos otra vez?”

“¡Por supuesto! ¿Por qué te sorprende?”

“Porque como es tu lugar favorito, quizás quisieras seguir viniendo sola”

“No tiene nada que ver que sea mi lugar favorito. Es un parque público, y puedes venir cuando quieras. Solo o conmigo” le digo “Incluso podría convertirse también en tu lugar favorito, o en el de Ariel”

“Creo que ya lo es” me dice, apoyando los codos en sus piernas, sin  apartar ni un segundo su mirada de la mía.

Le sonrío avergonzada, sintiendo como vuelvo a ruborizarme. Miro a otro lado para que no se dé cuenta, aunque creo que ya lo notó.

“¿Por qué se ha convertido en tu lugar favorito?” me pregunta, llamando mi atención.

Regreso la mirada a él y mí sonrisa se amplia.

Señalo lo que está frente a nosotros.

“¿No lo ves?” le pregunto como si la respuesta fuera más que obvia “Mira la vista que podemos tener desde aquí. Es alucinante. Sobre todo por las noches… Mira como se ve Manhattan, con sus grandes rascacielos, como sus luces iluminan la ciudad. Incluso puedo ver sus luces reflejadas en el agua. Es hermoso. Parece de ensueño… ¡Mira! Allá está el Empire State” señalo con emoción.



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En el texto hay: humor, amor, amistad

Editado: 11.02.2023

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