Un último deseo

31

“Muy bien… Nos invitaste aquí porque supuestamente tenías algo importante que decirnos” menciona Morgan al acabar de sorber su bebida “Ya hemos terminado de comer y no nos has dicho absolutamente nada… Cuéntanos ¿qué sucede?”

“Morgan tiene razón… Me tienes intrigado, querida… ¿Qué ocurre?” le sigue Kevin, limpiando sus manos con una servilleta.

Bajo la mirada hacia mi plato a medio terminar. La verdad no tengo nada de hambre; cosa que me preocupa porque en cualquier otra circunstancia comería con muchas ganas cualquier platillo de Rabbithole, mi restaurante favorito. De hecho, he perdido el apatito desde la discusión que tuve con Allyson.

Discusión que tuvo lugar hace dos días.

Dos días que han pasado sin saber nada de ella.

Comienzo a juguetear con la comida, ensimismada en mi propio mundo, preguntándome a dónde habrá ido Allyson. Han pasado dos días y me preocupa no saber nada de ella todavía. No puede irse así como así, dejando todo tan complicado; tenemos que solucionar las cosas. Y para ser honesta conmigo misma, también la echo de menos. Extraño verla, conversar con ella, incluso extraño escucharla hablar sin parar de cualquier tontería que se le venga a la mente como acostumbraba a hacerlo.

Soy consciente de que las cosas no quedaron bien entre nosotras, y parte de esa situación ha sido por mi culpa. Debí haber hablado con ella antes de que la relación entre Dereck y yo fuera más allá, aunque no supiera que algo ocurriría entre nosotros, pero siempre lo terminaba posponiendo por temor a su reacción, porque sabía cómo se iba a sentir al respecto, sabía que no le iba a gustar mi confesión. De igual forma, todo terminó yéndose al traste, y ahora no sé cómo arreglarlo.

Me siento tan mal, tan culpable.

Sí, me enamoré de Dereck, pero ¿Qué tan malo puede ser eso?

Dereck.

Después de esa noche no he vuelto a verlo, ni tampoco he hablado con él por teléfono. Me duele profundamente, porque de alguna manera lo he estado ignorando. Pero es que de solo pensar en seguir como si nada hubiese pasado entre Allyson y yo, me hace sentir como la peor persona que puede haber en la tierra.

Quién sabe qué cosas se estará imaginando Dereck de mi ahora mismo. Probablemente estará pensando que no quiero hablar con él, que no quiero saber más nada de él, o peor aún, que me arrepiento de lo que pasó aquella hermosa noche, en mi lugar favorito. Y de solo pensar en eso, me entra un gran deseo de llorar. Quiero verlo, abrazarlo, besarlo, quiero pasar el resto de mi vida a su lado. No tengo la menor duda de que lo amo. Pero no estaré tranquila, ni mucho menos en paz a su lado, sin no haber aclarado las cosas Allyson.

Necesito que comprenda que de verdad quiero estar con él. Quiero que comprenda que me duele su rechazo. Y quiero que acepte que ambos nos queremos. Pero al estar esperando por ella, estoy dejando a un lado a Dereck, y no quiero que él piense que lo nuestro no pueda ser.

¿Cómo poder encontrarla?

¿Cómo saber dónde está?

“¡Elizabeth! ¡Elizabeth!” una de las chicas chasquea sus dedos cerca de mi rostro para hacerme despertar del trance en el que estaba “Te estamos hablando… ¿Nos estás escuchando?”

“¿Qué?” levanto la cabeza par notar que Cora y los demás me miran algo preocupados “Ah… Sí, sí… Lo siento. Estaba pensando”

“¿Te encuentras bien?” pregunta una preocupada Cora.

“Claro, estoy bien… No pasa nada” respondo con una fingida sonrisa.

“¡Perfecto!” aplaude “¿Entonces, podemos saber qué es eso tan importante que quieres decirnos?”

Vuelvo a posar los ojos en mi plato para seguir jugueteando con la comida. La verdad es que no quiero verlos a la cara cuando escuchen lo que les tengo que decir, me da mucha vergüenza. Aunque no debería, pues ellos saben de sobra lo que diré. ¿Cómo no? si a cada momento me lo recuerdan.

Me quedo callada nuevamente.

“Elizabeth, no estamos para juegos” Morgan me reclama “No pierdas más el tiempo y dinos”

“Está bien. Está bien… Se los diré” poso mis ojos en cada uno de ellos, quienes me miran inquisitivamente.

“¡Gracias al cielo! Pensé que tendría que sacártelo a la fuerza” dice Kevin.

Lo miro, entornando los ojos.

“Está bien… Seré rápida… Chicos, lo que quería decirles es que yo… yo… ¡estoy enamorada de Dereck!” cierro los ojos con fuerza al contarles mi confesión, como si creyera que me fueran a reñir por haberlo dicho.

Mantengo los ojos cerrados por varios segundos, esperando escuchar alguna reacción de su parte, pero al no obtener nada, no me queda más opción que abrirlos. Así que con mucho cuidado y muy despacio, empiezo por abrir solo un ojo, lo que me permite notar que los tres me observan sin ninguna expresión en sus rostros. Frunzo el ceño sintiéndome intrigada porque pensé que me dirían algo. Pero no. Simplemente se quedan callados como si no les hubiese confesado nada.

“¿Ese era el asunto tan importante que tenías que decirnos?” Cora pregunta.

“¿Sí?” respondo con duda.

“¿Eso es todo?” pregunta esta vez Morgan.



#2750 en Novela romántica
#876 en Chick lit

En el texto hay: humor, amor, amistad

Editado: 11.02.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.