Yo no pedí conocerte, simplemente tuve buena suerte.
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Me muevo cómodo entre mis sabanas, mientras el ventilador giraba a grandes velocidades, causando que me diera frío y me cubriera más. Siento las telas abrazar mi piel de forma tierna, y mis ojos descansando cómodamente. Enredo mis pies en una especie de nudo, y abrazo una almohada blanca grande que tengo a mi lado...
Con los ojos cerrados, agarro algo con mis manos. Un peluche redondo. Suave, esponjoso...Se siente bien.
Mm, no recuerdo tener ningún peluche y mi peluche de Chopper no es así de suave. No se siente como si fuera...
Abro mis ojos desconcertados y arropados por el sueño, y veo un cuerpo en mi cama. Me quedé sin habla. Esto no es una almohada. Definitivamente no lo era. Según mis conocimientos, una almohada no tiene bubis, ¿O sí?
Me sobresalto lo suficiente como alejarme y golpear mi cabeza con la pared por accidente. ¿Porque tuve que poner mi cama justo pegada de la pared?; Me sobé la cabeza con el ceño fruncido, y e intento ver quién es.
Cabello castaño.
Esto no es una almohada, esta no es mi hermana, y esto es muy irreal. ¿Qué está pasando?
— ¿Q-quien...?—La chica estaba durmiendo, los ojos cerrados tranquilamente, boca arriba, los labios brillantes cubiertos por brilla-labios, el pelo recogido en una cola, una blusa holgada de color negra y grande, y de la cintura para abajo estaba tapada por la sabana.
La cual, por nada del mundo voy a quitar de ese lugar.
¿Cómo llegó esta chica a mi cama? No puede ser real. No, Jamás. Nunca... ¡Imposible!; ¿Desde cuando veo alucinaciones?
¡WAH, SE MOVIÓ!
Me pego de la pared, e intento estar lo más lejos posible de ella.
El pánico se apoderó de mi cuerpo con rapidez, y siento como el corazón se acelera con cada parpadeo. ¿Qué hace ella aquí? ¿Qué hace en mi cuarto? ¿Y que hace DURMIENDO?
El pánico sube cuando veo que se está despertando, así que cogí una almohada blanca—Esta vez sí es una almohada—que tengo a mi lado y la pongo delante de mí, cubriéndome. Tenía una expresión somnolienta, tierna, como si fuera su cama.
Ella me ve directamente, abrió los ojos en grande y choca su mano con su frente.
— ¡Miércoles!—Dijo lamentándose—No era así como quería que fuera nuestro primer encuentro...—Hizo un pequeño puchero, mientras seguía mirándome. Yo seguía sudando frío, y apretando tanto la almohada, que no sé cómo no ha explotado o algo. —Oh, que modales los míos... ¿Cómo estás? —Saludó con confianza— ¡Vamos, no muerdo!—Se rió—Soy Emma, tu nueva hada.
¿Que?
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