Un Vampiro en Nueva York

Capitulo 5

-¡Feliz cumpleaños, princesa! 

Fueron duros los dias y las millones de cosas que Amelia tuvo que aprender durante estos años para no deborarse a todo lo que caminara en esta vida. Ella no tenia miedo de ser lo que era pero tenia muchas ganas de salir al mundo a verse, a encontrarse pero por cosas del destino y por que obviamente su padre no la dejaba, ella debia ser la unica niña que no existiera en este mundo y la unica que nunca iba a poder volver ver la luz del sol.

-Gracias, papa -Dijo con media sonrisa

Su padre le habia traido un enorme ramo de rosas rojas y le preparo un desayuno ideal para su cumpleaños numero 16, la joven y eterna Amelia quien siempre estaba en su habitacion, ocultandose de cada rayo de sol que entraba por los pequeños huecos de aquella vieja casa. Su padre habia tapado con tablones de madera todas las ventanas y puertas, huecos y todo lugar donde el sol entrara, pero siempre habia un rayo que se escapaba y rozaba la casa por dentro. Pero por mas maldicion que alla, el espiritu joven de la niña de 16 años, ahora toda una adolescente, seguia mas vivo que nunca, por eso, Amelia decidio que era hora de salir al mundo pero sin que su padre se diera cuenta de ello. 

Espero a que el sol comenzara a esconderse y cuando su papa no la estaba mirando, aprovecho a salir por la puerta principal. Ella tenia una capa de color negra que se habia hecho para que nadie la viera, ya que a parte de ser un vampiro, tenia a todo el reino en su contra. Ella no queria causar problemas ni para ella y mucho menos para su padre, solo queria salir a ver el pueblo como cuando salia con El Rey todas las mañanas. 

Al llegar, se quedo bajo el puente observando todo. Por mas que el sol casi estuviera oculto, la gente seguia trabajando y acomodando las cosas para el dia siguiente. Sin miedo alguno, salio a caminar de nuevo, el pueblo estaba como ella lo recordaba cuando era solo una simple niña pequeña. Todo lo que veia le hacia recordar a su padre el Rey, en el momento en que eran muy felices. Este era el mejor regalo de todos para ella. Sin ver por donde iba por tanta emocion junta, choco con una chica joven. Amelia tuvo la mala idea de levantar la vista y pudo reconocer inmediatamente a quien estaba frente a ella. 

-¿Amelia? 

Fernanda, su hermana, quien vestia un vestido de color azul muy preciosos y caminaba por el pueblo junto a dos guardias mas. Los guardias reconocieron a la joven tambien y alertaron que era ella. Fernanda, sin ninguna intencion de lastimarla, intento detenerlos pero eran ordenes de la Reina Dana que Amelia debia ser sentenciada a muerte. Amelia salio corriendo rapidamente y, al tener la ventaja de sus poderes, pudo hacerlo mucho mas rapido que los guardias quienes la perdieron de vista en cuestion de segundos. 

Esa noche, Amelia entro a su casa sigilosamente pero su padre estaba en el living cuando ella llegaba. Muy enojado, envio a su hija a su habitacion, castigada por haber salido de su casa sin tener permiso alguno. 

Las noticias iban a llegar rapidamente a los oidos de la Reina Dana, los guardias le contaron todo y como castigo, mando a encerrar en su habitacion por tres dias a la joven Fernanda, por no obedecer el pedido de su madre. Dana sabia ahora que Amelia estaba en el pueblo, que seguia viviendo en su reinado y lo peor de todo era que estaba vivia, siendo una joven normal como todas. Ella ordeno a todos los guardias de su palacio que mañana por la mañana, buscaran en todas las casa del pueblo y fuera de el, a la joven Amelia. 

-¡La quiero colgada en la horca! 




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