Esteban busco a la joven por toda la casa, pero parecia que ella habia dasaparecido por completo. Por un momento el llego a pensar que quizas era producto del cansancio o del mismo golpe en la cabeza que recibio horas antes podia estar alucinando. Se quedo en la casa esa noche ya que no parecia que hubiera ningun peligro, ya que la lluvia parecia que no iba a detenerse durante toda la noche. El se envolvio en las sabanas que habia encontrado y se quedo dormido apoyado contra una de las paredes de aquella vieja habitacion ya que no habia una cama donde dormir. Amelia estaba atenta a todo lo que el joven Esteban hacia en esa casa. No queria que estuviera ahi. El simple aroma a su sangre la estaba enloqueciendo y aparte, por que el la buscaba a ella. Por suerte, el joven no desperto en toda la noche, ni siquiera con el aroma de Amelia que llevaba a todos lados donde iba y que morira en su piel. No podia creer que estuviera haciendo esto, dejando vivo al hombre en su habitacion. Aprovecho para tapar la ventana que el se habia encargado de destapar antes de que el sol volviera a salir a la mañana siguiente. La verdad que no tenia muchas ganas de quedar cenizas.
La noche habia pasado y junto a ella, la tormenta. Un sol hermoso y brillante llegaba esa mañana y Esteban desperto. Miro a su alrededor todavia creyendo que era de noche pero cuando encontro un pequeño hueco en la pared para mirar para afuera, se dio cuenta que ya era de dia. Se puso de pie y guardo todas sus cosas de nuevo, pero cuando iba a salir de la habitacion, escucho unos pasos del lado de afuera. Abrio rapidamente pero no habia nadie, miro a su alrededor y tampoco vio nada extraño. Ahora si moria de miedo. Saco una de sus armas y salio para poder llegar a la puerta de entrada y salir de una vez de ese lugar cuando escucho de nuevo los pasos, pero esta vez detras de el.
-Se que estas ahi -Dijo
-Me alegro que sepas que es mi casa. Asi que puedes seguir tu camino -Dijo la mujer-
-Solo queria un lugar para dormir y poder pasar la tormenta
-No me interesan tus deseos, joven
-¿Quien eres? -Dijo-
-Solo alguien que se oculta en la oscuridad
-No deberias.. por que te vi en el reflejo y eres hermosa
La joven quedo en silencio y Esteban, creyendo que se habia ido, volteo. Ella estaba justo detras de el, no estaba escondida, no era un fantasma como el habia pensando, era totalmente real y estaba detras de el. Esteban quedo impresionado con la hermosa mujer frente a sus ojos. La unica diferencia que habia con la mujer que veia en la oscuridad era que ella no tenia ojos rojos, solo unos hermosos ojos verdes.
-¿Como te llamas?
Ella se quedo en silencio. Esteban no quiso presionarla
-Soy Esteban
-Renata
Amelia debia mentirle. Ella no podia decirle quien era en realidad, por que sino el la asesinaria o peor aun, la llevaria de vuelta al reino y veria a su madre y a todos aquellos que la quieren ver muerta.
-Lo que buscas esta lejos de aqui
-¿Podrias ayudarme?
-No puedo salir de dia. Tengo una rara enfermedad en la piel y no puedo ser tocada por el sol
-Bueno. Saldremos esta noche. Seguramente debes saber que Amelia es una vampiro y tampoco sale de dia
-Lo se. Se todo de ella.
-¿La conocias?
-Como si fueramos la misma persona.. -Dijo casi susurrando-