Un Vaquero Enamorado

/12/ Ladrón


Capítulo Doce: Ladrón. 

Isabella.  


Dar vuelta y seguir caminando como si nada había sucedido me dolió mucho, pero lo hice. Al llegar a la esquina me topó de frente con Jessica, la chica del parque. Con una sonrisa pregunta si mi "amigo" será tan amable de hacernos el favor de llevarnos. 


-No, lo siento...me confundí de persona...fue muy vergonzoso. 


-No importa, ves aquella camioneta; es del rancho donde vivo. Quién conduce es Román un empleado del mismo, podría pedirle que nos lleve...Solo espero que no me mande a freír espárragos-. Eso capta mi atención. 


-¿Porque dices eso?- mi vena chismosa está al ataqué. 


-Me ve como si me odiará-. Responde mientras iniciamos el camino hacia la camioneta. 


Da un poco de enojo que en este pueblo no tenga un pequeño servicio de taxis. Bueno de que me quejo siempre he sabido que en este pueblo es muy pequeño para tener uno. 


Al llegar a la cabina mi sorpresa es grande, al ver al vaquero que insistía que Drew no trabajaba en el rancho vecino. 


-¿Tú?-. Decimos al unísono y luego nos reímos. 


Como es posible que no hubiese asociado su nombre cuando Jessica lo menciono hace poco. La vocecita de mi cabeza me recuerda que es por qué aún sigo pensando en Drew y la chica desconocida. 


-¿Se conocen?-Pregunta Jessica, su voz se escucha un poco desconcertada. 


-Si, nos vimos una vez-. Respondo con una gran sonrisa. 


-¿Román podrías llevarnos?-asiente- a ella al rancho del señor Cahill y a mí... Ya sabes. 


Sé que habla del rancho del señor Sky. Me gustaría preguntarle acerca de Drew y de la chica si ella la vio, pero lo dudo, decido guardarme mis preguntas muy en el fondo y pongo una sonrisa en mi rostro. 


-Si con tus padres-Responde muy serio. 


Mis ojos viajan de un rostro al otro, como obra de los ángeles recuerdo el nombre que Román mencionó cuando me habló de la chica que le gusta...es Jessica. He de suponer que en este pueblo no existen muchas chicas con ese nombre. Mis ojos quedan fijos en el rostro masculino de Román y Sonrió conocedora de su secreto... 


-¿Tardas mucho en hacer lo que sea que hayas venido hacer al pueblo?- la chica que está a un paso de mi, pregunta sin ningún ápice de vergüenza.

 
-No. Solo vine a dar una vuelta al pueblo...Pero ustedes necesitan que las llevé, ya tengo algo que hacer. 


No se porqué intuyó que nos está mintiendo, él oculta algo. Por qué un vaquero vendrá al pueblo a esta hora solo a dar la vuelta, no tiene sentido. ¿será que algo está sucediendo en el rancho donde trabaja? 
Muerdo mi lengua para no hacer todas las preguntas que deseo, esto es muy extraño. 

*** 


Sonrió cuando estamos en la entrada de mi casa, pero cuando mi vista se dirige a un extremo de la propiedad puedo ver clara mente una ambulancia de la clínica del pueblo. 


Mi pulso se acelera, bajo de la camioneta. 


-¡¡Mierda!! 


Es lo último que escucho antes de salir corriendo. Mi atención está enfocada en los dos hombres que están brindando atención médica. Suelto el aire que no sabía que retenía. 


Mi padre está bien  


Mi padre está bien 


Mí padre está bien. 


Repito como un mantra. 


Cambio de curso y hoy me dirijo hacia la casa y busco al ama de lleves. Mientras llamo a gritos a mi padre. Él no se hace presente y eso altera mis sentidos. 

Temo que algo este mal con él. Salgo de casa por la puerta trasera. 


Luego de dos minutos agonizantes por fin veo la espalda de mi padre. Sin importarle nada corro hacia él y lo abrazo. 


-Estas bien...estaba muy preocupada por tí cuando llegué y vi las ambulancia mis nervios se alteraron, solo pensé que algo pudo llegar a sucederte-. Hablo sin parar. 


-Ya...ya no me ha sucedido nada mi niña-Recuerdo que me dejó sola, prácticamente tirada en el pueblo y mi molestia sale a la luz.  


-Me abandonaste-acuso un tanto molesta con él. 


-Lo sé hija tenemos problemas mayores. 


-¿Que problemas? 


-No es el lugar ni el momento de hablar Isabella. 

Papá siempre me habla con ternura y con la voz baja, pero no fue el caso. Papá está furioso-. Asiento y me mantengo en silencio.


-Tendré que poner una cuadrilla de hombres a vigilar los alrededores patrón-. Papá solo asiente. 


Sigo en mi lugar no me he movido ni un centímetro. Quiero saber que sucede pero algo me dice que papá no quiere que me enteré.  


Siguen hablando de los turnos de rotación y uno de los vaqueros sugiere que coloquen cámaras de vigilancia. 


En el rancho hay cámaras pero solo en lugares estratégicos. A lo sumo solo hay siete cámaras en todo el rancho no me sorprendería que haya puntos ciegos, papá no es que sea muy actualizado, él es de la vieja escuela. 


-¿Entonces Patrón? ¿Qué haremos? ¿Su caballo es uno de los más costosos? 


Mi padre toma una respiración profunda. 


-Como dije anteriormente. No debieron de tratar de detener el robo. Mis caballos tienen insertados un rastreador. Solo tenemos que ir a mi estudio y seguir la señal. Pero nosotros no iremos de tras de esos delincuentes por eso contamos con el alguacil. Él se encargará de organizar el operativo-hace una pausa-Si por cosas del destino asesinaran a mi semental no hay por qué preocuparse lo tengo asegurado, me anticipé y mandé a inseminar a tres yeguas de ese caballo tendremos descendencia. 


Miente...y miente muy mal mi papá. Sé que solo trata de darle ánimos a los empleados y como todo un hombre no le hecha la culpa a nadie...Solo a él. 
Mi padre aunque no lo admita se muy bien que no sería el mismo sin su preciado caballo. Él y su semental son uno solo. 




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