Un Verano Inolvidable

CAPÍTULO VII: UNA TRAVESÍA EN GRUPO.

Esto es demasiado extraño, un chico hablándome a mí, a una nerd, ya estaré mas loca que el diciéndole que lo veo mañana. Aunque sé que no llegara, pero al menos tengo a quien hecharle la culpa ante tales acciones ‘el alcohol’.

Entro a la habitación que comparte con Cristine, dando pasos no muy estabilizados gracias a la borrachera que me cargo, y ahí están todas, sentadas como si estuvieran esperando algo o a alguien.

-Mujeres, que tal les fue eh.- Pregunto a carcajadas.

-No tan bien como a ti.- ¿Dónde diablos estabas, nos traías preocupada?- Dice Valentina.

-Pues teniendo una cita.-¿Sera eso una cita?-

-Cuenta todo, somos todo oídos, a ver suelta la sopa.- Explota Sara.

-Pues conocí a un rubio, estadounidense con cuerpo de madre y se gasta un culo… Me beso, lo bese y mañana iremos a comer. ¿Satisfecha?-

-Quien diría Santa Vanessa besándose por ahí con cualquiera que se le cruza por el frente eh… Buen trabajo amiga, así es, suéltate y mañana te arreglas aún mejor.

-Si es que llega.-Digo cayendo a la cama, estoy agotada.

 

Al día siguiente me despierto por los rayos del sol que invaden la habitación, veo la hora y ¡Mierda! Son las 1:30 p.m. tengo que arreglarme rápido o no llegare a tiempo. ¿Y si no llega?, bueno me arreglo y lo descubro. Aunque no sé qué ponerme, realmente toda mi ropa es algo antigua. Ya sé, Valentina.

 

-Valentina.-Digo tocándole la puerta.-Valentina, ábreme por favor.

-Joder niña, ¿Qué te pasa?-Dice abriendo la puerta.

-Pues, ya vez, hoy tengo que ir a comer con Henry.- Abre sus ojos como platos.- Y no tengo nada que ponerme.

-Tranquila, eso lo resolvemos, espera un momento.-Dice despidiéndose del moreno que dormía junto con ella, la muy muy ya se tiro al primero que vio, muy Valentina.- Hey bonito, fuera, fue un gusto pero ya vete.-Le dice como si nada.

-Valentina, por Dios.- Y ambas estallamos de la risa.

-Ven, este vestido te quedara perfecto.-

Un vestido blanco con flores de colores, sin mangas, de tiros anchos hasta la rodilla, acompañados de una zapatillas de tacón medio y unos aretes color negro pequeños.

-Recuerda llamar por cualquier emergencia.-Dice Vale.

Llego hasta el lobby y cuando veo la hora son las 2:10 p.m. busco por todo el lobby pero no veo nada, le pregunto a la recepcionista si alguien me ha estado buscando y esta niega. Ya sabía yo, una nerd como yo con tremendo bombón, a lo mejor solo fueron alucinaciones por el alcohol.

-Me buscabas.-Dice una voz ronca a mis espaldas. Haciéndome sobresaltar, me doy la vuelta y me topo con esos ojos verdes que atrapan a cualquiera.

-Henry.-Digo sorprendida.

-¿Creías que te dejaría plantada? De hecho yo era el que creía que me dejarías plantado, pero no importa, diez minutos que han valido la pena, después de ver lo hermosa que te vez.

-Gracias.-Digo sonrojada.

-Vamos.-Dice extendiéndome su brazo.

-¿A dónde iremos a comer?-Pregunto curiosa.

-A la playa.

Nuestra comida fue exquisita, hablamos y hablamos y no podía parar de reír, lo cierto es que Henry es un chico muy divertido, pero hay algo en sus ojos que ocultan muchas cosas y sé que detrás de su sonrisa, hay algo que oculta.




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