Un verano para enamorarse

Mi persona perfecta 4

—Bienvenida a mi humilde hogar, señorita Becky —dijo muy galante haciéndome una reverencia muy caballeresca, se veía muy gracioso la verdad.


—Gracias señor Daniel por invitarme  —le dije siguiéndole el juego y luego estallamos en carcajadas.


Entré a su apartamento, quedé maravillada porque aparte de ser masculino, era más grande que el mío, con tonos suaves parecido al de la cafetería, se notaba que vivía solo, todo estaba muy ordenado y limpio, me lo enseñó todo tipo tour, tenía dos habitaciones, una cocina muy bonita y moderna, un salón agradable y una oficina con una pequeña biblioteca incluida, un lugar lleno de paz y tranquilidad pura, este era su santuario, y lo que quería era quedarme de por vida.


—Tu apartamento es muy hermoso, no sé cómo te gusta tanto el mío si el tuyo es mucho mejor. —le dije con mucha admiración.


—La compañía es la que hace que los lugares sean más cómodos. —no supe qué contestarle pues estaba más roja que un tomate, eso había sido un cumplido en toda 
regla.


Después de eso nos pusimos a cenar, la mesa estaba decorada con jarrón llenos de rosas blancas, tenía velas, todo con un tono muy romántico.


Cuando probé lo que cocinó fue como estar comiendo en el restaurante más caro de la ciudad, su comida era exquisita y se lo dije.


—Está riquísima la cena, eres un excelente chef. —le dije con mucha sinceridad.


—Me gusta mucho la cocina, tomé unas clases y trabaje en varios restaurantes mientras viajaba —dijo con cierta timidez.


—Aprendiste mucho en tus viajes —dije con admiración.


—Sí, es verdad, aprendí mucho en mis viajes, tanto así que todo lo que ves en la cafetería, yo lo preparo.


—¿De verdad?


—Si —dijo avergonzado.


—Tus tortas son para chuparse los dedos —le dije muy sincera, porque era la pura verdad.


—Me alegra mucho que te gusten.


—No solo me gustan ¡me encantan! —le dije entusiasmada – al igual que esta cena, sabes me gustaría robarte para que me cocines todos los días. —me sorprendí por mi osadía—, perdoname.


—No te disculpes, estoy dispuesto a que cuando tu quieras te cocino.


—Gracias por el ofrecimiento, lo tendré muy pendiente.


Seguimos cenando conversando de cosas triviales y algunas hasta sin sentido que solo estallamos en carcajadas.


Luego de eso nos fuimos a su balcón para tomar vino y deleitarnos con la hermosura de la ciudad y lo bien que se veían las estrellas desde ahí, está completamente cómoda con él, estaba pasando un momento maravilloso, si todas mis noches fueran así, que feliz sería.


—Quiero que me des un consejo —eso sí me sorprendió.


—¿Un consejo? —le pregunto.


—Sí, es que no sé cómo decirlo. —esta avergonzado, que lindo, aunque me asusta lo que quiere decirme.


—Sabes que puedes confiar en mí.


—Lo sé, bueno... es que me gusta una chica y no sé cómo decírselo, eso ya lo dije.  —lo dijo tan rápido que casi no entiendo, casi.


¿Cómo voy a aconsejarle sobre declararse a una chica, si yo estoy enamorada de él? Pero me armo de valor para responderle y me trago mis sentimientos, aunque tenga ganas de irme corriendo y llorar hasta que se me sequen las lágrimas.


—Eh, bueno, eres un chico muy lindo y bueno, ninguna chica podrá negarte a ti, arriésgate y dile lo que sientes, estoy segura que a ella tú le gustas también, es inevitable que no lo haga.


—Ahh okk, ¿y si esa chica fuera tú? ¿Me aceptarías? —eso sí que me deja sin palabras, yo, gustarle yo, ahora quiero llorar, pero de alegría, pero tengo que tranquilizarme ¿y solo es un ejemplo para saber mejor mi opinión? Y es otra la chica que le gusta.


—¿Yo? No sé qué decirte —debo estar sonrojada.


—Sí, tu ¿me aceptarías Becky? Me gustas mucho.


—¿Por qué sería yo?

 

—Porque eres una chica excepcional, hermosa, tienes un corazón muy grande, me atrapaste desde el primer día que fuiste a la cafetería, todos estos dias busco excusas solo para que nos veamos, amo estar en tu casa porque ahí me siento parte de ti —se aclara la garganta—,  ¿quieres ser mi pareja? ¿quieres ser mi novia? Pero no para unos días, sino para un amor para toda la vida.


Estoy completamente en shock y muda, no creía que él sentía todo eso en mí. Soy correspondida por el chico lindo que me gusta y no sé cómo actuar después de lo que me dijo, en sus ojos puedo ver la esperanza, pero al ver que yo duré demasiado para responder estos pasan a ser triste, no quiero que piense que no siento lo mismo, así que le respondo.


—Tú también me has gustado desde el primer día que te vi, si quiero ser tu novia Daniel.


Me abraza fuerte, siento su alivio en él, luego me agarra la cara con sus dos manos y ese día sellamos nuestro amor con un largo beso lleno de sentimientos y promesas. 
 



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En el texto hay: verano, romance, amor de verano

Editado: 11.08.2022

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