Hoy es mi segundo día de clases. Falte los 2 días anteriores, no fui capaz de armarme de valor y volver al día siguiente. Pero, hoy me encuentro de nuevo aquí, frente al aula, a punto de entrar.
Me siento en la misma butaca en la que me senté por primera vez; última fila, esquina de la derecha.
Observo a mis compañeros entrar, cada uno hablando con sus compañeros y tomar haciento. Saco mi libreta y empiezo a escribir palabras y frases sin sentido.
"Estas sola, por que estás sola? Deberías ir y hacer conversación con tus compañeros?"
Silencio conciencia, estoy tratando de escribir algo.
"Lo haces para mantenerte ocupada, pero te importa, te hace sentir triste no tener con quien hablar."
Paro de escribir. No es cierto, no me hace sentir triste... solo ellos no se merecen hablar conmigo, soy todo lo que ellos quisieran tener, soy mucho mejor que ello, soy todo lo que desean, soy todo... todo lo que...
"Por qué paras? Se que te dices eso para sentirte mejor, pero sabes que no podrás hacerlo, sabes que nunca lo haces"
Silencio, solo has silencio.
-Buenos días estudiantes. - La maestra entra con su respectiva sonrisa al aula.
No le presto atención y vuelvo a mis frases, unos minutos después siento que me pegan algo.
-Lo siento. - Escuchó decir a alguien, pero no le presto atención y sigo con mis frases.
No es nada, no pasa nada, solo se equivoco.
-Marta. - Escuche mal? O es la maestra que me esta llamando, no, es imposible, ella no puede estar llamando. Pero, de todos modos no puedo evitar que mi corazón se salte un latido, y segundo después empiece a latir como loco.
-Marta. - Si me está llamando, dejo de escribir para prestar atención. -Tus compañeros están esperando.
Miro al rededor, todos me están mirando. Que no me miren, que no lo hagan.
-Marta? - Mi respiración se esta volviendo más irregular, siento que en cualquier momento me va a faltar el aire. -Marta?
-S-Si. - No puedo evitar tartamudear, mis compañeros seguro se van a reir, se van a burlar, pero no escucho ninguna risa.
La profesora me mira raro, pero lo deja pesar.
-Estaba preguntando si entendieron la clase. -ah, no es nada nada importante. Pero por que me tiene que preguntar a mi, hay más estudiantes, no solo estoy yo.
Miro alrededor antes de responder, veo ojos y mas ojos mirándome.
-si
-Esta bien, pueden salir.
Suspiro de alivio, trato de calmar mi corazón que esta a mil por hora. No fue nada grave para estar así, todo esta bien.
El receso termina, y yo ya estoy lista para la segunda clase.
...
- Última pregunta. ¿Quién fue el presidente de Alemania qué provocó una de las principales causas de la 2da Guerra Mundial?
Nadie levanta la mano, yo se la respuesta, si, debería levantar la mano, es Adolf Hitler, pero, y si está mal, y si no es esa la respuesta.
No, mejor no respondo. Es mejor dejarlo a sí.
-Nadie? -Pregunta la profesora.
Pienso en levantar la mano, pero siento que mi respuesta es incorrecta y no quiero decir una respuesta mal, seguro se van a burlar de mi.
Miro alrededor, nadie levanta la mano.
-Si nadie sabe. Entonces quiero que para mañana investiguen quien fue Adolf Hitler, y que hizo. - Despues de decir esto la maestra sale negando con el cabeza, indignada.
Escuchó a mis compañeros protestar, pero no les presto atención.
Esa era la respuesta. Miro mis manos, siento que los ojos se me llenan de lagrimas.
Quiero llorar. No fui capaz de hacer solo una acción normal. No fui capaz de hacer algo que los demás hacen con facilidad.