Antes de que el Angelus pudiese seguirme cruce la atmósfera, tenía esa sensación de haber estado ahí en algún momento en el pasado o en el futuro, el espacio, inmensidad absoluta, me sentí parte importante de el de inmediato, no podría decir si estaba afuera o dentro , arriba o abajo, no hay dirección que valga ni sentimiento de quietud alguno, me sentí enlazada con la infinites, la densidad cósmica de la materia oscura era acogedora, podía virar en múltiples direcciones en ese vacío. Voltee a mirar por última vez a Sotrix, era espléndido, de un color azul intenso, hubo una sensación de amor y tristeza que recorrió cada parte de mi composición, sentía soledad pero esperanza también; de repente sucedió lo impensable, un punto que se ampliaba a una alta velocidad sobre la superficie del planeta, se podía ver como una honda se extendía por toda el agua de mi Omagüi, una súper ola gigante, luego ese punto en el centro se tornaba en un color rojizo intenso entonces lo entendí, no quería mirar pero tampoco podía voltear y solo dar la espalda, ese estruendo me dejó en un estado de perplejidad, las náuseas me embargaron sentí dolor y el miedo seguido de una intensa furia y de desconsuelo; el Angelus acababa de destruir mi planeta, mi Omagüi. Ya no había vuelta atrás. Puse mi mirada en la grandeza de este universo, miles de millones de puntos de diferentes colores luminosos, una inmensidad tangible a simple vista, debía alejarme lo antes posible, debía no sólo buscar un nuevo hogar en otro sistema solar sino viajar lejos muy lejos lo más remoto posible allá en el borde del universo quizás, donde el Angelus perdiera mi señal mi rastro, de eso dependía la subsistencia de mi especie, sabia que podía desfragmentar parte de mi misma y traer de vuelta a la vida a mis hermanos , esa era la misión a la cual Bulpro me había destinado, así que en instantes recorrí millones y millones de años luz de distancia mediante una curvatura en el espacio, velocidad sin parangón para sus conocimientos, la tele-transportación. Fue así como llegue a su sistema solar, parecido quizás a muchos otros, pero con encanto, me atrajo su plantea de inmediato, con abundante agua rica en minerales, con todo cuanto conocen y desconocen de el, un lugar genial, ubicada en el otro extremo de este universo, el punto perfecto entre tantos cientos de miles de millones como para que me perdiera el rastro Angelus.