Fiuuu, fiuuuu, chiki chiki… un movimiento brusco se sintió entre los vagones, y las puertas se cerraron de un tirón, el tren se estaba poniendo en marcha, dentro de él había pocas personas muchas de ellas leían el periódico otras simplemente tenían la mirada perdida entre sus pensamientos. Aquel tren era misterio, Leal, karth se estaban preparado para un largo viaje, entre pensamientos el tren tomaba velocidad y comenzaba a elevarse de entre las rieles y un paisaje hermoso comenzaba a vislumbrarse.
— Bienvenidos, siéntanse cómodos, el expreso de los sueños tendrá una sola parada — se escuchó una voz.
Entre las nubes observaba volar una especie de aves muy ligeras y trasparentes, pero la noche comenzaba a caer, un velo misterioso se podría observar, las nubes se tornaron rosas y las estrellas se pintaban de colores, los pasajeros que aun iban perdidos en sus pensamientos, cayeron dormidos en un sueño profundo, Leal se movía inquieto con su cola y sus ladridos impedían que cerráramos nuestros ojos.
— En este momento procederemos a retirar parte del billete, que disfruten de sus dulces sueños — volvió a escucharse aquella voz misteriosa.
La voz aun resonaba en mi cabeza, no sabía de dónde provenía, pero aquella voz se escuchaba apagada y temerosa.
El paisaje verde desaparecía poco a poco y se adentraba a un mundo oscuro como una pesadilla, mis ojos se comenzaban a cerrar y en mí se observaba una pequeña sonrisa, el sueño estaba ganando con el avanzar de la oscuridad, Leal no dejaba de ladrar desesperadamente pero al igual que yo comenzaba a quedarse dormido.
En un breve reaccionar pude observar la agradable sonrisa de mamá y papá junto a mí, una escena hermosa junto a mi familia, mis amigos todos juntos.
Todos terminamos sumidos en sueño profundo sin conocer nuestro destino comenzamos viajar por separados.
Entre sueños podía ver a mi padre junto al auto blanco arrodillado colocándole calcomanías de autos deportivos, sonriente y con una gaseosa en su mano observaba a mamá quien le llevaba unas galletas. Abrazados recuerdo las palabras de su padre — serás un gran hombre cuando crezcas y podrás llevar a mí y a tu madre por miles de carretas con este auto — Sonreí y corría donde se encontraban mis padres, pero cada vez que se acercaba terminaba destruyéndose tal escena como una fotografía vieja por el pasar de los años.
Ahora estaba junto a mi madre observando el campo, una ventisca recorría el patio llevándose las hojas cafés, doradas y rojas que se encontraban en el suelo, en medio de aquel revoloteo salió un dulce cachorro, jugando y ladrando alegremente, no dude en salir corriendo y gritando en forma de juego pues ahora ya no vivía encerrado en su pequeño mundo, pero con el pasar de aquellas escenas mi madre se desvaneció como las nubes en verano, ahora me encontré en medio de un bosque solitario sin poder avanzar a casa de mi abuelita, estaba perdido, desorientado todo allí parecía extraño, nada de allí conocía, y el miedo hizo preso de mi pánico, mi temor se hizo cada vez más grande, no quería quedarme solo.
Me arrodille en medio del bosque que poco a poco se iba oscureciendo y quedando en penumbras, de mis ojos brotaron pequeñas lágrimas, como estrellas en un cielo despejado, ahora estaba solo. Sumido en pensamientos se apagaba la llama de valentía que recorría mi cuerpo, de pronto recordó a Leal, un gran paisaje y un anciano sentado frente a una fogata.
— ¿Es difícil el camino? — pregunto el anciano.
— Si, extraño a todos, solo soy un niño — respondí sosteniéndome de mis rodillas.
— Un niño que ha recorrido un largo camino — respondió mirando el fuego.
— No creo poder despertar de esta pesadilla — exclame.
— Debes enfrentar tus temores aun puedes llegar al final de este camino, solo no te rindas — exclamo con firmeza el anciano.
Levante mi mirada, el anciano había desparecido pero ahora se encontraba en medio del bosque, una cálida ventisca hizo que recordara nuestra misión y el por qué debía llegar al final del camino, Magra se volvió una misión muy importante, demostrare que un niño puede ser un noble guerrero, pero como despertar, como desafiar un lugar donde las pesadillas son más fuertes que los dulces sueños,
Observe discutir a mi padres aquel sueño no terminaba, así que me arme de valor y con valentía atravesé el lumbral de mi habitación, llegue a donde mis padres, me miraron con ojos vacíos por sus amarguras, cogí sus manos y las junte una sonrisa demostré y dije que todo estará bien, mis padres atónitos me sonrieron, de pronto la escena se tornó en un blanco cegador, abrí mis ojos aún era de noche el silbato del tren sonaba de fondo y frente a mí, se encontraban personas que aún se hallaban en pesadillas eternas que talvez no querían regresar de ellas, con rapidez volví mi mirada, Leal y Karth se encontraban dormidos y con suaves palabras les susurre — Deben ser fuertes y vencer a sus temores.