Un Viaje Magico: El Mundo de los Sueños

El tren en problemas — las pesadillas reales

Ahora todos habíamos despertado de nuestros sueños nos mirábamos con una leve sonrisa era hora de continuar nuestra travesía pues aún nos encontrábamos algo agitados pues no sabíamos cuántas horas dormimos, y tratamos de distraernos entre las ventanas del, yo estaba admirando un rio de estrellas, en este se podía observar abriéndose paso entre la velocidad del tren, de pronto la tenue voz que se volvió a escuchar.

— Fascinante muy pocos logran despertar de mis pesadillas, pronto llegaremos a la estación — exclamo la misteriosa voz.

Una sonrisa se dibujó entre nuestros rostros, pronto llegaríamos a nuestro destino, la bella doncella esperaría por su rescate y así detener una cruenta guerra que azolaba al país del viento.

El tren comenzó a temblar y agitarse bruscamente, observe por una de las ventanas y pude ver unas criaturas negras con una sonrisa tenebrosa. La voz de nuevo se escuchaba y mencionaba — sus nombres son Pesatrilla, se alimentan de los sueños y recuerdos de los viajeros, deben encerrarlos en las nubes de dulces sueños, en el último vagón esta un cañón que podrán usar — la voz los advirtió y  la vez les encomendó una misión arriesgada pues el tren estaba sufriendo daños con cada golpe.

— Debemos ir al final del tren, debemos tener el cañón de los sueños — dijo karth con su voz agitada

Corrieron hasta el final pero de pronto el tren hizo un giro brusco y repentino, karth se golpeó el brazo y no podía moverlo.

— Daniel y Leal, deben llegar y salvar el tren — señalando el último vagón.

Observe a Leal por un momento y con un gesto asentimos que haríamos todo lo posible. Al llegar al cañón vieron un asiento y una pistola de juguete como las que lanzan pelotitas en los centros de diversión, cogí la mira y apunte a los Pesatrillas, pero no respondió al apretar el gatillo.

— Leal, debes ayudarme, pisa aquel pedal talvez así funcione — ordene a Leal.

Actué con mucha astucia lo había librado muchas veces regaños en su casa, un marcador de color verde comenzó a pintarse con una luz, el cañón estaba listo para disparar.

Pugg.. pugg….

Sonaron varias veces los disparos donde nubes blancas encerraban a los Pesatrillas, y estos se volvían azules de un color amigable.

El tren dejo de moverse agitado y siguió su curso recto, y su velocidad comenzó a bajar y el rio de estrellas que acompañaba todo el momento comenzó a desaparecer y un cielo azul y radiante se vislumbraba, a lo lejos se observaba una casa de color rojo, si, era la estación a la que tantas ansias deseábamos llegar, el tren decencia lentamente sobre las rieles y llego a la estación donde pocos bajaron del tren y otros seguían perdidos entre sus sueños.

Al bajaron notamos que muy poca gente se encontraba en la estación, la guerra era mucho más fuerte del lado de la Aldea de Vientos de Sombras observamos anonadados un momento Karth frunció el ceño y comenzó a caminar observando un gran castillo que se encontraba en lo más alto de un montaña con aspecto atemorizador.

Un camino se pintaba ante ellos, fue la primera vez que vio como los colores brotaban entre las rocas, sus colores fueron iluminando el camino por medio de un bosque denso y oscuro.

— Ilone, pronto estaré contigo — musito karth — olvide deciros que la doncella es mi prometida.

— Wuaoo… de verdad es tu prometida, entonces debemos salvarla — puse mis manos en mi cintura y Leal aulló por primera vez.

Comenzamos a caminar por el denso sendero hasta llegar a lo más alto del bosque, un frio silencio azotaba nuestras miradas perplejas ante un paisaje temeroso, todo era obra de alguien malvado que solo quería aprovecharse de los más débiles, su camino llegaba hasta un claro en medio del bosque allí se encontraba su guardián resguardando un puente que conectaba hacia el castillo.

El guardián tenia aspecto de un tigre con unas grandes alas blancas, aunque su apariencia era amenazadora su mirada era tierna, aun así no sería fácil poder pasar a través de sus grandes patas. Continuamos avanzando hacia el guardián, pero este de un salto se puso de pie agito sus alas y comento — por aquí no cruzaran, está prohibido el ingreso al castillo.

Sin moverse los viajeros respondieron

— Debemos salvar a la doncella de la Aldea de los Vientos Helados, debemos detener esta guerra, por favor déjanos pasar — menciono karth —

— Lo siento son órdenes del emperador

— Existe un emperador en la  Aldea de las sombras — espeto para sí mismo —



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Editado: 23.05.2019

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