Un Viaje Magico: El Mundo de los Sueños

El País de Lava

Mientras avanzábamos por el camino de rocas de colores, estos estaba cambiando su color poco a poco, con un negro hollín que caía del cielo, el paisaje iba cambiando poco a poco, era gris, sus nubes parecían frías manchas tristes en lo alto del cielo, de entre las nubes relámpagos se observaban y estruendos se escuchaban entre la distancia. Leal y Frozen caminaban con las orejas agachadas, en su mirada se observaba que aquel lugar los asustaba, como había dicho antes, ninguno guerrero se atrevía adentrarse en esas tierras.

No había forma de que nos perdiéramos en el camino, pues todo allí era un desierto color naranja, un solo camino llevaba a un gran volcán que parecía estar en erupción constantemente, pues todo el suelo temblaba constantemente.

— Entre los ancianos del clan, escuchaba hablar que este lugar era tan hermoso que se observaban muchos animales y childs. El volcán dormía pacíficamente y era cubierto por nieve en su copa, parecía un dulce helado — Frozen contaba una historia de sus ancestros — pero un día un dragón llego al volcán e hizo que este despertara y todo a su alrededor murió o huyo por temor.

Aquella historia hizo que mi cuerpo se erizara de miedo, nos dirigíamos a un lugar lleno de peligros, donde probablemente haya un dragón esperándonos.

— También decían los ancianos que las personas que no huyeron se volvieron esclavos y soldados del lado escuro, y que ellos pudieron robar la reliquia del pueblo de los inicios — continuo su relato — la reliquia tiene un poder especial, puede sanar todo en el mundo de Magra, hasta ese país desolado.

— Como es la reliquia, del pueblo de los inicios — pregunte con curiosidad.

— La reliquia, mmm…., es algo peculiar, se asemeja a un pequeño árbol antiguo, pero este es dorado y cristalino, siempre brillaba en el centro del pueblo de los inicios — respondió Frozen con una mirada distante.

Los relatos fueron interrumpidos un gruñido fuerte se escuchó en el lejano horizonte, y de entre la cenizas que caían de lo más alto del cielo una sombra con grandes alas y un increíble cuerpo se pudo observar, sin duda alguna era un dragón, probablemente este sabía que estábamos en su territorio.

— Debemos correr, es peligroso quedarnos en un lugar como este — ordeno Frozen.

En un momento la bestia que dominaba el cielo salió de entre las nubes, su cuerpo era muy grande, sus grandes alas color verde oscuro, sus ojos eran como antorchas de fuego y volaba muy rápido, más rápido que el tren de los sueños.

Mientas corríamos una pequeña mano nos hizo una señal a la vez nos deteníamos, y vimos un pequeño agujero en el suelo, el pequeño amigo nos señaló la entrada del agujero por intuición nos refugiamos allí, el pequeño amigo era conocido como un Lest, viven bajo tierra y en las noches pasan entre las ramas de los árboles, Frozen conto que ellos hablan con la naturaleza y que son grandes oyentes de problemas ajenos, son amables pero que hacen allí.

— Gracias nos has salvado, te estaremos agradecidos siempre — dio las gracias Leal.

Lest respondió escribiendo en el suelo con su pequeño dedo.

— Gracias a ustedes nobles viajeros. Deben llegar lo más pronto a la guarida del dragón allí muchas preguntas podrán ser respondidas — escribió Lest como una amigable sonrisa.

Aquel agujero, estaba lleno de túneles, muchos de ellos llegaban hasta el volcán, Lest nos señaló un túnel adecuado para los tres, comenzamos a caminar bajo tierra, mientras éramos guiados con una pequeña vela, sus pasos eran lentos pero llenos de confianza, en cada giro que dábamos Lest comenzaba a caminar más animado, y entre nuestra piel le calor comenzó a sentirse, estaríamos muy cerca del volcán, donde su guardián era un gran y temible dragón, aun no nos encontrábamos con los ladrones de la reliquia, me preguntaba como serian o porque robaron la reliquia, acaso del dragón los obligo.

Habían pasado largos y cansados minutos hasta llegar a una salida ya el calor en los túneles no se podía soportar, cada vez eran más sofocantes pero al fin una salido donde se pudo respirar aire puro y fresco, pero aún se podía respirar el olor a azufre.

— Puff, es muy desagradable este olor — exclamo Frozen.

— Parece un drenaje de los que hay por las calles de la ciudad — respondio Leal.

— Debemos avanzar — comente.

Habíamos salido a un lado del volcán el lugar cada vez más parecía desolado, habían rocas por todos lados y la tierra tenía un color ladrillo o rojizo, nuestra vista se plantó sobre la aventura del volcán. Las explosiones habían cesado y no había señales del dragón, ¿estábamos seguros?, no lo sabíamos. Frozen levanto sus orejas y comenzó a correr.



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Editado: 23.05.2019

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