Un Vientre de Alquiler para el Magnate Arrogante

Capítulo 12

Después de la inserción, Elisa, salió del laboratorio y fue recibida por la vista de Leonardo parado solo en el pasillo.

—¿Lo hiciste? —preguntó mientras se levantaba de la silla.

Ella asintió con la cabeza. Afortunadamente, la doctora Stevens no estaba mintiendo cuando dijo que no iba a ser doloroso.

—¿Qué te dijo la doctora Stevens?

—Tenemos que volver a la clínica después de dos semanas para ver si la fertilización es exitosa.

—Está bien —dijo—. Volveremos juntos después de dos semanas.

—¿Dónde está tu novia? —preguntó cuando vio que la astuta mujer ya no estaba.

—La llamaron para trabajar —dijo—. Solo somos nosotros dos ahora.

Elisa sonrió. Está contenta de no tener que pasar más tiempo con la pretenciosa modelo.

Aparte de ser bonita, parece que no tiene ningún mérito en absoluto.

Estaba perdida en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de que ya estaban bajando unas escaleras.

Calculó mal sus pasos y cayó hacia adelante. Sin embargo, justo cuando ella llegaba al suelo, Leo le rodeó la cintura con los brazos y la acercó a su pecho.

Elisa lo miró y sintió que su respiración se quedaba atrapada en la parte posterior de su garganta. Junto con eso, sintió que su corazón dio un vuelco.

Maldita sea, es realmente guapo.

Muy guapo.

Tal desperdicio que una cara hermosa como la suya terminara con la personalidad del diablo, pero aun así, su atractivo no podía ser negado.

—¿Vas a seguir mirándome a la cara? —preguntó él, causando que ella saliera de sus pensamientos.

Rápidamente lo empujó y se aclaró la garganta.

—No estaba mirando —murmuró en voz baja.

Él suspiró.

—Solo-ten cuidado de ahora en adelante —dijo, su tono repentinamente sonando preocupado.

Ella lo miró a los ojos. Él nunca le había hablado de esa manera antes.

—Vas a llevar a mi hijo de ahora en adelante —dijo con una pequeña sonrisa—. Cuídate bien.

Ahí estaba de nuevo, su corazón saltando un latido. Y ella no podía tener control de su tonto corazón.

Pasaron dos semanas en un abrir y cerrar de ojos desde que fueron al hospital y nada había cambiado mucho en su relación.

Excepto por el hecho de que Leonardo ha estado tratando a Elisa con más delicadeza por llevar a su hijo.

Todavía hace que el corazón de Elisa se acelere a veces, pero ignora los sentimientos ya que es muy consciente de que todo lo que están haciendo es estrictamente por negocios.

Sin embargo, está agradecida de que Alina no haya visitado su penthouse en las últimas dos semanas. Parece que la modelo tenía una sesión de fotos fuera del país, por lo que tampoco estuvo aquí para su revisión de seguimiento.

—¿Está todo listo? —preguntó Leo.

Elisa asintió con la cabeza.

Leo estaba a punto de encender el auto cuando de repente sonó su teléfono.

Contestó el teléfono.

—Hola, Leo —dijo Rose a través del teléfono—. ¿Elisa está contigo? —ella preguntó.

—Sí —dijo—. Vamos al hospital para su chequeo ¿Por qué llamas?

—¿No puedo simplemente llamar a mi hijo? —ella preguntó.

Suspiró y se masajeó el puente de la nariz.

—Ve al grano, mamá. Llegaremos tarde a la cita.

—Está bien —dijo Rose—. Eres tan impaciente. Solo iba a preguntar cuándo podemos pedir imágenes de ultrasonido para el bebé. Ya está en su primer mes, ¿verdad? —ella preguntó.

Los dos se miraron.

—Mmh, sí —mintió Leo—. Todavía no lo tenemos —dijo.

—Bueno, ¿puedes conseguir uno hoy? —preguntó con voz esperanzada.

Elisa se mordió el labio.

—Tal vez el próximo mes, Rose —respondió ella—. Es posible que no podamos ver nada todavía, ya que el bebé aún es pequeño.

—Ya veo —dijo Rose, un poco decepcionada—. Entonces, esperaré el ultrasonido el próximo mes, ¿de acuerdo? Hagámoslo como símbolo para conseguir la compañía —se rió entre dientes.

Leo se quedó helado.

—Después de obtener el ultrasonido, 'comencemos a procesar la transferencia de acciones de la empresa, ¿de acuerdo?

—Está bien, mamá —dijo Leo—. Tenemos que irnos.

Con eso, apagó el teléfono y se apoyó en el asiento del auto.

—¿Fue realmente una buena idea decirles que ya estoy embarazada? —ella preguntó—. ¿Qué haríamos si no estoy embarazada para el próximo mes?

Arrancó el coche y empezó a conducir.

—Esperemos que lo estés, entonces.

Los dos llegaron al hospital, ambos un poco nerviosos después de la llamada de Rose.

Leo también parecía tenso después de que mencionó la empresa.

Entraron en la oficina de la Dra. Stevens y fueron recibidos por su rostro neutral.

—Toma asiento —dijo ella.

Se sentaron en los asientos y esperaron mientras la Dr. Stevens revisaba algunos archivos.

—Acuéstate aquí, Elisa —dijo—. Vamos a ver si el ciclo ha sido exitoso.

Se acostó nerviosamente en la cama y expuso su estómago.

La Dr. Stevens enjabonó el lubricante frío en su piel, haciéndola temblar por un segundo.

—Veamos —murmuró en voz baja mientras deslizaba la herramienta de ultrasonido sobre el estómago de Elisa.

Leo y Elisa enfocaron sus ojos en la pantalla para encontrar una sola prueba de que Elisa llevaba vida.

Sin embargo, mientras la Dra. Stevens continuaba buscando y su expresión se oscurecía con cada segundo, ¡sus esperanzas disminuyeron!

La Dr. Stevens limpió el lubricante de su estómago y la llevó a sentarse.

Juntó las manos y se apoyó en la silla.

—Las estadísticas muestran que la tasa de éxito de la fertilización in vitro en el primer ciclo es solo del 25 al 30%, lo que significa que hay una mayor probabilidad de que no funcione.

Leo frunció los labios.

—Sea franca, doctora. ¿Fue exitoso el proceso o no? —preguntó.

—Ha fallado —dijo, haciendo que el corazón de Elisa se desplomara.

Miró a Leo y vio que apretaba la mandíbula.

—Necesitamos hacer una recuperación de óvulos y espermatozoides una vez más y fertilizarlos. Luego, lo insertaremos en Elisa.




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