Un zorro para un lobo.

Capitulo 5

El llamado.

Mis instintos me llevan a lugares para olvidar, buenos y a veces malos.

 

Orión solo podía observarla con ternura, tenia los labios entre abiertos y los ojos cerrados. Sabia que no estaba completamente dormida, era mas un estado de vigilia. Le preocupaba no poder controlar su llamado, una vibración hecha exclusivamente para calmar a parejas y en casos extremos doblegarlas. El no quería que ella sintiera que la manipulaba, le desesperaba el hecho de que en cualquier momento llegara a pensarlo.

 

Phoebe estaba tranquila, podía sentir el andar tranquilo del alfa con ella en brazos, su olor le inundaba las fosas nasales de manera picante, la excitación seguía allí pero se mezclaba con los olores de la gente al pasar y su Omega interior solo quería sobre reaccionar, quería gruñir de manera salvaje para que nadie lo mirara y ese pequeño olor amenazante estaba empezando a salir por sus poros sin quererlo.

 

Orión se carcajeo, era una risa grave y juguetona nada escandalosa pero si divertida.

—Tranquila Manzanita, llegamos a tu casa. No hay nadie en todo el camino que no halla podido oler tus dulces jugos sobre mi—La bajo con delicadeza y ella sonrojada solo pudo saltar adentro, empujando la vieja puerta de madera.

su cabeza viajo a un lado, mirando hacia adentro tímidamente—¿Quieres pasar?—Obviamente las intenciones del mayor eran entrar y devorarla pero que se lo preguntara la hacia sentir segura, como si ese pequeño animalejo tuviera el control.

—Me ofendería si no me hubieras invitado a pasar— Cerro la puerta tras el, avanzando. Sus ojos hicieron un escaneo del área, estaba lleno de cosas tejidas a crochet y olía a la señora Aeelen pero con ese tenue dulzor a frutas tropicales por todos lados, había marcos con fotos por todos lados de Bee. Era adorable.

Bee mira hacia la pared que el observaba, donde estaba el tesoro de su abuela —Hay una por cada fecha importante— caminaron hacia ellas—Mi abuela tiene miedo de olvidar con los años cada parte de mi vida así que toma una foto cada que cree que es un momento importante—

 

Ella estaba nerviosa, nunca le había mostrado eso a nadie. Para ella era vergonzoso pero al crecer entendió que si para su criadora era importante era algo que podía respetar, mas sin embargo no se le había ocurrido mostrarlas nunca a nadie. Orión observaba cada foto con atención, en una había una bebé de apenas unos 2 años regordeta con las mejillas manchadas de lo que parecía una sustancia espesa y el seño fruncido, tenia una colita como una palmera en el centro de su cabeza pelirroja y un escrito abajo "Primera papilla"

 

—Eras muy pequeña aquí, sigues siendo igual de adorable—Pudo ver como ella miraba otra de las fotos sin importancia —¿Cuántos años tenias?—

 

Bee suspiro. El era su pareja tendría que llegar esta conversación en algún momento, tampoco era algo que le doliera recordar —Tenía 3 años en esa foto me veo mas pequeña en cada una porque estaba mal alimentada cuando me encontró, mi desarrollo parecía estancado y no pude dejar la mamadera hasta los 3 años. Tenía 2 cuando me encontraron esa foto fue un par de meses después— Tomo otra foto entre sus manos sin despegarla de la pared —En esta foto solo había pasado una semana desde que me encontró, fue la primera vez que me vio en forma humana-

 

Orión sentía una opresión en el pecho, sentía ira por no poder estar allí para ella cuando mas lo necesitaba. Observo la fotografía había una bebe muy delgada, tanto que su cabeza era desproporcional con su cuerpo, tenia grandes ojeras bajo esos ojos verdes y estaba mordiendo una mano con una manicura extravagante. Sabía que los bebes podían cambiar a temprana edad pero cuando esto ocurría antes de los 4 años era por sentirse amenazados la mayoría del tiempo y aunque no era una regla si una generalidad.

 

—Mordía todo lo que se me acercara, cambie involuntariamente por el cansancio Aeelen creyó que le deje de gruñir y cambie porque me sentía en confianza y la mordí —Bee no sentía ya nada, todo estaba encerrado hasta el fondo de su corazón donde no podía herirla —Claramente no fue el caso pero le tomo un par de días ganarme, fue fácil para ella—

 

El había crecido con una mamá que lo adoraba, un padre que le enseño a pelear y aunque la guerra había llegado temprano a su vida no fue tan cachorro, el podía defenderse no era una cría. Apretó los puños mientras soltaba aire lentamente —¿Puedo preguntar?— No quería herirla, ni ser imprudente ella se estaba abriendo y lo menos que quería era que corriera.

 

sus padres —No lo se, no recuerdo mucho de ella. Recuerdo un par de mordidas y gruñidos, sangre y una pared llena de lo que creo era hongos —En realidad no quería especificar que definir lo que eran sus recuerdos era una abominación— Recuerdo un metal alrededor de mi cuerpo que me quemaba, aun tengo una marca de eso y luego recuerdo el bosque y el frio, no se cuanto tiempo pase escondida pero puedo cambiar desde que tengo memoria, pasaba mas como un animal que como una humana—

 

Sintió un pequeño nudo en su garganta y lo trago fuerte. Como hacia cada vez que pensaba en lo que sucedió —Estoy bien, se me da bien adaptarme y gracias a Aeelen estoy bien, ella me tomo como su cría. Supongo que la vida nos dio a ambas lo que recitábamos a mi una mamá y ha ella una hija, siempre digo que es mi abuela porque era mayor cuando me encontró pero se porto como una mamá—

 

Orión la abrazo, tal vez ella no demostraría lo mucho que le dolía pero el si quería intentar cargar esa mochila con ella —Me alegro que te encontrara y me alegro aún mas de que tenga esta documentación de ti, quiero saberlo todo. Quiero ver cada pequeño pedacito que me perdí de ti—

 

Bee se dejo envolver en sus brazos y soltó motas de su olor apropósito, relajándolo—Me gustaría mas hacer nuevos recuerdos— Había total doble sentido en esas palabras, para su raza era fácil olvidar los problemas con sexo y estaba bien, ella lo entendía.




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