Un zorro para un lobo.

Capitulo 15

Aún si significaba que iba a dejarlo.

Tu igual es quien corre a tu lado, nunca delante, nunca detrás.

 

 

La mujer estaba enrollada en una manta frente al fuego como los últimos tres días a pesar de que el clima no estaba tan helado le era imposible mantener su propia temperatura, esos ojos verdes estaban fijos en las llamas, tan calientes, tan vivas, tan hermosas y tan peligrosas pensaba, la fascinación por el fuego es algo innato en cada niño pero contrario a desaparecer en ella estaba muy obsesionada parecía más interesante que cualquier cosa a su alrededor las ultimas 72 horas, quería incendiarlo todo. No había comido nada y sentía sus labios estar quebradizos, secos pero su boca aún así se negaba a quitar de su rostro la linea apacible que la conformaba ahora, su garganta podía sentirse arder por la falta de saliva en ella no había bebido nada tampoco, estaba limpia por la amabilidad de su amiga si no estaba segura que el sitio apestaría.

Apestaría a la basura que soy.

Baharí había encontrado a la Omega en shock, la había bañado, acunado, escuchado llorar y acompañado desde que la vio, Bee no tenía claro como había contactado a su abuela y los recuerdos de ambas mujeres eran borrones en su memoria, no recordaba mucho lo único que sabía es que había estado en una cabaña, no en su casa habitual, no en la de su abuela ni en su perfecto nido, tan calientito y lleno del olor de su Alfa, Su Alfa Orión ya no era su alfa, o bueno ella no quería pensar en lo que era o no era, estaba tan dolida y cansada como para tan siquiera murmurar palabra alguna, estaba completamente drenada de alguna emoción que no fuera la tristeza absoluta.

—Tenemos que hacer algo, va ha terminar muriendo señora Aeelen nunca había visto a una Omega así— la preocupación cargaba la voz de la morena.

Baharí probablemente no tendría mas de unos diecisiete años pero era jodidamente sabia al pasar por tanto, conocía la depresión post abandono EL LIMBO; cuando alguna Omega que ya había sido emparejada llegaba a las instalaciones era terrible, muchas morían en el proceso de separación, muchas perecían pero nunca había visto a una que ni siquiera hiciera el amago de comer, todos los casos que había observado se trataban de una omega con esperanza pero Phoebe parecía un cascaron vacío y no quería que la cara amiga que recordaba, la linda mujer de fuego que le recordaba a su hermana mayor pereciera igual que esas mujeres, igual que su hermana.

—No puedo traer a Orión aquí, tengo suerte de que Thía me haya prestado esta propiedad un poco alejada de la manada— La anciana miraba a su nieta, quien no parecía tan siquiera oír todo lo que decían sin tapujos frente a ella —Además, Orión y El Alfa James tuvieron una pelea, Megan de alguna manera fue maltratada por Orión y las cosas están tensas ahora entre ellos— La anciana tomo la tasa de té de valeriana entre sus manos, soplando un poco— No puedo decirles luego de saber como se puso contra su propio Alfa, quien sabe que haría—

Baharí la miro, y se removió incomoda con su postura—Hable con Megan sobre eso, a su pareja no le gusto saber que había sido azotada por su segundo al mando y cuando Orión intento desesperadamente encontrar a Phoebe todo se descontrolo— Baharí se froto las sienes, aliviando un poco la presión de su dolor de cabeza, de recordar como tuvo que hablarle a la luna a pesar que a duras penas la soportaba—Lo han sedado hasta que se calme, sea lo que sea necesitamos que ese imbécil la traiga de vuelta—

Aeelen se acerco a su bebé observando las pequeñas lagrimas que corrían por sus mejillas, había escuchado todo y aun así esto era lo único que obtenía, esa mínima reacción. Su preocupación aumentaba con cada hora que pasaba. Recuerdos de ser una joven cuya pareja falleció en sus brazos la invadían, no podía permitir que Phoebe pasara por lo mismo.

—Tal vez tengas razón, no se que sucedió y tengo un miedo terrible de saber que fue lo que paso exactamente pero me aterra más la idea de perderla— Observo el cuello de esta el cual estaba purpura y goteaba a ratos una sustancia liquida amarillenta, sabia que necesitaba un medico—Además necesito que Oliver vea esa herida, esta empezando a infectarse no se porque no se esta sanando en lo absoluto—Paso el te por hacia la menor, esperando que pudiera al menos beber eso.

—Bee mi amor, necesito que lo bebas— paso las manos por el pelo grasoso de su hija—te ayudara a descansar, es más fácil dormir cuando el corazón duele—sus palabras eran de reconocimiento, de experiencia pura.

La Omega miro la tasa frente a ella. Dormir . Quería hacerlo, quería cerrar los ojos y descansar pero le aterraban las pesadillas, esas fuertes pesadillas en las que escucha el eco de la voz de Orión odiarla o peor aún, tenía mucho mas miedo de soñar una vida feliz junto a él y despertar para no encontrarlo. Sin embargo tomo la tasa y bebió un trago sintiendo este refrescar todo, lubricando un poco sus garganta.

—Se acabo, no voy a verla morir así— Baharí tomo un cuchillo, acercándose lentamente a la Omega quien no se inmuto al ver el filo brillar con las llamas, solo cerro los ojos esperando— Si esto no lo trae de vuelta no se que lo hará— Tomo un mechón de pelo rojo entre sus dedos y corto al raz, limpiamente —Quédate con ella, traeré a quien tenga que traer—

Estoy tan agotada

los ojos le pesaban terriblemente. La medicina en la bebida hacia efecto y la mayor en la sala sostuvo su cabeza dejándola lentamente en la alfombra bajo ella cuando la sintió desplomarse, necesitaba descansar aunque no le agradaba los métodos que había empleado.

—Buena suerte— murmuro la anciana.

Y Baharí solo asintió mientras salía de allí, con nada mas que el mechón entre una servilleta de tela como defensa ante lo que se le atravesara, la caminata fue de al menos una hora y maldecía cada que tropezaba en el camino con alguna piedra o raíz sería mas rápido si se transformara pero hacia tanto que no podía que dejo de intentar. Pronto diviso cansadamente el comienzo de la manada, el olor a muerte inundo sus sentidos y tuvo que cubrir su nariz hasta que ya estuvo en espacio seguro, troto hasta la casa alejada de la manada, la casa donde todos sabían que atendía un medico de pelo verde, toco una y luego otra vez.




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