Una Asesina Dentro De Ella

Capítulo 3

Caro

   Agarro mi botella de agua y tomo de ella mientras observo a Jason derrotado en el piso. Río antes de hablar.

  - Sos druida, ¿por qué no lo aprovechás? Para algo tenés habilidades.

  - Por nada.

  - Ah, dale-

 - Por nada -me interrumpe, dando por cerrada la conversación.

   No explotes, estúpida. No lo hagas. No...

  - Que justo, ¿no? Yo nunca, jamás, te oculté nada. Siempre te contaba absolutamente todo y siempre lo hago. ¿Por qué no podés ser igualitario? No hay una sola cosa que yo no te haya contado. ¿Por qué no me lo contás? No te cuesta un carajo. Cuando me pidas ayuda para algo te voy a decir que no, y cuando me preguntes por qué te voy a decir por nada.

  Me doy vuelta, dirigiéndome al ascensor, cuando una mano se enrolla alrededor de mi brazo y me hace girar.

  - ¿Por qué te molesta tanto? Es solo un pequeño detalle, no tiene nada de malo que te oculte un pequeño detalle.

  - Uy sí, no tiene nada de malo que yo no te oculte absolutamente nada de mí mientras que vos me ocultás algo que puede ser la cosa más simple del mundo como algo para descubrir los secretos Vaticano. Lo único que te falta es mentirme y decir ''no te miento, te oculto la verdad''. Sos un maldito traicionero.

  Me doy vuelta y me meto al ascensor apresuradamente.

  No lo puedo creer. Ese inútil me traiciono. A quien siempre estaba para él, a quien lo consolaba pese a todo, a quien lo ayudaba, a quien daría la vida por él, pero no le importo. Solo piensa en sí mismo.

  Jason

  Pensé que era un simple drama hasta que se fue enojada, pero yo también quiero guardarme algunas cosas. No es obligatorio que le cuente todo, no voy a negar que ella me cuenta todo siempre a menos que sea algo demasiado pequeño... ahora me odio, tengo que pedirle perdón. Hace un rato se fue a nuestro piso, supongo, yo permanezco sentado en el suelo del gimnasio. Si que sabe controlar sus habilidades esa chica. Me dejo hecho puré, fui su saco de boxeo personal. Me río ante el pensamiento.

  Me levanto y voy hacia el ascensor. Cuando llego a nuestro departamento, toco la puerta para encontrarme con el ceño fruncido de mi madre.

  - ¿Qué le hiciste a tu hermana? -exige.

  Rayos

  Maldita soplona

  - Nada, sabes que ella es dramática -explico.

  - Sí, pero estoy segura de que no tendría ganas de matar a alguien.

  - Se enojó porque no le conté algo.

  - Mhm, pasá - dice finalmente y me deja pasar.

  - Gracias.

  Maldición, tengo que arreglarlo. Me acerco a la puerta de Caro y la golpeo dos veces.

  - Si sos Jason, alquilá un auto y andate al infierno.

  Wow, sí que se zarpó con la creatividad.

  Maldición.

  Froto mis manos por mi cara en signo de frustración hasta que siento un apretón en mi hombro, me doy vuelta y veo a Mary.

  - ¿Problemas, amigo? - asiento- ¿Te ayudo? - me estoy quedando sin opciones, asi que, vuelvo a asentir- Imagina que sos ella, ¿qué haría que te sientas mejor? Tal vez hablar, tal vez un helado. Pero estas hablando de Caro, ella es muy difícil de convencer. Tratá de pensar como ella, resolvelo como ella, sé ella - sonríe y se va. ¿Desde cuándo es filósofa?

  Me voy a mi habitación y me pongo a pensar. Mary tiene razón, aunque me dejó con muchas dudas. Si fuera Caro, ¿cómo perdonaría a mi hermano maldito traicionero? Tengo varias opciones:

  *Un helado

  *Hablar y resolver las cosas

  *Obligarla a perdonarme

  *Contarle la verdad

  *Contarle una mentira

  Creo que voy a hacerlas todas, menos obligarla. Las ordeno mentalmente, de primero a último:

  *Un helado

  *Hablar y resolver las cosas

  *Contarle una mentira

  En caso de que la culpa y la consciencia me carcoman:

  *Contarle la verdad

  Espero que eso no pase...

(***)

Caro

Unas horas después:

  Salgo de mi habitación porque es hora de almorzar.

  Y como tengo la mejor suerte del mundo, soy la ultima, y el último jodido asiento es al lado de la única persona con la que estoy mortalmente enojada en este momento y tal vez, y con mucha suerte, hasta dentro de 365 días.

  Al carajo con tu suerte hoy.

  No tengo opción, así que me siento al lado del inútil, pero ignorándolo completamente. Empieza la cena y elijo los fideos con salsa bolognesa, Jason me pide que se los pase, por lo que lo hago sin siquiera mirarlo. Sí, estoy haciendo una especie de huelga de silencio. Y no, no voy a romperla (tal vez). En los últimos minutos vi de reojo como Jason abría la boca y volvía a cerrarla repetidas veces como pensando en si hablar o no, hasta que siento sus intensos ojos azules sobre mi.

  - Hola, ¿cómo estas? -pregunta sonriendo.

  Ni que no se hubieran visto en años.

  No quería responder, pero no soy tan de piedra como para no hacerlo, asi que solo hago un sonido seco y gutural como diciendo ''mhm'' -sí, tan seco como suena- y a continuación, acompaño con un amargo ''bien, supongo'' -Yo diría mas amargo que un café sin azúcar-.

  - ¡Me alegra!. ¿Que cómo estoy? ¡Oh! ¡bien, muy bien! Gracias por preguntar Caro, gracias por fijarte en mi.

  Este idiota me esta hartando.

   Giro mi cabeza lentamente mirándolo con una expresión que te perforaría hasta los huesos.

  - No pregunto lo que no me interesa -vuelvo mi vista al plato y hablo nuevamente- :Justo por eso pregunté qué porquería me ocultabas. Es ilógico, ¿no te parece? Respondés lo que no quiero preguntar diciendo indirectamente ''pregunta'', y cuando pregunto algo que sí, me interesa no me respondés. Ni me hables de ''modales'' maldito pedazo de basura-Hago comillas con los dedos en la palabra modales.



#10035 en Fantasía
#3954 en Personajes sobrenaturales
#5854 en Thriller
#3329 en Misterio

En el texto hay: vampiros, licantropos, druidas

Editado: 18.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.