Una asistente para navidad

Capítulo 8

Víspera de navidad.

Tim bloqueo a Alicia, no quería saber de ella mientras trataba de procesar que su amiga le mintiera. Al menos tenía a Daniela, loca, arribista y astuta, ahí estaba haciendo sus días un poco más felices, encontró que no pensaba tanto en Adela, se cuestionó lo que sentía por ella, su falsa relación con Daniela era lo más real que había sentido o tenido jamás. Sonrió al salir de la ducha pensando en eso.

Al sentarse al comedor, ella lo esperaba nerviosa golpeado la mesa.

—Tengo hambre —se quejó.

Él le sonrió con complicidad.

Se abrió la puerta del comedor y entró un chef con varios ayudantes cargando con platos varios navideños del país de Daniela: hallacas, pan de jamón, pernil y asado negro, un pollo asado, dulce de lechosa,  ponche crema, ensalada de gallina. Daniela comenzó a llorar emocionada.

—Esto…es…

—Para que no extrañes la comida de tu país, y también hay bicarbonato por si te cae pesado todo esto —rio.

—Pero esto es lo que se cena para navidad, no para la mañana de vísperas de navidad —dijo secándose las lágrimas.

—Lo sabes Daniela, no tendremos una cena de navidad, haremos un maratón de películas de navidad, nada de cenas navideñas, pero podemos tener este desayuno típico navideño de Venezuela. Puedo hacer eso por ti.

Ella afirmó, comieron y rieron felices al menos esa mañana. Tim se disponía a atender una llamada de un canal deportivo cuando tocaron a su puerta, era Adela. Entró sonriendo sin esperar invitación.

—Amor, es hora, creo que ha llegado el momento.

Tim miró hacia el pasillo donde quedaba la habitación de Daniela, se mostró nervioso.

—Adela, creo que no es un buen momento.

—¿Por qué?

—Es una locura, hablaremos después.

—No, Tim, oh Tim, quedamos en que volveríamos.

—No cuando tú dijeras, cuando fuera propicio.

—Ahora lo es, te necesito conmigo esta noche en la alfombra roja de La Navidad en Familia con Venevisión, seré la anfitriona del especial de navidad, será mi salto como animadora. Va estar San Luis. Cantarán y…

—Te felicito, pero una cosa no tiene que ver con la otra, no podemos terminar y volver basados en las agendas publicitarias o de trabajo, lo siento Adela, hablaremos en enero.

—No, basta. Tim, oh Tim, no puedes hacerme esto.

—Lo siento Adela, de hecho creo que…creo que ya no quiero volver contigo, debo pensarlo, estoy empezando a sentir cosas por Daniela, es decir, creo que son más fuertes ahora.

Ella abrió los ojos sobre él con expresión de horror, negó.

—¿Te has creído tu propia farsa? Es una farsa —espetó.

—Lo sé…

—No, no lo sabes. Es una farsa, yo la contraté para que se hiciera pasar por tu novia y poder hacer este boom publicitario que son ahora —confesó soberbia. Tim quedó petrificado, con el corazón partido—, cuando tú y yo volvamos, la gente y la prensa enloquecerá. No dejarán de hablar de nosotros, entraremos en el año nuevo con un alto capital en imagen.

Negó.

—Mientes.

La mujer bufó mirándolo de arriba abajo.

—Pobre Tim, ella es hábil, lo admito, pero o terminas con esta tontería con ella y te vienes conmigo esta noche o la meto al foso de donde la saqué —dijo dando pasos rápidos junto a él.

La vio irse sin remordimientos. No la conocía, nunca conoció a Adela, siempre fue una farsa, y Daniela, ella también lo era. Lloraba de pie en la sala de su apartamento sin atreverse a dar un paso, cuando vio que ella se asomó llorando. Se acercó negando.

—Lo siento, solo era un trabajo, solo es un trabajo —dijo.

—¿Cómo pudiste? —preguntó Tim.

—Es que no sabes. No entiendes —dijo llorando.

—¿Cómo es que estoy rodeado de farsantes, mentirosos y traidores? —se lamentó.

—Yo he sido sincera contigo, en como soy, es solo que…

—¡Descarada! Sal de mi casa ahora mismo.

—No Tim. No tengo a donde ir.

—Claro que sí, te he estado pagando un dinero que no te correspondía, Adela seguro te pagó, en tal caso, ve con Adela. Son iguales —se quejó. Señaló la puerta.

—¿Es cierto lo que dijiste? ¿Qué sientes cosas por mí?

—¡Vete! —gritó exasperado. Ella se sobresaltó, corrió a su habitación.

La vio salir cargando pocas cosas. Lo miraba llorosa.

—No está descartado que te demande. Así que no te sorprendas —dijo.

Ella reanudó su llanto y salió de su casa.



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Editado: 14.12.2021

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