Al regresar del orfanato, Tim volvió a casa de Alicia con Daniela, quien se disculpó avergonzada, Alicia le dijo que tenía suerte de que fuera Navidad, todo estaba perdonado.
—Llegaron justo a tiempo, preparamos una sopa, está muy buena —dijo Alicia.
—Y las cervezas frías —gritó su tío. Todos rieron.
Tim y Daniela reían al verse como si fuera la primera vez que compartían.
—Te confesaré algo: el día de Navidad me encanta pasarlo en la playa o encerrada viendo películas de Navidad, comiendo las sobras de la cena —dijo Daniela, Tim sonrió negando —pero, a diferencia de ti, para ese día ya he disfrutado de la Navidad todo el mes.
—Tu familia está lejos, y aun así, estabas feliz.
—Sí, porque están bien, no tenemos que estar juntos, me conformo con saber que están bien.
Tim sonrió afirmando. Se abrazaron.
—Noticia —rio Alicia.
Tim y Daniela se miraron extrañados.
—Adela se cayó en el programa ese —rio—, y siguieron grabando y la filmaron insultando a todo el mundo, la están destruyendo en redes sociales.
Daniela tragó grueso y miró a Tim nerviosa.
—Hablaré con mis abogados. Estarás bien. Ella no hará nada en tu contra —aseguró.
Daniela sonrió. Ya de más tarde, ese día, Tim sabía algo, había podido disfrutar de la Navidad, y no quería dejar ir a Daniela.
—No quiero seguir mintiendo al público —dijo.
—Entiendo. Diremos la verdad.
—Hagámoslo verdad. ¿Te gustaría salir conmigo?
—Sí —rio ella emocionada.
—Primera cita: Mi casa hoy, películas de Navidad y las sobras del desayuno de víspera de Navidad.
—Acepto.
Sintió que por primera vez su vida estaba en orden, y quería desesperadamente ponerse ese abrigo de Navidad.