En este mundo existe un rey demonio que no contaré su historia porque es la típica historia cliché y triste que todos conocemos.
Hasta un nini otaku y friki como yo sabe eso.
Pero fue en ese momento…
-Alan, necesito… ¿Qué? ¿Qué estas haciendo? ¿Qué haces tirado en el suelo?
Mi papá, con una mochila en la mano, me dijo eso después de abrir la puerta de mi habitación de golpe.
Mi habitación era la de cualquier nini: con posters de chicas de anime, novelas que estaba leyendo, a oscuras y basura por todos lados.
-¿Que qué estoy haciendo? Cosas importantes, eso estoy haciendo, como el gran mago que soy.
En ese momento se dio cuenta de lo que estaba haciendo.
-… ¿Estar mirando una hormiga que pasa por ahí es algo tan importante? ¿Y porque te llamas a ti mismo “gran mago”? Abandonaste la escuela de magia apenas aprendiste hechizos básicos e inútiles…
-Que me digas mis verdades, que malo de tu parte. Por cierto, ¿De que querías hablarme? ¿Es sobre el sándwich que dejaste en la mesa? Se que lo etiquetaste, pero es imposible para una persona ignorar un sándwich etiquetado. Los humanos somos seres complejos que queremos hacer las cosas más cuando sabemos que son prohibidas.
-Así que fuiste tú. No, no es por eso que te hablé, es por otra razón.
-¿Y cuál es esa razón? ¿Necesitas mi fuerza?
-No es algo como eso. Tu madre y yo hablamos y… creo que es hora de que te independices.
-Esta bien, esta bien, ayudare con las tareas del hogar, pero primero quiero que me compren… ¿Qué dijiste?
-No estudias ni trabajas, eres un parasito. Creo que para que seas por fin independiente es hora de que te independices y dejes de vivir de tus padres.
-Espera, espera, ¿Estas hablando en serio? No, esto es una broma, ¿verdad? ¿Esto es una broma?
-Lo siento, Alan…
-… x2
Los dos nos quedamos mirando el uno al otro.
-¡Alto, espera! ¿Cómo que me echaran a la calle para después morir de hambre y ser comida de cuervos? ¡No me dejes! ¡Por favor!
Me postre ante el y dije eso.
-¿Qué? ¿Por qué dijiste de repente un escenario tan aterrador? ¡Tu madre y yo jamás te echaríamos solo así! Mira, esta mochila es para ti. Con esto podrás subsistir una semana hasta que encuentres empleo.
-¡El problema es que no hay empleo para mi! Lo tengo, ¿Por qué no hacemos un trato? Puedo comprar revistas muy sensuales por ti en una tienda indecente cerca de aquí, ¿Qué dices? ¿No es un trato muy jugoso?
-A-Ah… eso… eso estaría bien… digo, no, ¡No! Puede que ahora que estoy casado no pueda comprar cosas así ya que se esparcirán rumores extraños de mi, pero jamás defraudaría a mi querida esposa.
-También hay revistas de monitas chinas ahí.
-¡Ahhhh…! ¡No oigo, no oigo, tengo pescado orejas, palo soy!
El dijo esa oracion mal.
Mi papá aclaró su garganta y dijo:
-Lo siento, no hay opciones.
-¡Por favor, no me abandones! ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Qué hare? Ah, ¿Debería pedir dinero como un indigente?
-¡Ni se te ocurra pedir dinero de esa manera…! Ugh… esta bien, ¿Por qué no te unes a un gremio de aventureros?
-… ¿Gremio de aventureros?
Repetí la palabra que me sonaba familiar.
-Sí, un gremio de aventureros. Tengo entendido que te gustan esas historias de aventuras, ¿no?, en los gremios haces misiones como matar monstruos o recolectar plantas raras, ¿No es un trabajo perfecto para ti?
Oh, es verdad, en las novelas que leo están estos gremios. Muchas veces el protagonista crea un equipo para cazar monstruos, pero al final termina luchando contra el rey demonio.
-Lo entiendo, lo entiendo completamente. Antes detestaba la idea de trabajar, pero viéndolo desde otro punto de vista, yo podría ser protagonista de grandes hazañas. Es cierto, ¡Me uniré a un gremio y me convertiré en un aventurero!
-¿Ah? ¿De verdad? Y pensar que te animarías tu mismo… bien, la mochila que te entrego es para que subsistas una semana. Buena suerte en tu independencia.
-¡Si, señor! Desde este momento, prometo que venceré al rey demonio y lograre grandes hazañas.
-Exacto, es maravilloso. Si consigues grandes hazañas, incluso yo y tu madre te dejaremos de ver como basura.
-¡Si, ya no me verán como...! Espera, ¿Qué dijiste?
En ese momento mi papá me dio la mochila.
-Aquí esta tu mochila. Tendrás un monedero, agüita y comida.
-Oye, ¿Qué clase de imagen tienen de mi?
-Tu madre preparo la comida de tu lonchera con mucho amor, ¿No es genial?
-Oye, dime de una vez, contéstame, se que soy algo mimado, ¿Pero cómo es que me ven?
-Ah, yo te regalaré la funda de espada que me dio tu abuelo, que también era aventurero.
En ese momento, mi voz tembló.
-Papá, ¡Respóndeme por favor!