Mis ojos no paran de mirar el gran reloj en forma de círculo que hay en la pared a un lado de la habitación.
Robert estaba aquí, me iba a acompañar hasta que llegara la hora de irme a la dichosa fiesta. Se fue hace unos minutos, su tía lo había llamado, hubo un cambio de planes y tenían que irse hoy mismo.
Y se marchó. No sin antes decirme lo apenado que estaba y que podría llamarlo las veces que yo quiera, todo el día si es necesario. Eso último me alivió un poco.
2:59pm
No puede ser...
La manija de la puerta gira y se escucha el "clack" de que ha sido abierta entrando Jules por ella. Estoy tirada boca arriba en la cama, como si del Diablo se tratase me paro enseguida.
—¿Qué...?—Niega.—No importa.
Vine de parte de mí hermana, sus amigas vinieron por ella— Inspecciona mi habitación.—Tú no cabías en el auto, así que...
Elevo mis cejas. Claro, no cabía. No querían que fuera con ellas, mejor dicho. Estúpidas, como si iré a esa tonta fiesta por gusto.
—... Así que yo te llevaré—Sonríe abiertamente.—Vamos, no pongas esa cara de horror, soy buena compañía—Chasquea la lengua.—Cierto, tú eres media trastornada, no sabes lo que es pasarla bien.
Como quisiera borrar esa estúpida sonrisa de lado. Acariciarle la cara bajo la lluvia, con un cable pelado. Lástima que solo será eso, un "quisiera", primero porque no me atrevería y segundo porque muy probablemente moriríamos los dos.
—Bien, recoge tus cosas, ya nos vamos.—Se prepara para salir por la puerta.
Le detengo cuando le pregunto:—¿A-alguien más irá con nosotros?—Arrugo la tela de mi recatado vestido con nerviosismo.
Desde aquí puedo ver su maldita sonrisa ladina otra vez.
—No.
Eso me aliv...
—....Solo Steven, Patrick y Collin. Después nadie más—Sale riendo.—¿piensas quedarte ahí?
Alcanzo a escuchar que dice. Ese fatal. Lo hizo a propósito, llamó a sus amigos a propósito.
Decido salir mientras voy soltando toda clase de maldiciones contra Jules, Sophie, el universo, Jules...
°•°•°
Entro, ¿o no entro?, entro, ¿o no entr...
—¡Entra ya, loca¡—Grita Forbes
Como siempre no pude evitar asustarme con su grito, lo que hizo que mi bolso cayera al suelo, todas mis cosas incluyendo ropa interior se salieron de el.
Rápido me agacho para volverlas a meter, pero no lo suficiente como para que O'Donnell tenga tiempo de tomar una de mis bragas y exhibirla por el aire hacia los demás.
Justo como está haciendo ahora.
—Quién lo diría...—Silba.—La rarita usa encaje. Miren esto chicos—Se la muestra a los otros.
—En mi opinión, son bragas muy sexys para algo tan...—Hace mueca de asco.—digamos que difícil de ver como ella
Los cuatro se empiezan a reír. O'Donnell a mi lado me da una mirada de superioridad. En mi mente los estrangulo a todos, mientras que en la realidad...Solo estoy aquí, con mis hombros caídos y cabeza baja.
Odio ser tan pendeja.
—Bueno, bueno ya, dejen a la chica en paz.—Collin Black parece ser tocado por el espíritu santo.—Tú, Forbes—El mencionado hace como si no hablara con él.—devuelvele su braga.
Forbes hace lo dicho, no sin antes murmurar un "aguafiestas".
Thicke desde adentro del coche me mira y ladea su cabeza. Me está haciendo señas de que entre.
Con pasos tímidos lo hago siguiéndome detrás, Patrick. Quedando yo en medio de él y Steven.
Jules pone el coche en marcha.
°•°•°
Estaba muy plácidamente soñando cuando la sensación de algo entrando a mi oído me hace despertar de sopetón, chillando en el proceso.
Los cuatro I—De idiotas— ,ríen al unísono.
Pero claro. Steven metiendo papelitos en mi oído.
El muy descarado aún así yo viéndole el papel dice que el no fue.
—Ya quiero salir de aquí—Se queja.— ¿Cuanto nos queda de viaje?
Collin le responde.
—Pero si ni llevamos medio camino. Ajustate el culo al asiento amigo, nos falta
mucho.
—¿Haziel?
No le respondo.
—Es Hazel, idiota—Lo hace O'Donnell.
Forbes bufa.
—Hazel—Me llama otra vez.—Oye—Arruga su frente.—Hazel, Hazel, Hazel, Haz...
—¿¡Qué!?, pero por Dios ¡me vas a gastar el nombre!—Exclamo.
Los otros tres ríen.
—¡Woohou!, así que sabes
rujir, eh
Patrick me codea como si fuésemos amigos de toda la
vida.
No puedo evitar sonrojarme.
Aunque siempre sea así. Es decir, hay veces en las que ellos parecen olvidar que me odian y que les parezco la criatura más fea del planeta—posiblemente de la galaxia— y se ponen a conversar conmigo muy campantes.
Y yo como una tonta me ilusiono creyendo que me pueden considerar su amiga o que al menos puedan dejar de molestarme.
Justo como ahora.
—Hazel, cuéntanos un chiste.—Dice Forbes, como si fuera un niño chiquito.
Cierto. De los cuatro I él es el más infantil, también a veces el más cruel en cuanto a burlas se refiere.
Un chiste no porfavor, soy mala con los chistes.
—Yo...no sé ningún chiste...
Patrick eleva sus cejas.
—¡Patrañas!, apuesto a que debe haber alguno en esa cabecita.
Con uno de sus dedos da un suave toque en mi cabeza. Su cara se asombra de la nada y su dedo—Todavía en mi cabeza— se hunde en mi cabello.
Arrugo mi frente.
—Tu cabello....—Dice muy embobado.—Es muy...suave.
Jules y Collin por medio del retrovisor le dan una mirada extrañada.
—¡Yo quiero, yo quiero!
Steven—Como si yo le di mi permiso— desliza la goma por mi coleta, desatando mi larga y abundante cabellera.
—Carajo, es cierto...
Ambos empiezan en una pelea donde comparan mi pelo con algodón y ceda. Seguro que pensaban que así como me visto así mismo tengo el pelo.
¡ja!, Tomen eso idiotas. Digamos que tengo una pequeña obsesión con el trato de mi pelo.
¡Auch!, me han jalado una hebra.
—Oye idiota, despacio—Le reprende Patrick a Steven.—La lástimas.
Y otra vez empiezan a discutir.