Desde aquí puedo escuchar el afán y apogeo de la fiesta. Afuera hay decoradores y especialistas en eventos encargándose del asunto.
«Imaginate, cuando hay dinero...»
Mientras la festejada y sus amigos toman el sol en el jardín.
No, no me he atrevido a salir de la habitación de Sasha en todo el día. Mejor así, Sophie parece no acordarse de mí existencia y hasta esta noche no quiero problemas.
Digo que hasta esta noche porque pienso estar en la fiesta, no es como si tuviera opción, sé que Sasha me arrastrará hasta allá si es posible.
Está muy entusiasmado con eso de arreglarme y según ella dejarme "Bomba" para
el tema aquél.
Como si fuera invocada con el pensamiento, una jadeante Sasha entra por la puerta con par de bolsas de compra en cada uno de sus brazos.
Casi pensé que se había desmayado o algo cuando se desplomó con todo y bolsas en el piso. La misma me saca de ese pensamiento cuando habla.
—Te preguntarás: ¿porqué parece como si corrí un maratón?, te respondo que...
—Hace pausa y toma aire.—...algo parecido.—Levanta su mano derecha y con carita angelical me dice:—¿Me ayudas a ponerme en pié?
Sin hacerla esperar le ayudo, se levanta con agradecimiento que correspondo con una sonrisa.
—No te imaginas lo que me pasó—Bufa irónica.—El perro de los vecinos escapó, me vió en la calle y decidió que era lindo caerme atrás mientras ladraba
lujeandome sus filosos colmillos.—Dice con drama.
Sasha sacude sus hombros como si de repente le diera escalofríos. Me imagino la escena de una Sasha cargando diez bolsas de compra y cerciorándose de que no se les caigan mientras huye despavorida del animal.
Ese pensamiento me hace soltar una estruendosa risa haciendo que la protagonista y vistima me fulminara con su mirar.
—No es gracioso Haz, casi muero de un infarto—Hace pucheros.—Nunca había corrido tanto en mi vida—Pone sus brazos en jarra pensativa de repente.—Necesito hacer ejercicio...
Se queda mirando a la nada por varios segundos.
Carraspeo para atraer su atención, al primero no responde, y tengo que carraspear otra vez, ahora si me pone caso con un "¿eh, qué?"
Río leve.
—¿Qué son todas esas bolsas?
Estas últimas horas nos hemos hecho muy amigas—Si puedo llamarle así— , pero todavía no puedo evitar que mi voz salga con timidez cuando le hablo, igual que ahora.
Con Rob fue diferente, estaba enojada con él por haberme causado un chichón en la frente, por lo que se me hizo más fácil socializar en el momento.
—Las bolsas...—Repite ida.—Oh, si, ¡las bolsas!.—Parece volver en sí.
Empieza a sacar vestidos, zapatos y...hasta ropa interior, de cada una de ellas. No hago más que mirarle confundida. No creo que todo eso sea para esta noche, ¿O sí?, a menos
que ella vaya a usar distintas vestimentas.
—Estas...—Toma unos Jeans entre sus manos.—...bolsas querida amiga mía, aquí está lo que usaremos para la fiesta—Sonríe abiertamente.
Acaso escuché mal. ¿Usaremos?
—¿Disculpa?—Digo sin entender.—No me digas que compraste ropa para mí—Arrugo mi posible futura frente de vieja.
La sonrisa de Sash parece crecer aún más con mi pregunta.
Asiente emocionada.
—Sip, eso es exactamente lo que hice—Pone sus labios en línea recta, luego los libera.—Me imagino que no trajiste nada que puedas usar para la ocasión, así que personalmente me tomé la molestia de comprarte unas cuantas cosillas—Enrolla distraída varios mechones de pelo entre sus dedos.
Me da una de sus ya característica sonrisas angelicales.
—Yo... gracias por, no era necesario que compraras cosas para mí.
Sash sacude su mano en el aire.
—No es ninguna molestia Haz, me encanta ir de compras.—Insiste.
Algo me dice que aún así yo hubiera traído ropa de fiesta Sash me compraría cosas igual.
—Bueno, si tú lo dices, no te insisto más—Digo por lo bajini.
—Pero aún creo que no era necesario.
Ella chasquea su lengua.
—Tendrás que irte acostumbrando, porque me encanta hacerle regalos a la gente que me cae bien.
Con sus manos detrás en su espalda, se balancea de un lado a otro como una pequeña niña.
Alguien se aclara la garganta desde el umbral de la puerta. Nada más ni nada menos que Sara Blessed.
Me da una mirada de fastidio que hace que la yo interior se esconda bajo su cama imaginaria.
—Sash, ¿porqué estás con esa?—Cruza sus brazos.—Te va pegar sus rarezas, y quién sabe que más—Me observa con asco.
Involuntariamente mi cuerpo retrocede. Juro que aveces intento mostrarme fuerte ante este tipo de situaciones, pero mi mente parece bloquearse.
¿Les ha pasado que en el momento que discuten con alguien a la mente no se les viene ningún insulto?, después cuando esa persona se vá te llegan todos de sopetón y te dices: «¡Diantres!, si yo le hubiera insultado con ese me hubieran tenido que dar un Novel».
Justo eso me pasa ahora... bueno, y siempre.
La menor de las hermanas eleva sus cejas a la mayor.
—A diferencia de Haz tus amigos todos son una manada de estúpidos hipócritas, eso si que es verdad. Y yo no te digo nada.
De repente hace como si olvidara algo muy importante.
—Cierto. Tú ya eres igual o peor que ellos. Y te recuerdo que antes eras tan "rarita" como según ustedes llaman a Hazel. No me hagas sacar tus trapitos sucios al sol, hermana.
Sara niega sin podérselo creer. Yo misma no lo creo. Me está, podría decirse que.. defendiéndome a mí que apenas me conoce de unas horas, en lugar de su hermana mayor, conocida de toda la vida hasta ahora.
La menor mira al techo como si buscara alguna imperfección en el luego vuelve su vista a su hermana.
—Bien, como quieras.
—Con sus manos le resta importancia.—Solo vine a
dejarte un mandado de parte
de Alisha y...
Su hermana no le deja terminar.
—¿Qué es lo que quiere ahora?
—Le suelta con hostilidad.