Una Baash Entre Nosotros

14.Le gustas a Forbes


Bien. Aquí vamos...

—Nono, mejor no. No creo sea buena id....

Cuando estaba a punto de volver a la habitación.

—Oh no, jovencita. No irás a ningún lado excepto la fiesta de allá abajo.

Sash se interpone entre la puerta y yo. Suspiro. Bueno, puertita, creo que nuestra historia de amor no se podrá.

Bajo mi cabeza para echarle un vistazo a mi atuendo. La verdad es que Sasha se lució conmigo. Llevo puesto un vestido rojo vino de mangas cortas, ajustado en la parte de arriba y suelto en vuelos a la mitad de mis muslos

De calzado llevo unas botas negras de tacón que llegan también a la mitad de mis rodillas, y para completar, no podían faltar los pendientes y pulseras, Sasha me compró un collar con la inicial de mi nombre.

No querré saber yo cuanto se gastó en todo esto. Oh, ¿y como olvidar mi pelo?. Ahora tengo un flequillo que llega hasta mis cejas y mi cabello está suelto y cae como cascada hasta mi cintura. Y el maquillaje, tengo unos ojos azúl-grisáceo muy bonitos—Palabras de Sasha— por lo que llevo un maquillaje ahumado, o algo así.

«Apenas sé que con el maquillaje se pinta la cara.»

Me siento diferente, muy diferente...e incómoda también, pero el primer sentimiento es más que el segundo.

—Oh por Dios—Sash lleva sus manos a la boca.—¡Estás increíble!, pareces modelo.

Froto incómoda mi brazo izquierdo.
Sonrió con nerviosismo.

—Vamos, vamos. Ya quiero que te vean, te voy a presentar a mis amigos y les voy a presumir la hermosura de amiga que tengo.
—Grita con emoción.

Wow.

No tengo tiempo a procesar lo dicho, porque tengo las manos de Sasha en mi muñeca, tirando de mí hacia las escaleras.

•°•°•

Personas, personas y más personas por doquier. La música está muy alta y movida, hay gente en el centro de la sala bailando y sacudiendo sus sudorosos traseros. A un lado está el típico rinconcito de las parejas,  y de la cocina salen personas con bebidas y botellas en sus manos, supongo que allí las están sirviendo.

Sasha me dejó aquí hace minutos para buscar su celular, lo había dejado en el cuarto, sobre la cama.

Resoplo con mis brazos en jarra.

Ahora que voy a hacer. Dudo que pueda realizar buen trabajo como estatua.

De pronto, detrás de mi una calidez, no, un aire cálido choca de bruces en mi hombro desnudo. La persona a mis espaldas desprende un olor a bosque y masculinidad que me hace saber que es un chico.

—Hola preciosa.—Dice una voz en particular

No...relajes, Steven Forbes.

Mi cuerpo entero entra en tensión, ahora si parezco estatua.

Steven da la vuelta, posicionándose al frente mío, vé mi cara de espanto y su ceño se frunce.

—¿Qué pasa?—Pregunta confundido.

Cuando hace un leve inclinamiento, su cobrizo cabello ondulado tapa su ceja derecha. Si no conociera a Forbes en lo más mínimo  diría que ahora mismo se vé tierno, es muy guapo, la verdad.

Pero no. Ese engendro de Satán no es para nada tierno. Es cruel, despiadado y sin sentimientos.
Y es uno de los que me hacen la vida imposible.

Al parecer no me ha reconocido, mejor. Sin esperar a que me diga nada más lo esquivo para escapar de una vez.

—¡Oye!, espera.

No puede ser. ¿Qué rayos quiere?

Las manos de Forbes toman mi muñeca para retenerme.

—¡Hazel!, Aquí estoy, aquí estoy.

Sasha llega a mi lado jadeante, ni siquiera ha visto a Steven—Que todavía tiene su mano en mi muñeca derecha—.

—Rayos—Maldigo por lo bajo.

La expresión de Steven cambia de bobo enamorado a una de asco y confusión, pero todavía con cara de bobo enamorado y más confusión que de asco.

Ahora sí estoy confundida.

—¿Qué?, ¿Hazel?—Me repasa de pies a cabeza una y otra vez.

Parpadea incrédulo.

Sasha que tenía su cabeza para abajo dando enormes jadeos—Sofocada por correr—, la levanta en un movimiento brusco, abre sus enormes ojos castaños como platos.

—Oooh—Dice comprendiendo cuando nos vé a Steven y a mi.

—Tschk, tiene que ser una jodida broma—Ríe con incredulidad.

Miro para otro lado.

Sasha interviene.

—Bueno, pues sí, está hermosa y todo eso— Sonríe de oreja a oreja.—Ahora nos tenemos que ir, tengo que presentarla con lo que tú no eres—Si fuera posible su sonrisa se ensancha aún más—Personas importantes, Chaíto Stev.

—Pero...

Sasha tira de mí y nos alejamos a pasos agigantados de él.

La escucho reír.

—Le gustas.—Río con soltura.

Alza su cabeza para mirarme. Cierto, soy más alta que ella, calculo que por nueve centímetros, Mido 1,74.

—Ya, y los cerdos vuelan.—Digo muy segura.

Me da un pequeño golpecito en el hombro.

—Lo digo enserio, Haz. Todos lo saben. Y además...—Aprieta sus labios, los suelta— Lo escuché hablar de tí junto con Collin.

¿Eh?

—¿De mí?, claro.—Chasqueo mi lengua.—Hablaban de lo rara y mongola que soy.

Ella hace como sí lo pensara.

—En realidad, si, no—Niega para corregirse.—Collin hablaba de lo “mongola y rara que eres"—Hace comillas con sus dedos.—Steven en cambio, .... decía que no podía evitar sentir cosas por tí.

Hace un bailecito con sus cejas.

—Le gustas a Forbes. Será la típica historia del popular que se enamora de la chica a la cual le hace Bullying—Dice muy segura de sus palabras.

Abro mi boca lista para replicar, cosa que Sasha no me deja hacer.

>>Decides perdonarlo por todas sus maldades, se casarán y tendrán diez hijos.

Gira su cabeza de manera que me hace sobresaltar, añadiendo su sonrisa psicópata.

Parpadeo.

—Eso no vá a pasar, yo no siento absolutamente nada por Steven excepto terror.

De solo pensarlo me dan escalofríos super masivos. Y es cierto. Por Steven no siento nada de nada, a excepción del pánico cuando lo veo. A mi no me engaña con su carita de niño bueno.

Es un demonio. Y nadie me va a hacer pensar lo contrario. Si fuera por mi, andara con agua bendita para todos lados. Pero desafortunadamente no tengo tal majestuosa bendición.




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