Una Baash Entre Nosotros

15.¿A-Alan?, ¿Hazel?

El rubio me está mirando fijamente...

Me está mirando...

Me está mirando...

Oh, si. Y los otros también. Pero el rubio...

—Oh lá lá, ¿quién es esta belleza?—Dice el pelinegro con un marcado acento francés que se me hace de lo más encantador.

Y gracioso también.

Sash aplaude.

—Ella—Se abraza a mi brazo.—...querido Jaiden, es Hazel.

De reojo veo al rubio, Aleksandre, mirarme con más curiosidad que antes.

Jaiden se acerca a mi.

—Hola, Jaiden Le'Blanc—Me extiende su mano.

Sonríe coqueto.

Me sonrojo violentamente. Suspiro en mis adentros. Okey, tú puedes Hazel

—M-mucho gusto—Algo es algo.—Soy Hazel D'Saint—Sonrío tímida.

Este chico es muy guapo...

Jaiden parpadea.

¿Acaso dije algo malo?, ¿no será que pensé en voz alta?, Ay no....

—¿D'Saint?—Me pregunta sin esperar respuesta.—¡D'Saint!—Grita.

Okey, no entiendo nada.

—¿No es así como se llamaba el orfanato donde estabas, Alek?—Codea a su petrificado ami...

¿Eh?

¿Cómo dijo?

—Hazel...—Susurra.

En su mirada hay un brillo que mi mente se empeña en interpretar como ilusión, ¿pero ilusión porqué?, No lo conozco, ¿o sí?.

Si da la casualidad de que estaba en el mismo orfanato que yo no creo haberlo conocido. Casi siempre estaba en el jardín junto con Alan.

Alan...mi rubio amigo.

Aleksandre abandona el sofá de cuero para ponerse en pié. Viene hacia mi.

Oh Dios, está caminando 
hacia mi.

Solo está a unos centímetros de distancia, pero como ahora mismo veo todo en cámara lenta, me parecen unos centímetros eternos.

Se detiene a una distancia considerable como para notar con mayor nitidez sus hermosos rasgos.

Wow, es muy alto, y eso, que no soy tan bajita.

Me observa detalladamente cómo si fuese un muerto que acaba de resucitar.

«¿Porqué me mira así?»—Pienso cabizbaja.

Siento sus dedos tocar mi barbilla. Mis ojos se topan con los de él cuando la levanta. Azúl contra gris.

—¿Hazel?

Mira de mis ojos a todo mi rostro.

—¿No me recuerdas?

Frunzo las cejas. Pero si es la primera vez que te he visto.

—Genial, guapo y loco

Al darme cuenta abro grande los ojos, Oh, Oh. Ahora sí pensé en voz alta.

Aleksandre ríe, y su risa es lo más hermoso que he escuchado en mi vida.

—Asi que piensas que soy guapo—Sonríe coqueto y tierno a la vez.

Mi sonrojo crece más y más con cada segundo que pasa. No le miro a los ojos, Ahora no puedo.

—el feo Alanbrito—Ríe.

Me tenso.

—Asi solías llamarme—Dice con anhelo.

No puede ser...

Solía llamar así a Alan. Cuando lo hacía él se molestaba y hacía gestos de “enojo" que se me hacían de lo más tierno, después me devolvía el sobrenombre, recuerdo que me decía...

—Tablita

Alzo la mirada hasta la suya bruscamente. La diversión abandona su mirar para dar paso a la alegría. Siento mis ojos empañarse.

¿Como no lo había notado?, se parece tanto a él...

—Nos volvimos a encontrar, pequeña

Su dedo pulgar brinda leves caricias a mi mejilla donde lágrimas caen ya sin poder retenerlas.

—A-Alan—Mi voz sale entrecortada por las ganas de llorar que tengo.

Esque aún no lo creo.

Ambos nos fundimos en un abrazo. Estar entre sus brazos se siente tan bien, y su aroma, ese aroma natural cítrico agradable que desprende.

Alan.

Detrás de mi se escucha un carraspeo.

—Todavía estamos aquí.—Es la voz del pelirrojo, Mitch.

Siento mis mejillas calentarse.

Cuando tengo intención de separarme del abrazo—Lo último que quiero hacer ahora mismo—Aleksandre me aprieta más contra él.

Aleksandre—todavía conmigo aprisionada en su abrazo— saca su rostro de mi cabeza. Nos separamos y el rodea mi cintura con su brazo izquierdo, con el derecho toma mi mano y su mentón descansa en lo alto de 
mi cabeza.

Sasha desde su sitio me sonríe pícara.

—Ajaa, te lo tenías bien calladito Haz—Hace un bailecito con sus cejas.

Ahora no solo mis mejillas están color escarlata, creo que mi cuerpo entero lo está.

En un movimiento involuntario mi anatomía se apega más al chico a mi lado.

—No dejas para nadie Alek—Dice Jaiden en broma.—Yo que ya me estaba haciendo todo un plan de conquista...aunque no creo rendirme fácil con esta—Me da un guiño.

Escucho a Alek gruñir.

El peligro alza sus manos en son de paz.

—Era broma, era broma—Ríe.

Sash y Mitch le imitan.

El pelirrojo alza su mano.

—No he tenido la oportunidad de presentarme—Rasca su cabeza sonriente.—Soy Mitch, Mitch Cronwell, te saludaría de mano pero...—Da una miradita hacia Alek.—Temo perderla.

Ríe y yo también lo hago sin poder evitarlo.

¿Porqué Alan haría eso?

—Bueno, bueno. Aleksandre y Hazel se conocen desde niños, blah, blah y todo eso—Dice Sash con impaciencia.—Quiero divertirme, ¿qué tal si vamos por unas bebidas?

Dice a lo que los chicos asienten en acuerdo.

Es Alan, Hazel. Tú amigo de la infancia. Ese rubio desaliñado y flaquillo que siempre te defendía de los demás, aún así fueran más fuertes y grandes que él.
no te vá a comer.

Bueno, no sé si sea ese mismo Alan, digo... Ahora está diferente. Ha cambiado mucho en estos años. Cuando niño era muy flaquito y su largo cabello rubio—Rubio cenizas en ese tiempo— siempre era estaba como una maraña de enredado, eso no impedía que se pudiera apreciar su privilegiado físico, pero todo lo descrito anteriormente lo opacaba.

En cambio el Alan que veo ahora, el Alan que está a mi lado... Su cabello ya no es rubio cenizas, es dorado.

Su maraña de pelo, ya no existe, Ahora está corto y liso apuntando hacia todos lados, dándole un toque seductor. Su cuerpo ya no es larguirucho y flaco, es alto y tonificado, aún con la chaqueta sobre la camiseta se pueden apreciar sus, se nota que muy marcados, músculos

«Debo decir... que si quisiera  comerme yo no pondría objeción...»




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