Los padres de Carlos y Emilio se fueron de viaje porque tenían asuntos de trabajo.
Dejaron la confianza en manos de Emilio, porque era el hermano mayor. Por desgracia no la tenían con Carlos, porque a pesar de tener 2 años de diferencia no era tan responsable.
Pasaron unos días desde el comienzo del viaje de sus padres y estos les dieron todas las instrucciones para estar seguros en casa. En ese tiempo, Carlos se lo paso viendo la tele, le gustaba toda clase de series y películas…se podría considerarse un cinéfilo, aunque es más ver la televisión y punto. En cambio, Emilio aprovecho su tiempo los primeros días haciendo los deberes que mandaron para el verano. Durante esos días no hubo complicaciones hasta que el hermano mayor decidió descansar y quiso reunir a sus amigos para echar unas partidas y jugar a juegos de mesa, así que le pidió a Carlos de dejar el salón libre para su tarde con amigos.
Carlos no dijo nada y Emilio lo considero que lo había escuchado…
En la tarde, los amigos de Emilio entraron en la casa y se saludaron como lo harían los jóvenes de su edad. El problema empezó tras entrar en el salón cuando vieron que Emilio ocupaba el salón y veía la televisión a todo volumen. Esto le molesto a Emilio y le pidió que la apagara, pero no respondió, su mente se encontraba atrapada en la televisión.
Emilio podía oír a sus amigos susurrar y hacer comentarios. Decidió hacer lo que pensaba que seria buena idea…apagó la televisión delante de todos.
Esto también le molestó a Carlos, en el instante en que apago parecía que había explotado una bomba nuclear en su casa.
La disputa parecía que sería larga. Los invitados se encontraban incomodos y sin saber que hacer, algunos de ellos querían irse…
No le sentó bien a Emilio y se fue a su habitación enfadado y el resto pudo celebrar su reunión.
Emilio se encontraba enfadado en la habitación golpeando la puerta con sus cosas de habitación. El enfado no se iba nunca y decidió tumbarse en la cama. Al rato podía escuchar un ruido que venía del pasillo. Podía pensar que sería su hermano que estaba usando la televisión para ver una película. Le molesto todavía más pensar que sería eso, pero el ruido no venía del salón sino del pasillo y podía sentir que estaba cerca porque el ruido se podía oír más fuerte.
Al acercarse más sospechaba que venía del trastero, una puerta que estaba al final del pasillo. Llego hasta la puerta y abriéndola tenía que subir las escaleras. Como todo estaba oscuro busco el interruptor para encender la bombilla. Consiguió iluminar el lugar, el trastero estaba hecho un desastre: torres de cajas seguramente llenas de objetos inútiles, adornos de navidad y Halloween, recortables y álbum de fotos que nadie quería ver, …Emilio seguía escuchando aquel extraño ruido y empezó a mover las torres de cajas, a mirar en los álbum de fotos, pero no encontró lo que producía el ruido hasta que vio una puerta que se había abierto sola.
Al acercarse, pudo escuchar que el ruido venia de una caja. Decidió abrirla y encontró algo que le llamo la curiosidad…dentro de la caja había una cámara de video super 8, aunque era una de esas cámaras que se podían coger con una mano.
Con la cámara en la mano volvió a su habitación y cerró la puerta con llave para que su hermano no le molestara.
Podía mirar con más claridad como era la cámara…quería saber si funcionaba. Al final encontró el botón para encenderla y quiso probarla grabándose a sí mismo. Sin darse tiempo a lo que iba a pasar una luz verde esmeralda transparente alumbro la cara.
En el salón todos estaban tan concentrados con los juegos de mesa que no escucharon la cámara desplomarse al suelo y en caso de haber escuchado no se molestaron en ir a ver lo que hizo ese ruido.
Decir que la mente de Emilio estaba confusa, desorientada y perdida, era decir poco…
Emilio veía una habitación como la suya: camas, mesa de estudio, puerta, etc.…pero no era su habitación; todo era color gris y blanco. Exploro el lugar y había una puerta que sin dudar decidió abrir.
A traves de la puerta tenía un pasillo bastante largo que se veía igual en casa…recorrió el pasillo y se hacía más y más oscuro, al ser un ambiente de gris y blanco la oscuridad se volvió más densa y era difícil ver algo.
Encontró las escaleras para bajar al salón de la casa, se asomó por el borde de la entrada y no había nadie y además un salón ordenado (sin manchas, nada fuera de su sitio) con la única diferencia que también en tono gris el ambiente.
Su hermano y amigos no estaban jugando como dijeron.
Un salón vacío y sin nadie que le pudiera molestar…o eso pensaba. Emilio sentía que alguien o algo lo miraba…se dio la vuelta y no había nadie (sería una sensación suya) así que continuo con lo que estaba haciendo. Escucho otra vez un ruido extraño que le daba malas sensaciones (seguramente es lo que le hizo sentir que había alguien más) pero seguía sin ver a nadie. Emilio encendió la televisión y en la pantalla salía una imagen a color de su salón. Al principio no le resulto raro porque ya estaba en el salón, comenzó a sentir extraño tras ver que cambiando de canal todas eran del salón a color. El ruido se hacía más presente…Emilio se giró para ver de dónde venía…en una esquina que olvido mirar…una figura oscura que tenía una silueta humana pero desconocida para él.
La figura, os sonara extraño, se movía como si fuese una señal visual de las televisiones antiguas. La cara de Emilio mostraba una expresión de ojos bien abiertos y tiritando por todo su rostro, la primera cosa que le afectaba y mucho. Salió corriendo por la entrada del salón para subir las escaleras…echaba una mirada por si la le seguía, se confirmo sus temores, la silueta con dificultades lo seguía allá donde fuera; por suerte se escondió en el armario de su habitación. Allí no le encontró dejándole tiempo para volver a la planta inferior donde se encontraba el salón y la televisión. Emilio quería escapar por la puerta principal pero no se abría. Comenzaba a agobiarse, el más mínimo ruido y esa cosa le encontraría…