Una carta para ti que has entraras a la universidad

Carta

Para ti, que entraras a la universidad:

¡Hey! Antes que nada, quiero felicitarte por haber llegado tan lejos; en varios países de América latina, la mayoría deja los estudios terminando la secundaria. Me alegra saber que quieres superarte al estudiar una carrera universitaria.

A veces, es complicado elegir que estudiar, ¿verdad? Hay tantas carreras, y tan poco tiempo. Muchos te dirán "sigue a tu corazón", y tal vez tengan razón, es importante hacer lo que más te guste, o podrías arrepentirte. Permíteme contarte mi historia.

Desde niña, quería ser veterinaria. Lo sé, gran sorpresa. El caso es que, en quinto semestre de preparatoria, me hice una pregunta: ¿de verdad quería que me despertaran a las 3 am para practicarle la eutanacia a un cachorro? No, jamás tendría el corazón para hacer algo así... ¿y si algún animalito, la mascota y compañía de alguien, llegase a morir a causa de un error mío? No podría vivir con ello. Así que empecé a buscar otras opciones.

Entre a gastronomía por qué amo cocinar, y el primer semestre fue fascinante. Me iba bien en las clases; y a pesar de que todos tenían mayor experiencia que yo, no me rendía para aprender más. Fue entonces que comenzó segundo semestre. Las clases eran más pesadas, lo normal. Pero el ambiente en la cocina se volvía cada vez más "pesado". Mis compañeros de equipo no me dejaban participar, y no podía aprender nuevas técnicas. Normalmente me encargaban lavar las cosas o cortar vegetales. Mis calificaciones bajaron, y yo estaba desesperada.

Un día, cuando preparábamos "pulpo en su tinta", uno de mis compañeros estaba abriendo el sobre de tinta, y mancho mi uniforme con ella (los que hayan tratado con tinta de calamar sabrán lo difícil que es remover una mancha de esta). El resto me decía que, como tenía la filipina manchada, ya no iba a poder entrar a clase, que reprobaría, que me retirarían mi beca. Normalmente, manejó una presión sanguínea de 60-100; ¿por qué hago mención de esto? La razón es por qué, fue tanto estrés por el que pase, que mi presión subió a 100-135. Pude volver a entrar a clase después de verme forzada a conseguir una nueva pero, al no haber practicado lo que mis compañeros, reprobé la materia. Había perdido mi beca y, ya que mi hermano mayor también estudiaba la universidad, no podía seguir estudiando ahí... así que me vi obligada a darme de baja.

Nuevamente, no sabía que pasaría con mi vida... ¿y que podía hacer? Soy una persona sin muchos talentos, y las vacaciones terminarían pronto. Debía escoger algo y rápido, o me atrasaría más en mis estudios.

Fue entonces que, un día, mi hermano mayor me invito a tomar un té. Quería hablar conmigo sobre mi futuro. Me planteó la posibilidad de estudiar psicología. Me negué rápidamente, pues temía cometer un error en consulta y que mi paciente procediera a quitarse la vida. El me hizo saber que habían más ramas, más posibilidades. Como habrás leído (probablemente) en mi carta "Una carta para ti, que tienes TDAH", sabrás que padezco este trastorno; y el comentario que hizo mi hermano me pareció fascinante. Me explico la idea de especializarme en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, ya que esto me daría una facilidad para entender y mejorar el rendimiento de aquellos niños que lo padecen. Pensé sobre ello un momento y mencione la posibilidad de fundar una escuela para ellos; mi hermano me sonrío y dijo "ahora estás pensando en grande. ¿Qué quieres hacer ahora?", fue entonces que nos dirigimos a mi actual escuela.

En el momento que escribo esta carta, curso el quinto semestre de la carrera de psicología general, y me meta, la razón por la cual entre a esta carrera, ha cambiado. Decidí no fundar una escuela para niños con TDAH... sino una para todos, una escuela con su propio sistema educativo. Si, es algo ambicioso, pero este se a convertido en mi sueño y la razón para esforzarme día con día.

Mi madre siempre me dijo que una persona que se niega a estudiar una carrera (teniendo todo lo necesario para hacerlo) es alguien sin ambiciones, alguien que se conforma con la vida. Y tal vez tenga razón, tal vez no... tal vez simplemente se trate de alguien que no se ha dado el tiempo de investigar sobre las distintas opciones que existen.

Si, nos podemos equivocar... somos humanos, después de todo. Si necesitas tiempo para pensar, puedes descansar un año, te aseguro que valdrá la pena. Una vez que encuentres una meta, has todo lo que este a tu alcance para cumplirla. Marca la diferencia, se la persona tan extraordinaria que se que eres, deja tu huella en la historia del mundo. Te aseguro que no te arrepentirás de ello.

Y recuerda:

"El mundo será salvado y rehecho por los soñadores". Sarah J. Maas.

Ana K. Murillo

  Correo: anak.murillog@gmail.com  



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En el texto hay: universidad, carta, ingreso

Editado: 06.02.2019

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