Para ti, que te han roto el corazón:
De una manera u otra, las personas nos lastiman. Sea cual sea la forma, nadie está a salvo de que lo lastimen. El corazón es muy delicado, ¿no lo crees? Cuando nos enamoramos de alguien, se lo entregamos por completo con la esperanza de que lo cuiden con cariño... pero, a veces no es así. Como ya dije, en ocasiones las personas nos lastiman, ya sea estando conscientes o no... y a veces rompen nuestro corazón en un abrir y cerrar de ojos.
En el momento que escribo esta carta, tengo 21 años. Me he enamorado algunas veces, y no siempre he sido correspondida. No te contaré aquí la primera vez que me enamore... sino de la primera vez que me lastimaron de gravedad.
Tenía 17 años y mi novio de ese momento, con quien tenía un año saliendo, me había dicho por teléfono que ya no sentía lo mismo; dijo que me quería, pero que ya no me amaba; ese "siempre juntos" aparecía en mi mente, y no pude evitar verlo como una mentira. Lo pensé por unos días, y me di cuenta de que, por más doloroso que fuese, no era justo para ninguno de los dos seguir en la relación si el no era feliz.
Fue entonces que me dirigí a su casa con una caja en manos. Y ahí estaba el... parado en el parque, esperándome. Nos sentamos en una banca cercana y le entregue la caja. Cuando la abrió, notó que eran las cosas que el me había regalado. Me dijo "sabias que esto iba a ocurrir algún día"; y si mi corazón no estaba roto, en ese momento lo destrozo... era muy inocente, y tenía la idea de que compartiría el resto de mi vida con el. Una vez terminamos de hablar, volví al auto de mi madre, quien nos observaba al otro lado de la calle.
Ella me preguntó si estaba bien, a lo que contesté diciendo que si. Preguntó nuevamente, y mi respuesta cambió a un simple "no lo se". No fue sino hasta la tercera vez que repitió su pregunta que mis lagrimas comenzaban a brotar de mis ojos mientras respondía con honestidad que no estaba bien... estaba destrozada. Llorando como una niña, me encorve en el asiento mientras decía el nombre de él una y otra vez entre lágrimas. Dure días sin querer salir de la cama. Había sido mi primer novio, mi primer rompimiento... y no solo pronto acabarían las vacaciones, sino que también estaríamos en el mismo salón.
Sé que, cuando te rompen el corazón, lo último que quieres pensar es en que llegara alguien más a tomar su lugar. Recuerdo pensar "no quiero a nadie más, lo quiero a él"... pero la realidad era otra, el ya no quería estar conmigo, y no podía obligarlo. En el fondo sabía que había sido lo mejor.
Sé que duele, pero también te puedo asegurar que todo mejorara... solo dale tiempo. Tal vez te niegues a seguir mi consejo, pero no te quedes en casa... sal, has aquello que te gusta, no dejes de disfrutar. Tus verdaderos amigos seguirán a tu lado, sin importar lo que ocurra. Pero, tal vez no lees esta carta por ello. Tal vez es por qué no se correspondió a tus sentimientos. Si, también me ha pasado... a mi y a muchas personas, al igual que a ti.
Lo había conocido en un evento social. Había un concurso de canto y decidí participar. Cabe mencionar que soy una persona introvertida, así que no es una gran sorpresa el hecho de que entre en pánico... olvide el coro. Cuando termine mi audición, fui detrás del escenario para intentar tranquilizarme. Fue entonces que un chico se acercó a mi con una botella de agua. Resultó que era parte del staff del evento, y tenía la intención de ayudarme a calmarme. Comenzamos a platicar, resultó que teníamos la misma edad y varios gustos en común. Pidió mi perfil de Facebook para agregarme. Pasó el tiempo y nos volvimos buenos amigos.
Sin embargo, unos meses después, comenzaba a emocionarme cuando recibía algún mensaje de el. Cuando menciono que había comenzado a salir con una chica, entendí que lo que sentía era algo más que amistad, pero lo que más deseaba era la felicidad de mi amigo... así que guarde mis sentimientos. Luego de unos meses, después de que habían terminado, estaba cada vez más segura de mis sentimientos, así como de la importancia de ignorarlos. Fue un año lo que estuve enamorada de él... y había llegado a dos posibles conclusiones: 1. No veía mis sentimientos. 2. No estaba interesado en corresponderlos. No podía seguir con ello, por lo que decidí dejarlo ir. Con todo el dolor de mi corazón, renuncie a el... y el único que sabía mi decisión fue mi hermano mayor, quien me abrazo hasta que dejara de llorar. Sin embargo, fue gracias a esto que nos volvimos mejores amigos, y no imagino ya mi vida sin su compañía.
Ya sea un amor que termino o uno no correspondido, un corazón roto duele y nos lastima con cada respiración que damos. Pero lo importante es saber que no es el final. Si, está bien llorar... pero debes saber cuando levantarte y seguir adelante. Algún día llegará alguien que cuidará de tu corazón como si se tratase de una reliquia hecha de porcelana china: mereces eso y mucho más.
Así que, anda y levántate. Hay personas que valen tus lágrimas y otras que no. Hay amores que valen la pena recordar con cariño, y otros de los que mereces aprender. Esta en tus manos decidir cuál es cuál y seguir adelante. Eres una persona muy valiosa, y llegará alguien que hará lo que nadie había hecho: se quedará a tu lado por el resto de sus días.