Las vacaciones se me hicieron cortas, no era lo mismo sin él pero empezaba a creer que tenía que olvidarlo, ya no importaba y yo tampoco le importo a él.
No me fui a ningún lado y las fichas para la universidad en donde yo vivo se agotaron, no habían disponibles para la carrera que quería así que mi mamá, sabiendo que en parte era su culpa el no inscribirme, me dio las opciones de esperar un año y empezar en el otro, o bien, estudiar otra cosa al menos este año. Así que así fue como ahora estoy estudiando ingeniería química, la escuela no es muy grande o cotizada, el entrar es fácil y lo fue, concluí el examen con éxito y pronto ya estaba estudiando en la misma escuela que mi novio. Conocí a amigos nuevos, Karla sobre todo que es con la que más me llevo.
El primer día fue muy normal, hablaba con pocos y trataba de enfocarme en la escuela, era lo que pensaba cuando recién entré.
La verdad era que extrañaba la prepa, extrañaba a mis amigos y el no preocuparme tanto por tareas, además el ver a Iván ahí me animaba un poco más, sobre todo porque Daniel me había contado que la última vez que nos vimos él planeaba besarme pero no tuvo éxito debido a la posición de mi rostro, de haber sabido hubiese puesto mis labios en él.
Ahora lo que pensé era que ya no lo vería más, quizás me lo encontraría por casualidad en la calle. Pero para mí sorpresa, él también se inscribió en la misma universidad. Aunque me emocionó, realmente no importaba porque no tenía ni contacto visual con él.
***
Pasaron los días y la universidad se hizo aún más aburrida. Hablaba con Alondra mi IgA de la prepa, ella no concluyó así que estaba cerrando materias aún. Me dijo si quería salir con ella y que iría Iván, por supuesto que acepté, tratando de verme serena y casual.
No debí ir, fue aburrido, sólo estube sentada escuchando pláticas entre ellos dos mientras fingía chatear en mi celular. Sólo me hacían preguntas de vez en cuando y era todo. Hasta que Alondra se levantó por un raspado y nos quedamos solos. Él conversó un poco y después me dió un obsequio que quitó de su espalda, lo había traído escondido atorado en su cinturón. Supe lo que era al mirarlo, pero antes de decir algo Alondra volvió y ambos decidimos no decir más palabra entre ambos.
- no hay raspados - dijo ella mientras se sentaba entre los dos
Esperé un momento y me levanté, ella me observó y luego al regalo
- ya me voy - dije un poco seria pero fingía estar normal
- está bien - respondió, yo caminé y escuchaba cómo reían y aunque no sabía si se reían de mí o de alguna otra cosa, eso me desanimó aún más.
A pesar de que me había regalado un libro de Edgar Allan Poe, El Gato Negro. Yo sentí que lo poco que quedaba entre nosotros se desvanecía. Ahí me di cuenta que era una tonta y ya no debía alegrarme por verlo o depender de él, sabía que no le importaba más y por más que lo extrañe tendré que aguantar con todas mis fuerzas para no hablarle y mucho menos dirigirle una mirada.
Actuaba en público pero a solas miraba sus fotos de él y de los dos, incluso videos. Hablaba de él con mi amiga Luz, ahora hablaba más después de terminar su relación. Salimos varias veces y después nos alejamos debido a que vamos en diferentes universidades.
A aquellos chicos, con el que fui al cine y con el que fui al motel, los topé unas cuantas veces pero tampoco les hablaba. Emilio siempre estaba con su novia y yo fingía no conocerlo.
***
Había dejado de ir a entrenar pero regresé poco después, saliendo del Tecnológico iba a los entrenamientos. Pero antes de regresar habrá un enorme paréntesis.