Una chica común

30. Twins

Era lunes de nuevo, así que como de costumbre me dirigía al entrenamiento. Después de llegar, trotar y hacer algunos ejercicios de siempre el profe nos llamó, dijo que el otro entrenador, Olguín, no le contestaba. Así que no había balones para entrenar. Eran las 5:30 y dijo que sería todo por hoy, se suspendía. Todos nos desanimamos, tomé mis cosas y salí, en la puerta del auditorio estaban dos de las chicas con las que hablo aveces, me despedí y salí. 

Iba caminando llegando al centro, decidí ir al trabajo de mi mamá para irme con ella a casa, cuando llegué a la zona céntrica me encontré a Robert, donde espero el camión cuando salgo de clases 

-hola, vi que venías

-hola, y ahora qué haces acá 

-iba para allá - señaló por donde yo había venido- pero vi que venías y me esperé 

-ah, yo voy al trabajo de mi mamá-hubo un silencio incómodo, ambos nos miramos 

-será que...- comenzó a decir dudoso, mientras su cuerpo se movía con nerviosismo y miraba a todos lados

-¿qué?- reí ligeramente 

-será que puedo darte un beso-dijo con las manos en los bolsillos de sus shorts al mismo tiempo que giraba su cabeza para verme 

-claro- reí, su manera de pedirlo me causaba gracia- o todavía te escondes-solté en modo de broma, él solo sonrió y negó con la cabeza. Me quité el cubrebocas y entonces nos besamos por unos segundos. - Bueno, ya me voy.

Después de despedirnos con otro beso nos dirigimos en direcciones contrarias. 

***

Me encontraba con mi madre fuera del mercado por donde pasaba nuestro camión para irnos a casa. Estaba comiendo unas galletas y justo cuando estaba con las dos últimas llegó el transporte. Antes de estacionarse enfrente pasó un viejo amigo que no veía hace mucho, sin embargo habíamos hablado algunas veces por WhatsApp, donde luego me invitaba a salir y, como era de costumbre, rechazaba. Eddy me saludó con la mano y después de regresar el saludo subimos al camión, él vive en la misma colonia que yo. 

Mi mamá subió primero, yo iba detrás y atrás de mi Eddy, antes de sentarme sentí que me pisó

-disculpa- le sonreí y me senté.

Mi celular vibró, guardé la basura de la galleta en mochila y tomé el teléfono, era una llamada de mi hermana.

-qué

-¿Estás con mamá? 

-si, por qué 

-dónde están, quiero que me acompañen a comprar unos tenis, dile - después de explicarme a mi mamá lo que Ari me dijo bajamos del camión que seguía estacionado en donde nos subimos. 

Fuimos a encontrarnos con mi hermana, la acompañamos a comprarse los tenis que quería, mientras escogía yo revisaba mis mensajes, tenía uno de mi amigo que acabab de ver 

-no has cambiado mucho, estás bonita

Después de dos horas ya había anochecido y estábamos esperando taxi para ir a casa

-pregúntale a tu tío si está aún en el centro para que se vaya con nosotros-le dijo mi mamá a Ari. 

Yo ya me quería ir, no me gusta hacer compras. Mi tío llegó y solo quedaba tomar el taxi, justo antes pude reconocer una cara familiar, alguien que venía cruzando la calle, estaba oscuro, con las luces de los coches y el alumbrado del parque de enfrente así que no veía del todo bien, pero pude ver que era Amy, la chica con la que hablo aveces en el entrenamiento, venía caminando rápido y a lado de ella venía un hombre que me saludó, después de enfocar me di cuenta de que ese hombre era Robert, lo saludé de vuelta. Mi mamá paró un taxi y solo me subí, justo antes de arrancar vi pasar a los chavos con los que entreno, eran cinco de ellos, entre ellos el chico que me gusta, sonreí como tonta al verlo, luego el taxi se puso en marcha.

***

Llegando a casa me acosté en la cama y tomé mi teléfono, tenía mensajes de varios amigos entre ellos Eddy. Pero primero abrí el mensaje de Robert 

-hola

-hola, hace rato que me saludaste ni te había visto

-¿y eso?

-estoy medio ciega, ibas con Amy, era ella ¿no?

-si, la encontré y la acompañé a su parada, porque ya era tarde 

-qué bueno- respondí de manera sincera, el que cuide a las mujeres es un punto a su favor

-si, ¿no estás enojada?

-enojada por qué - realmente me pareció tonta su pregunta

-no, nada más, ella y yo somos amigos, nada más para evitar malos entendidos

-tranquilo, no pasa nada, igual nosotros quedamos como amigos, cada quien puede salir con quien sea

-entiendo, pero ella y yo somos amigos, solo para que sepas

Me pareció extraño, ni siquiera le pedí explicaciones, no tenía sentido. Pero iba a encontrar el misterio aunque creo que era de imaginarse.

***

Al día siguiente fui a entrenar, estábamos haciendo un ejercicio con balón, estaban pasando por parejas mientras los demás pasábamos los balones al entrenador. Yo estaba parada a un lado de Amy, detrás del profe y de la red



#29611 en Otros
#9281 en Relatos cortos
#44876 en Novela romántica

En el texto hay: amor desamor, tristeza romance dolor

Editado: 07.02.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.