Una chica común

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Pasaron los días de monotonía, había estado hablando con varios chicos de manera normal y ellos a mí de la misma manera, excepto uno de ellos. Específicamente al que me encontré en el bus hace días con mi mamá. Eddy me había estado hablando directamente en plan para salir conmigo, yo le había rechazado las salidas, pero después de insistir tanto cedí y acepté, dijo que iría por mí al entrenamiento.

Llegó el día, yo estaba entrenando y antes de pasar al siguiente ejercicio me di cuenta que ya había llegado y tenía una bebida energizante en su mano. Para ser honesta se veía bien, aunque también era cierto que no sentía nada por él.

Pasé a hacer el ejercicio y cuando nos dieron permiso de tomar agua me acerqué a saludarlo. Él me dió la bebida y después de agradecerle me fui. Después de hacerle una seña de que se sentara en las gradas él se acercó. Eddy vestía una sudadera negra, pantalones de mezclilla, tenis blancos y una gorra negra y por supuesto un cubrebocas negro. Se sentó en las gradas y me fui a hacer el siguiente ejercicio. Esta vez nos estaba entrenando mi ex novio, Jorge. Olguín ya no había ido.

En esos días también había hablado más con Jorge e incluso me mandaba mensajes por Whatsapp, aunque eran solo por ratos y a veces ya no contestaba. Noté que no podía ver su conexión, ni estados, ni foto de perfil, así que era obvio que no me tenía agregada.

Terminando de entrenar salimos y caminamos al parque de la zona céntrica, nos sentamos a lado de la explanada y platicamos de cosas sin importancia. Era cómodo hablar con él, tal vez porque no me importaba gustarle ni agradarle, me sentía una mala persona al tener esos pensamientos pero solo sería por esa noche, o eso pensaba. 

Escuché que alguien gritó mi nombre a lo lejos y por detrás. Giré y pude ver del otro lado sentados en las escaleras de la explanada a los chicos con los que me empecé a llevar más, era Louis, Steve y Argel, pero también estaba Robbie y José. Sabía que no debía importarme mucho pero la realidad era que sí me importaba aunque me hubiera bateado. 

Ignoré la presencia los chicos y continué en la plática con Eddy en la que me sumergí tanto que olvidé la hora. Le dije que tenía que irme, había dicho a mi madre que me quedaría un rato con Amy. 

Entonces me llevó a casa en moto. Le di las gracias por dejarme y entré. 

***

Había recibido un mensaje de Jorge, quería que fuera a su casa. Obviamente las intenciones del porqué quería que lo hiciera eran claras. Contesté solo con stickers para evitar responder, pero seguía insistiendo. Lo pensé, quizá debería ir solo una vez, después de todo siempre me gustó tener sexo con él, es cómodo y placentero. 

Acepté ir. 

Estaba en la escuela casi por salir. Me encontraba platicando con Carlos y Armando sobre un trabajo por equipo que tenía que entregar, cuando por fin nos pusimos de acuerdo sobre ello salimos juntos. Me alcanzó mi amigo Robert, me abrazó fuerte y me dijo "vámonos mi vida". Por ratos me hablaba de esa manera, se me hacía tierno. Tomamos el colectivo los cuatro a la parada del camión. Carlos y Armando se despidieron, ellos vivían en otra localidad así que tomaban otro autobús. Robert y yo caminamos juntos y subimos, le platiqué a dónde iba y él me platicó que había roto con su pareja. Su parada estaba antes, yo me bajaba en la zona céntrica, aunque ahora bajaría dos cuadras antes para subir tres más, agarrar el colectivo y llegar a casa de Jorge. Después del trayecto de una hora o quizá un poco más, por fin llegué, estaba acalorada, Jorge me dio un abrazo sin decir nada, prendió un ventilador pequeño que estaba sobre la barra de la cocina y me hizo sentarme, me sirvió agua 

-¿Cómo estás?

-bien, ¿Y tú? - dije mientras pegaba un trago 

-bien también 

-¿Hoy no fuiste a la escuela?

-no, me desperté tarde y ya no fui

-vas a reprobar de nuevo

-'tas loca- dijo en un tono burlón y caminó a su cuarto, me hizo una seña para seguirlo. 

Lo seguí y pasé a su habitación. Se tendió sobre la cama y se tapó, me senté a la orilla y contesté mensajes. Después de un rato y de un silencio incómodo me jaló del brazo y me abrazó, me quité los tenis y me acosté a su lado. 

-¿Me extrañaste? -preguntó al oído. Sonreí.

-A ti no- reí.

-ya sabía, maldita- me empujó suavemente. Me senté de nuevo y me volvió a jalar para acostarme, me sujetó fuerte entre sus brazos, tomó mi cara con su mano derecha, me miró a los ojos y me besó. Era tan romántico que casi no parecía que fuera infiel. 

El beso, como siempre, se transformó en algo más apasionado. Así que en pocos segundos ya estaba sobre él. Podía sentir su miembro erecto entre mis piernas, creo que era lo único físicamente bueno que tenía. Me bajé un momento para quitarme el pantalón, el licra y el panti. Él hizo lo mismo, se quitó el short y el bóxer y por último se quitó su playera. Me subí sobre él y cuando lo sentí dentro de mí no pude evitar dar un pequeño sonido de placer, se sentó y me quitó la blusa y el sostén. Brinqué sobre él unos minutos y después me tomó del cuello e intercambiamos posiciones. Mis piernas estaban sobre sus hombros. Empezó a penetrar ferozmente mientras que con una mano apretaba uno de mis senos y con la otra sostenía una pierna. Gemía de placer. Ya tenía tiempo sin tener sexo, así que realmente lo estaba disfrutando. 



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En el texto hay: amor desamor, tristeza romance dolor

Editado: 07.02.2024

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