Afortunadamente tiempo después le entregaron los resultados dem estudio a Rob, estaba todo en orden, al parecer su corazón se detenía debido al exceso de ejercicio pero era una respuesta normal ante situaciones a las que él se sumía, o eso dijo el doctor.
Llegó el mes de mayo y la fecha para irnos a competir al pre nacional llegó, así que alistamos maletas y nos vimos por la mañana en el parque central. Eran las 7 de la mañana, no salimos hasta casi dos horas después que estaba todo en orden, subimos al autobús, era pequeño y aunque estaba en buen estado, no era el tipo de transporte adecuado para manejar por 5 horas. La idea era llegar a otra universidad en donde nos prestarían un autobús adecuado, que quedaba a poco más de una hora.
Mateo nos acomodó en los asientos, nos sentó a mujeres juntas y hombres juntos, algo que me pareció muy tonto. Me senté con la única chica que conocía, Alejandra.
Al llegar a la otra universidad nos bajamos a buscar nuestras maletas y esperamos unos minutos para salir de nuevo, algunos fueron al baño y otros aprovecharon a probar bocado.
Al continuar el viaje me cambié de lugar con mi novio, y aunque Mateo se dió cuenta, no dijo nada, aún así solo estuvimos juntos y aproveché a dormir recargada en él.
El camino previsto para 1 hora se convirtió en tres horas, al parecer algo le había pasado al autobús que nos prestaron. Nos detuvimos a orilla de carretera y después de más de media hora continuamos, pero nuevamente ocurrió, nos pidieron nuestros botes de agua, ya que había un problema, estuvimos inmóviles alrededor de una hora, hasta que un autobús totalmente nuevo y muy bien equipado se detuvo. Se trataba de otra universidad que también se dirigía a el torneo, el maestro ofreció ayuda y luego de encontrar solución se ofrecieron a llevarnos a las mujeres para estar a salvo. Mateo ordenó que todas nos pasáramos al otro autobús. Fui la última en subir y me senté a lado del profe de deportes.
Continuamos en el viaje, faltaba más de la mitad de camino. Aún así, nos detuvimos a comer, ya eran las 4 de la tarde.
Entramos en un comedor, era un buffet, yo comí una tlayuda, algo de fruta y arroz con leche. Me senté con Ale y el profe Teo.
Pasada otra hora subimos al autobús y continuamos. Estaba anocheciendo y apenas habíamos entrado a la ciudad. Teo que iba a mi lado, se contactó con los chicos, al parecer se habían detenido nuevamente, solo era cuestión de orillarse y echarle agua cada hora, además que también se detuvieron a comer algo, por lo cual iban más retrasados.
Dieron las 9 y por fin llegamos, pero no al hotel, fuimos a la universidad en donde sería el evento, pues teníamos que registrarnos, Teo se encargó de eso. Él regresó y minutos después llegaron los chicos y Mateo. Agradecimos a la universidad por traernos y nos pasamos a nuestro autobús para ir al hotel.
Mateo tuvo la gran idea de darnos de cenar un yogurt y cereal, pues era muy tarde para salir y el restaurante del hotel ya no tenía servicio. Nos repartió la cena y nos acomodó en los cuartos, compartí cama con Miranda, en la otra cama estaba Kenia y Paola, éramos 4 en una habitación.
El viaje fue cansado así que no tardamos en dormir, además tendríamos que despertar temprano para ducharnos y estar a tiempo en recepción para desayunar y luego ir a la cancha a competir.