Nos levantamos temprano a ducharnos por turnos, fui la última. Rob me esperó afuera para bajar a desayunar juntos. Nos sentamos a lado de Ale. Al terminar salimos al lobby y esperamos a que se nos indicara subir al autobús para llevarnos a la cancha, todos teníamos cara de desvelo, al parecer casi nadie durmió bien.
Me senté junto a Rob en el transporte y en unos minutos ya estábamos en la escuela, caminamos unos metros en una pasillo rodeado de árboles hasta llegar a la cancha. Era bastante grande, estaba de un lado las gradas, donde nos sentamos, y del otro era un foro donde se hallaba un micrófono y un señor preparando sus cosas para grabar.
Los juegos comenzaron poco después de una plática de bienvenida. Jugó el primer partido femenil el equipo local contra otro del norte, ganó el local en dos sets. Mateo nos indicó que seguíamos, estaba súper nerviosa, mis manos estaban frías y sentía mi cuerpo torpe. Empecé a trotar en la media cancha y hacer el calentamiento que hacían mis demás compañeras, pasamos a practicar remates y sentía que no tenía fuerza, sería mejor que mejor me enfocara en recibir.
El árbitro silbó, era hora de empezar el partido. Nos reunimos fuera de la cancha en círculo y el entrenador nos acomodó, mi posición sería opuesto. Hicimos la porra y entramos a la cancha, unos segundos y nuevamente el silbato sonando.
Jugamos contra el equipo que jugó contra el equipo local y aunque al principio no íbamos tan mal, poco a poco perdimos. El balón caía punto tras punto y aunque intentaba cubrir más área era imposible, incluso yendo el balón a sus manos no podían recibirlo. Concluyó la derrota y estábamos desanimadas.
Regresamos a nuestros asientos en las gradas y los chicos se estaban preparando, pues en un partido más les tocaría a ellos. Lamentablemente perdieron también contra una universidad vecina.
Regresamos al autobús y nos llevaron ahora a una cancha de fútbol donde estaban los de esta selección, al parecer estaban empatados y buscaban un desempate. Las chicas estaban animando con porras y yo solo miraba intentando entender un poco. Solo veía que corrían y se secaban el sudor de la frente con sus playeras azules. Finalmente terminó y el puntaje quedó igual.
Fuimos al hotel a comer algo y teníamos la tarde libre, iríamos a pasear, fuimos a la plaza. Mi novio me compró un ice y lo tomamos juntos mientras caminábamos viendo el lugar. Estaba anocheciendo así que regresamos, todos nos bañamos porque iríamos en la noche a cenar a un restaurante.
Me puse una bata azul que era casi un vestido de tirantes y sobre eso me puse mi chamarra. Estaba lloviendo y estaba refrescando. Llegamos y tuvimos que esperar un momento afuera a que nos desocuparan un par de mesas corridas para sentarnos todos juntos. Comimos tlayudas, me gustan pero luego comienza a dolerme la mandíbula.
Al regresar al hotel tuve un momento para hablar con Rob. Había pensado en contarle que había estado con Iván cuando habíamos comenzado a salir. Yo sabía que estaba mal y era algo que tenía que decirle porque sentía culpa y quería que no hubiese secretos entre nosotros. Parados en el pasillo que era como un balcón,, con los antebrazos sobre la balaustrada hablé con él sobre ello. Se quedó un momento en silencio y luego me reprochó
-¿Por qué hiciste eso? Eres mi primer novia
Se iba a ir y lo tomé de los hombros, su enojo era evidente. Me disculpé con él varias veces, traté de explicarle que lo hice porque ni siquiera sabía si tendríamos algo serio. Mis lágrimas empezaron a salir y me sentí aún más tonta, lo abracé evitando que se fuera y se escuchó una puerta abrirse a mis espaldas, agaché la mirada y lo solté intentando disimular pero nos vio uno del equipo. Dijo que quería irse y lo dejé, cada quien se fue a su cuarto.
Las 10 pm y ya nadie debía salir de su habitación, solo una persona por cuarto tenía la llave y era la encargada de que no saliera nadie. Estaba en mi teléfono acostada boca abajo, tratando de avanzar con un trabajo en equipo de la escuela y a la vez conversaba con Rob. Estaba cortante.
Paola preguntó si queríamos ir al cuarto de otros chicos, estaban jugando cartas españolas. Kenia tenía la llave pero como era amiga de Paola no dijo nada y la dejó irse. Yo también quería salir, pero no sabía si ella me echaría de cabeza. Se me ocurrió preguntarle a Miranda
-me avisas y yo te abro cuando regreses, estaré hablando con mi novio por teléfono.
Me levanté y miré por la mirilla, no sé veía ni escuchaba nada, abrí la puerta lentamente y saqué mi cabeza, después de mirar salí de puntitas, caminando rápido. Ya le había dicho a Rob que iría a su cuarto y aunque no se emocionó dijo que estaba bien.
Su compañero de cama no estaba, había ido a jugar cartas. En la otra cama estaba mi exnovio y otro chico tímido, Iván estaba durmiendo y el otro estaba en su teléfono y con audífonos.
Rob no me decía nada pero no evitaba abrazarme, acostados juntos con la sábana de los pies al pecho lo abracé y le di un beso, resistió un poco pero después continuó.
Nos besamos y poco a poco estaba sobre él, tocando nuestros cuerpos, mi corazón latía rápido, rozábamos tanto que mis boca se hinchó con los besos y estaba excitada aún sin penetración, quería gemir pero me estaba conteniendo, estábamos totalmente tapados aunque era evidente lo que pasaba. Finalmente Rob lo sacó, hizo a un lado mi ropa interior y lo metió una y otra vez, estaba brincando encima. Luego cambiamos de posición, mis pies lo rodeaban y lo sentía en mí, mi espalda hacía un puente y los dedos de mis pies se encogían, le tomaba el cabello y la espalda con la otra mano, Rob me agarraba el cuello y los pezones, luego salió y se vino sobre mi estómago. En ese momento Iván se movió y volteó a vernos con los ojos entre cerrados