Una chica de campo

004| ¿Lady sarcástica?

Ha pasado ya la primer semana desde que entre a la escuela y todo ha surgido bien o al menos eso considero, en la escuela me puse al corriente con la mayoría de tareas y trabajos, al menos mi relación con Jake va mejorando ya hablamos más y ya no se pone nervioso y yo tampoco. También, agrego que he estado hablando con sus amigos y ahora entiendo por qué se llevan tan bien son muy divertidos, he dormido tarde y claro he evitado hablar con Maddie el resto de la semana, pero sé que no lo puedo hacer el resto del semestre.
Jake me había dicho que para el sábado me invitaba a salir a caminar, yo no estaba muy segura de si era cierto o solo una broma, pero no me atreví a preguntar si era enserio o no y por eso no le dije a mi mamá.

Mi sábado iba de aburrido a peor, se suponía que hoy pintaría mi habitación pero la pintura todavía no llegaba. Así que mientras pasaba el tiempo decidí poner música y buscar mis acuarelas, realmente no iba a pintar algo profesional pero al menos pintaría una galaxia o algo así para distraerme.
Empecé con mojar la hoja ligeramente para después agregar un poco de pintura azul y difuminar bien, luego agregue morado e hice lo mismo, un poco de rosa siempre iba bien, agregue más azul y morado para dar más efecto, mis manos ya estaban pintadas.

— Adeline… — la voz de mi hermana me interrumpe — te busca el vecino guapo — expresa desde el marco de la puerta.

Me quedo pensando en quien podría ser... esperen es Jake Coleman.

— Dile que ya voy — Grito pero me es en vano Lucy ya había bajado.

Dejo el pincel dentro del vaso de agua, quito la música y me apresuro a bajar tan rápido como puedo las esclareas.

— Lucia porque le cerraste la puerta.

Solo se limita a alzar los hombros con indiferencia y se vuelve a sentar en el sofá para  ver sus caricaturas, sus aburridas caricaturas de aprendizaje.

En cuanto abro la puerta me encuentro con un Jake sonriente. ¿Este hombre siempre está feliz?

— Hola — saludo incluyendo un ademán — Ah... perdón por lo de mi hermana.

— Ah eso... — mira a los lados. — Es señal de que le caigo bien — guiña el ojo —  y bien, estás lista para pasar el sábado más emocionante de tu vida.

Más que una pregunta lo estaba afirmando.

— Espera un momento, me... — mi cerebro está procesando todo lo que está pasando y diciendo. — Creí que era broma, pero veo que era tan enserio lo de salir.

Lanzo ambas manos a mi frente, él me mira extraño. Enseguida frunce sus labios para decir algo.

— Yo habló enserio siempre, pero todos siempre creen que lo digo en broma— se recarga en el marco de la puerta — Entonces...

— Entonces no pedí permiso y estoy toda desarreglada, mírame... — Me lanza una rápida mirada y comienza a reír. — ¿Qué te divierte? ¿Verme desarreglada y despeinada?

Él niega pero no deja de reír, ahora que tontería hice o dije.

— Porque las chicas siempre dicen eso...— chasquea la lengua — luces muy bien es lo que quiero decir.

Asiento lentamente pero al mismo tiempo alzo una ceja.

— Perdóname por reírme— entonces siento sus fuertes  brazos rodear mi espalda, me aprieta con mucha fuerza, mi cara está pegada a su pecho y siento que mi sistema respiratorio pronto dejara de funcionar pero al a cabo de unos segundos todo va volviendo a la normalidad, mis pulmones nuevamente comienzan a funcionar como antes y voy recuperando la respiración.

Empiezo a hacer un punta pie, después me llevo ambas manos a mi cintura.

— Le marcare a mi mamá para pedirle permiso — digo rápidamente, antes de que se vuelva incomodo el momento — mientras, pasa.

Asiente y entra después de mí. Mientras él se sienta en el sofá camino casi llegando a la cocina, tomo el teléfono y empiezo a marcar el número de mamá, suena varias veces —no contesta —hasta que ya en mi último intento escucho un bueno por parte de mamá.

— ¿Mamá? —Balbuceo en un tono meloso —solo marco por qué quería, digo quiero pedir permiso...

Me interrumpe.

— ¿Permiso? — Ruedo los ojos — ¿Quieres salir acaso? ¿Sola?

— No, bueno si, espera me enredas...— respiro profundamente —sí, quiero permiso, si, para salir y no, sola no.

— ¿Con quién? — pregunta esta vez.

Con Jake, el de la sonrisa que enamora y el chico más lindo que pueda existir… Mientras mentalmente discuto con mi yo interno por no decir eso y que en vez obtener el permiso termine en un interrogatorio, mi yo consciente decide hablar.

— Jake y si, lo conoces es el niño de enfrente, mi compañero de escuela, mi amigo o eso creo — hago varios ademanes sabiendo que no me puede ver. — ¿Entonces?

— Cariño ya escuchaste, ¿qué dices? — se dirige a papá, rayos había escuchado lo anterior — espera un momento Addie. — y  quita el micrófono para que no escuche lo que hablan, genial.

Mientras espero la respuesta analizo mis manos y veo que están muy pintadas, definitivamente tengo que mejorar con el pincel o dejar de creer que yo soy el lienzo.



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En el texto hay: adolescentes, ciudad, amor

Editado: 07.09.2020

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