Una chica de negocios

Mochila

Nora se levantó y se fue después de terminar su manzana, yo me quedé ahí sentada con hambre creí que ya se había ido pero la ví caminar en mi dirección, — ¿Qué me puedes decir acerca de Allison y Amanda?, Ambas tratan de ser mis amigas pero la verdad no me interesa ya tengo a muchos idiotas cuidando de mí además con la energía de Gigi es suficiente—, solo con esas simples palabras me dí cuenta de que cada vez que hablaba sobre algo que yo no tenía o incluso cuando se quedaba callada me comparaba con Nora, supongo que era natural somos casi hermanas y las hermanas sienten envidia pero yo sentí tristeza de repente solo pude contestar, —son serpientes que hablan mal de la otra no quisieras meterte en eso.

Tomó asiento frente a mí y respiró profundo antes de decir,— Henry te robó tu mochila porque cree que eres peligrosa para mí y quiere ver qué escondes—, sonreí divertida,— Quizás lo del auto fue demasiado, pero lo único que encontrará en mi mochila son libros, tres plumas un lápiz y un borrador,¡ oh! y tampones—, Nora se carcajeo y terminó nuestra conversación diciendo, — Lo del auto fue perfecto pero debes admitir que es raro el hecho de que tú lo hayas hecho, digo, te conozco desde niñas y creí que solo eras una sirvienta—, su sonrisa se desvaneció al mismo tiempo que la mía, — no quise decirlo de esa forma—, levanté mi mano en un gesto para detener su oración y le dije muy tranquila — no te disculpes es la verdad —, me levanté y me fuí al salón de artes Nora no hizo el intento de seguirme.

Tenía cuatro clases más menos mal no necesitaba los libros para educación física ni para diseño gráfico, estando sentada en ese incómodo banquillo de madera sin respaldo frente a un lienzo blanco tome el grafito y comenzé a dibujar un tazón de frutas que estaba en el medio del salón, era pésima dibujante pero estaba más entretenida escuchando la conversación de Charlotte y Florence estaban hablando casi en susurros pero ya que estaba detrás de ellas pude escuchar una parte:

— ¿Te deshiciste de la prueba?—, Charlotte asintió con la cabeza y Florence suspiro aliviada—esta en la basura de la cafetería no hay manera que alguien la encuentre ¿Qué vas a hacer?— Florence negó con la cabeza y parecía que quería llorar — Creo que ya sabes— Charlotte se quedó en silencio y siguió dibujando finalmente escuche, — Te acompañaré.

Había rumores de que Florence estaba embarazada desde hace tres semanas la habían visto vomitar varias veces y se desmayó en su práctica de porristas pero ahora estaba confirmado no planeaba decirle a nadie pero la prueba de embarazo me dió una idea.

En la salida fuí hasta la cafetería para ver si Gladys podía darme comida aunque no siempre podía, — Hola Gladys, dime qué tienes comida para esta pobre alma, ¿Tienes?—, hice mi cara de hambre, ella rodo sus ojos y me dió un emparedado de jamón, — Tienes suerte estaba apunto de tirarlo, se me cayó al piso—, mire el sándwich y luego a Gladys, le sople al emparedado mientras pensé en la regla de cinco segundos podía no comerlo y esperar hasta las cuatro de la tarde que era la hora en que el personal podía comer, la abuela nos preparaba comida a los guardias y a mí diferente a la de los señores de la casa porque Anabelle separaba los gastos en comida fina para ellos y salchichas, huevo y macarrones para la de nosotros.

—Gracias Gladys te amo—, lo comí sin arrepentimiento sabía delicioso la única ventaja de ir en una escuela privada, cuando acabé me fuí a la parte del basurero y tuve que entrar para buscar la prueba, abrí bolsa tras bolsa, tuve cuidado con vidrios y clavos tarde una hora en encontrarla, era positiva salí triunfante.

Cuando recordé lo de mi mochila me enoje escondí la prueba en mi sudadera; caminé hasta el estacionamiento para mí sorpresa estaba Justin recargado en su auto fumando cuando se dió la vuelta sonrió; supe que debía correr, — Finalmente hueles como una sirvienta—, me paralice por su mirada porque  cada vez que Justin Brown me miraba era como si un tornado se llevará toda fuerza vital en mi ser.

>>siempre me miraba como si fuera una molestia y hacia un tipo de casi sonrisa que dejaba ver su hoyuelo, odiaba ese hoyuelo, especialmente porque lo hacía ver aún más guapo y me enojaba más al saber que era tan  guapo como una escultura griega facciones perfectas rostro perfecto, incluso su voz lenta y calmada era perfecta y lo odiaba por eso — enserio estás prácticamente a dos metros de mí pero puedo oler la barbacoa del almuerzo y tienes una lechuga en tu cabeza —, <<demonios>> incluso cuando decía obviedades sarcásticas era tan arrogante que lo hacia parecer un insulto, en lugar de responder me agite el cabello pero cuando volví a mirar el estaba más cerca

>> tan cerca que pude olerlo una mezcla de jabón y pulcredad con tierra mojada por la lluvia, estaba cincuenta centímetros de distancia pero aún así era lo más cerca que habiamos estado nunca, me dí cuenta que sus ojos era verdes con tonos de azul apenas perceptibles, su cabello estaba un poco desordenado, solo un poco, por lo que parecía que el mismo se lo había peinado así, tuve  ganas de revolver su cabello para ver qué tan imperfecto podía ser pero me abstuve de tocarlo.

En tanto que el  me quiso tocar; le golpee el brazo y lo quitó, — está detrás de tu oreja—, toque ambas orejas; me quite el pedazo de lechuga; dí media vuelta y me fuí caminando no dijo nada, cuando pase por su lado pude ver a una chica dormida en el asiento trasero de su auto eso explica porque su cabello no estaba perfectamente peinado como siempre, no tenía idea de quién era pero el sabía que era sirvienta y ahora tenía que averiguar quién era la chica y si valía la pena podría obligarlo a guardar silencio si no todos sabrían de que trabajo para los Graham, pero ¿Cómo se enteró?.



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En el texto hay: secretos familares, hija ilegtima, padres ricos

Editado: 06.05.2023

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